El 23 de abril día mundial del libro, ¿y cuándo será el día de las tablets, los teléfonos celulares y los dispositivos electrónicos?
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
El 23 de abril es una fecha emblemática a nivel internacional, gira en torno a los libros, la lectura y la literatura, nos recuerda a los dos gigantes de la literatura mundial, William Shakespeare y Miguel de Cervantes y Saavedra, autores ambos de las obras más importantes de la literatura mundial, el Quijote de la Mancha, Romeo y Julieta y Hamlet. Cada año las principales editoriales de lengua hispana, inglesa o de otro idioma, honra a un escritor, edita la obra y obsequia miles de libros a los lectores.
Sin embargo, la lectura y los libros comienzan a vivir una crisis debido al avance tecnológico, los dispositivos móviles, tabletas, celulares por decir lo menos, tienden a competir y a desplazar el uso de los libros físicos editados en papel, de igual manera comenzamos a vivir un desplazamiento del hábito lector.
Sobre todo los jóvenes, pero incluso niños y niñas comienzan a cargar su material de lectura en potentes aparatos tecnológicos principalmente los que distribuye Amazon, o en los teléfonos celulares, incluso mucha consulta (material de lectura) se hace vía internet consultando con el Dr. Google, tenemos incluso estudiantes de licenciatura y de posgrado que no han sido capaces de leer un libro completo en toda su vida y que ya se van a graduar y a ejercer profesionalmente.
¿Hemos entrado en una etapa del desarrollo humano en donde la lectura es una actividad en desuso?, ¿la humanidad ha entendido que los libros impresos ya no son necesarios como forma de acceso al saber, a la lectura a la cultura y que hay otras formas más baratas y más cómodas de vincular a los lectores comunes con los autores?
Me parece que lo que si tenemos es que se ha reconfigurado el uso de la lectura y el consumo de materiales impresos y este escenario enrarecido apenas inicia.
Tenemos también, que la práctica de la lectura ha disminuido, si bien las vías de acceso a los textos han cambiado, tenemos un decremento en la tasa de tiempo dedicado a la lectura. Los jóvenes (hombres y mujeres) están ocupados en otros asuntos más importantes para ellos, los viejos han buscado un rincón alejado del mundo, en donde puedan estar tranquilos y poder leer separados del bullicio de una galopante vida. Los niños y niñas aun traen las ganas de jugar entre el espacio abierto y el encendido de los aparatos. El escenario que viene no lo sé, creo que son pocos los que lo saben.
Me parece que el fomento de la lectura es más vigente que nunca, no como una práctica nostálgica, sino como una forma de vincularlos con un artefacto que nos humanizó el libro y la lectura. Hoy leer es un acto de sobrevivencia humana, no sólo para entendernos en este mundo tan distinto, sino también para lograr aunque sea mínimamente que el mundo nos comprenda.
Aplaudo a los niños y las niñas, a los jóvenes que aun cargan un libro de entre sus utensilios prioritarios, aplaudo a la práctica de la lectura que como bien se sabe nos conecta con mundos construidos y en construcción. Este 23 de abril aunque pasó ya hace días, es una invitación obligada a leer y a hacer que los demás lean. El mundo sin lectores no puede serlo, así como los lectores sin mundo tampoco lo son.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]