Directores y pandemia

 en Graciela Soto

Graciela Soto Martínez*

Es el inicio de un ciclo,
es afortunado contar con un directivo que asuma la tarea de la educación a distancia,
que motive a los docentes a que realicen planes que acorten brechas,
que los impulsen a estar en contacto con los alumnos,
que espante la desesperanza y ayude a su comunidad a ver que el mundo ya cambió,
pero que el tiempo que viene será mejor.

Los directores y las directoras en la pandemia tienen el gran reto de acortar las distancias, de juntar los pedacitos de escuela que están dispersos, de unir las voluntades docentes y de padres de familia para que todos los alumnos tengan educación de la forma posible. Ellos son el alma de la escuela, se apropian de la institución, la adoptan desde el momento que son designados en lo formal con un documento que los nombra o bien, con una comisión verbal, ya empoderados por este gesto se toma el control de la administración y organización.
Desde siempre, un director representa una autoridad sentida, se habla con él para resolver situaciones, comunicar lo que se piensa, pedir apoyos, buscar la intermediación con maestros, es el puente que une a la autoridad educativa con la realidad escolar y con los padres de familia que son parte del contexto social. Tener un director es sentir la confianza del diálogo y de la gestión.
Es figura y actor educativo clave, sin embargo, en donde no hay tal porque el que estaba se cambió, ascendió, se jubiló o cualquier otra causa, no hay urgencia de la autoridad educativa para cubrirlo, lo dejan para después, cuando pasen las asignaciones, informen de México, se aborde en la mesa y no hay para cuando, mientras tanto alguien debe realizar la doble tarea por esta sentida vacante, trabajo doble, sueldo no. Es presupuesto en el limbo financiero, perdido en la nada, por falta de no se qué (voluntad, supongo).
El director artífice del trabajo colaborativo sabe sumar al colectivo, si no lo hace tiene subgrupos dentro del plantel, se genera egoísmo o aislamiento, por ello supera las soledades cuando convoca y ejerce un liderazgo democrático tomando en cuenta a cada uno de su personal y escuchando a su comunidad educativa. Requiere una formación amplia, lo cual percibe al llegar al cargo idealizado y enfrentar tareas complejas de diversa índole, desde los temas pedagógicos, como son atención a planeaciones, coordinar el consejo técnico, operar el plan escolar de mejora, atención a asuntos organizativos y de administración, las plataformas y los informes no esperan, el mantenimiento urgente, con recursos que debe conseguir, tantas y tantas funciones que es difícil enumerarlas.
Con los padres de familia sabe realizar alianzas, está de su lado, pero también con su equipo docente y con los alumnos, los papás tienen un lugar privilegiado junto con el director, unidos logran las metas, este tiempo inédito tiene esta otra tarea de estando lejos con su sana distancia, además estar cerca para conocer el diagnóstico comunitario, cantidad de contagios, salud y seguridad de las familias, recursos disponibles, preguntar si hay regreso a clases en ese hogar y ayudar a priorizar esta acción. Hay padres en desacuerdo con las estrategias del director, es normal la diversidad de ideas y opiniones, en ocasiones no se da gusto o atención a alguna necesidad particular.
Al director se le visita también en momentos conflictivos de todo tipo, su escritorio y espacio es como un confesionario, en donde hay que decir lo que cada quien hizo, revisar lo que procede y conciliar en el mejor de los casos. No es agradable estar sentado en el sillón de los acusados, pero la o el dire ayudan a resolver el problemón en que se han metido, a veces urge la llamada al supervisor o hacer una consulta para determinar lo que es mejor para todos.
También se sabe de otro perfil de directivos, aquellos rebeldes que no se conforman con lo que llega a su escuela, que saben tocar puertas, que no se quedan callados ante las injusticias, que alzan la voz para conseguir el respeto por los derechos, porque el camino de la gestión a veces es accidentado y esto le ha acarreado pocas simpatías. Existen también algunos, pocos, que quieren ser directores sin trabajo, sólo para mandar desde el escritorio, a estos urge un acompañamiento para que entiendan el valor de la función.
Se llega a director de diferentes formas, la antigua fue por boletín, con puntos escalafonarios, los docentes se esforzaban por adquirirlos, una vez con ellos habría que esperar a que el lugar fuera validado, lo cual no era rápido e irte a donde te tocara si era tu anhelo llegar a esta función. Esto quedó atrás, en el 2013 la reforma planteó una evaluación para alcanzar el puesto, fue entonces la habilidad de respuesta ante un cuestionamiento y un orden de prelación que facilitó el logro. Muchos docentes con pocos años de servicio llegaron así al cargo.
En 2019 con la Nueva Escuela Mexicana son otros requisitos y factores, para poder participar: categoría inmediata anterior, docentes, en el caso de direcciones y directores para supervisiones, con código 10 o definitivo, experiencia mínima de 4 años para director y 5 en supervisión, título de licenciatura y ser compatible en caso de que ostente más de una clave, no tener nota desfavorable en su expediente. Lo multifactorial este compuesto entre otras cosas por la preparación académica, la antigüedad, constancia de trabajo en zonas marginadas, una evaluación que muestra el dominio de conocimientos. (http://usicamm.sep.gob.mx/, en el sitio oficial de la Carrera de las Maestras y los Maestros se puede consultar todo lo relacionado con el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la tutoría).
Durante la pandemia el proceso de promoción vertical para ser director queda suspendido, las aspiraciones deben esperar, más importante preservar la salud; para lo que si hay tiempo y condiciones es para emitir unos Criterios Excepcionales durante este 2020-2021, los cuales señalan que las vacantes se cubrirán con nombramientos temporales o por tiempo fijo, las de dirección con personal del mismo plantel (el de mayor antigüedad) y de supervisión con directores de la misma zona. Una pena, tanta espera para resolver de esta forma, los medios virtuales no sirvieron en este caso.
A la supervisión llegan infinidad de documentos, es como una avalancha, todo se turna a los centros de trabajo a través del director que prioriza y pone sobre la mesa la normatividad e información requerida. Se difunden tal cantidad de normas nuevas y ahora modificadas por la pandemia que ya no se sabe lo que se domina o se requiere volver a leer. Por ello, para los supervisores contar con la plantilla completa de directores es fundamental, si no tiene que buscar la forma de apoyarse con el colectivo, de nombrar al encargado, aun cuando ya nadie quiere ser y menos aún cuando no hay recursos para cubrir a quien va a realizar otra función. Esperamos que el FONE y la autoridad educativa vean la urgencia de asignar recursos para cubrir estos vacíos.
Es necesario visibilizar la función y promover la salud física y emocional de esta figura por el alto nivel de responsabilidad conferida, por la cantidad de tareas organizativas que se le asignan, porque en él se centralizan acciones que si no se delegan le abruman sobremanera.
Dedicado a todos los directores, en especial a los que hoy se preocupan y ocupan por reinstalar la escuela de los nuevos tiempos, ellos como estrategas, como expertos y conocedores del contexto que llevan el timón en sus manos, la autoridad educativa está no para girar indicaciones sino para escucharlos.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx

