Delors y la educación del siglo XXI

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Ha muerto Jacques Delors, un personaje de perfil político y de visión sobre el desarrollo económico de la Comunidad Europea, quien de manera coyuntural, se cita en el campo de lo educativo por el informe que lleva su nombre. Fue uno de los participantes que presidió la Comisión que da nombre al informe Delors multicitado “La educación encierra un tesoro”, Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI.
Ha muerto el 27 de diciembre de 2023.
Nota aparte, por México participó en la Comisión el sociólogo y antropólogo, Rodolfo Stavenhagen (1932-2016), docente e investigador de Ciencias Sociales y relator especial de la ONU.
Nota aparte, este informe descansa (tal vez empolvado) en los estantes de las instituciones formadoras de docentes y en algunos casos en las bibliotecas de los posgrados dirigidos a la profesionalización del magisterio.
En homenaje a su liderazgo en la Comisión, este año naciente tal vez sería un buen propósito releer el texto y reflexionar juntos acerca de la implicación de los 4 pilares de la educación y del futuro que se propone en materia de políticas públicas sobre práctica docente.
Tal vez sería un buen momento para hacer una revisión crítica del estado de avance hacia el ideario marcado para un siglo, del cual ya casi llevamos un cuarto del camino.
Es cierto, hoy la lectura tendría que darse con otra mirada y en otro contexto político, el México de sueño educativo neoliberal de competitividad y globalización de 1996 y de contexto participativo en PISA, OCDE, TLC, ha cambiado.
El horizonte de superación del paradigma eurocentrista, de descolonización y de sueño de emancipación, qué significa ahora la NEM, exige nuevos lentes para la relectura de los textos básicos en el debate pedagógico.
Mucho del desarrollo social y educativo al que se aspiraba en la última década del siglo XX tenía como eje el desarrollo económico, fueron años de integración europea y en Latinoamérica (de pobreza crónica) jugaba el ideario de mejora del capital humano y de inversión en recursos humanos como sentido de inversión en las escuelas.
La noción del desarrollo, la metáfora o utopía de la tasa de retorno de que la educación (peso, kilates, brillo) encierra un tesoro (capital humano).
En México la continuidad salinista-zedillista, con la Modernización educativa como eje de liberalismo social y de los tambores de la globalización, devaluación y Fobaproa era el escenario nacional.
Educarse en escenarios de devaluación y emergencia deudora.
Pensar y hacer el proyecto educativo en la perspectiva de los 4 pilares de la educación tenía su antecedente más inmediato en el informe Faure de 1973.
El legado humanista y de visión democratizadora del Informe coordinado por Edgar Faure y la Comisión Internacional para el Desarrollo de la Educación “Aprender a ser: el mundo de la educación hoy y mañana”.
La continuidad del informe Faure (1973)-informe Delors (1996). Las necesidades básicas de aprendizaje y la calidad de la educación básica. La UNESCO y la educación, la educación en México y las reformas curriculares, las políticas públicas nacionales, las políticas públicas estatales. La pobreza educativa de los países emergentes y el talón de la inversión mínima al sector educativo, la proporción deseable del producto interno bruto necesario por momentos inalcanzable.
El informe Faure y el México inmediato, las heridas abiertas de la represión estudiantil de 1968 y de la represión del jueves de Corpus Christi en la Ciudad de México el 10 de junio de 1971.
El Informe Delors, el proyecto educativo nacional, la coyuntura, el desencanto salinista y las dudas populares de la eficacia del zedillismo.
El legado orientador de la propuesta de visión circular de los cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos.
El pilar relativo a los conocimientos alimenta las propuestas curriculares nacionales de aquel momento para la formación de niños y niñas en educación básica, impulsa también el valor estratégico que tiene la formación inicial y continua de los docentes.
Formar sujetos que gestionen su propio aprendizaje en un momento de hiper digitalización y de reproducción geométrica de los campos de saberes y conocimientos en las distintas ciencias e interdisciplinas, impone una conceptualización distinta y una renovación metodológica de las formas tradicionales de trabajo en las escuelas.
La propuesta de educación progresista (John Dewey) de la sugerente frase de aprender a aprender en el núcleo del pilar aprender a conocer. El uso y manejo de las fuentes de información, las habilidades digitales necesarias para navegar entre los distintos afluentes y fuentes que enriquecen el saber y la cultura universal.
Los saberes necesarios ahora de niños, niñas y adolescentes para direccionar su desarrollo cognitivo, para potenciar su máximo potencial de aprendizaje.
El sentido y profundidad del desarrollo armónico e integral de los educandos, vigente en el pilar del aprender a ser.
La construcción del ser humano como ideal pedagógico en donde tiene lugar (según la visión de Delors) el trabajo formativo de la espiritualidad y trascendencia.
El reposicionamiento de la filosofía de niños y adolescentes, de una posición científica y crítica ante el mundo natural y social, la búsqueda de sentido ante los permanentes riesgos de cosificación.
El pilar de aprender a hacer, el homo habilis y el aprendizaje de destrezas y habilidades que nos hacen especie humana, el desarrollo de la mano y las máquinas y herramientas, los instrumentos para el trabajo y la industria, la psicogénesis de procesos y estructuras de pensamiento que hominizan el espacio y habilitan piezas de psicomotricidad necesarias.
Los procesos de socialización que le dan sentido a la escuela y que descentran las individualidades y promueven la superación de nudos egocentristas. El pilar referente al aprender a convivir, a potenciar la escuela y el aula como microespacios formativos de sociedad.
Las habilidades sociales estratégicas que sólo suceden en relaciones interpersonales, la práctica común de juegos y normas que alimentan de prácticas comunicativas de pensamiento y lenguaje.
Delors y la presidencia de Comisión convocada por la UNESCO; hacer construcción de sentido entre países sobre la urgencia de mover las formas de educar, la necesidad de reconocer la colaboración e interdependencia para atender los problemas comunes, la presencia del intercambio y apoyo mutuo a través de propuestas como Erasmus.
La vigencia de los cuatro pilares para el siglo XXI, la educación como trabajo de permanencia y visión a largo plazo.
Las cohortes generacionales que exigen permanencia de valores importantes, también habilidades cognitivas de rápido ajuste y adaptación ante las nuevas demandas del campo económico, científico, tecnológico y cultural.
La educación encierra un tesoro, bienvenidos maestros y maestras a la relectura y al enriquecimiento de la práctica educativa.
En paz descanse el político francés Jacques Delors.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Rogelio Olea Garcia

    Mi reconocimiento y felicitaciones por estar compartiendo sus investigaciones y reflexiones.

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