Comentarios
  • Víctor Manuel Villafuerte Grajeda

    Sin duda se realiza un tarea encomiable
    Saludos con inmenso afecto desde la ESG 48 de San Martín de Hidalgo

  • Elia Leticia Lima Pineda

    Muy bueno el artículo.
    El hablar de la nobleza de quien desempeña el puesto, más allá de un nombramiento o sueldo, es resaltar de que estamos hechos los maestros por vocación.
    Y mencionar la omisión en el discurso de el hecho, de restar importancia por parte de las autoridades educativas para no comprometerse, a cumplir con uno de los actores fundamentales como lo es la directora o el director para el funcionamiento administrativo y aplicación de una pedagogía de excelencia como se merecen los niños para los que trabajamos.
    Simplemente me encantó! ¡Felicidades!

  • Ricardo

    Excelente artículo, puntualizaciones precisas y un verdadero espectro de lo que es Ser director, felicidades.

  • Gilberto Pindter

    Con cada década qué pasa desde 1954 (creación del SNTE) se incrementa el silencio y la estulticia de los líderes del magisterio y así hacen discursos junto con la autoridad y son incapaces de promover el desarrollo educativo

  • Irma

    Una descripción maravillosa, además de un genuino reconocimiento al ser y al hacer de la función y figura directiva en educación. Un deleite esta lectura, que nos recuerda el siempre tener en alta valoración a los directores, que al final de cuentas son las figuras más operativas en el contexto preciso de la escuela.
    ¡Bien por todos ellos! Y qué fortuna sería contar con directores en cada Escuela, porque al menos en mi contexto al momento tenemos 28 escuelas sin este importante y necesario personaje.

  • Raymundo Rodriguez Fdez.

    Gracias Doctora Chela por la sensibilidad de su artículo. En especial me conmovieron las siguientes líneas “ Los directores y las directoras en la pandemia tienen el gran reto de acortar las distancias, de juntar los pedacitos de escuela que están dispersos, de unir las voluntades docentes y de padres de familia para que todos los alumnos tengan educación de la forma posible. Ellos son el alma de la escuela,….”

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