Del estilo de Dirección tecnocrático al estilo crítico-transformador en la gestión de los ámbitos educativos
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Hace algunos años se puso de moda (por decirlo de alguna manera) el asunto de la gestión educativa, la gestión de las instituciones o la llamada gestión escolar. La gestión ligada a los cuerpos directivo se le define a partir de tres elementos básicos:
a) La forma de cómo se toman decisiones al interior de un centro educativo.
b) La forma de cómo se ejecutan dichas decisiones.
c) Y la forma de cómo se establece una estructura institucional para dar salida al rumbo del proyecto institucional.
Hace unos días tuvimos en la Unidad Guadalajara de la UPN, un encuentro con un experto en el tema, el Dr. Miguel Ángel Diaz Delgado y algunas personas invitadas en el público coincidían en que no se forma para ser directivo. Si bien existe un esquema de formación de docentes de todos los niveles educativos; no existe una propuesta seria y contundente para formar a los directivos escolares.
Un director o directora de escuela decide desde sí mismo, desde la soledad, el aislamiento y la inmediatez; no hay márgenes de tiempo para decidir ni tampoco instancias colegiadas que se involucren en dichas decisiones.
Todo directivo escolar tiene en sus manos darle rumbo y sentido a la institución que está a su cargo, un gran acierto que han hecho algunos países de la Unión Europea es delimitar el tiempo en el que pasan los directores de la escuela al frente de la misma, pueden ser de cuatro a seis años con derecho a un segundo periodo. Lo interesante aquí, es que después de ser director de escuela por algún tiempo, regresa al aula para seguir desempeñándose profesionalmente en la docencia.
Todo director de escuela porta desde la práctica, consciente o inconscientemente un modelo de gestión, ahí podemos distinguir tres grandes modelos de gestión directiva:
• Un primer modelo está ligado a una racionalidad autoritaria, es común que los directores de escuela: ordenen y los docentes obedezcan, el esquema –como reconoce Inés Aguerrondo– es de arriba a abajo. Estamos acostumbrados a este modelo como un modelo normalizado y generalizado en la mayoría de las instancias del sistema educativo. Aquí la mayoría de las y los directores de escuela son autoritarios y rígidos, no les interesa las propuestas de la gente de abajo, ellos ya tienen las acciones que habrán de emprenderse en toda la escuela vista como sistema.
• Una segunda perspectiva tiene que ver con un modelo en donde el director de escuela está ausente, la autoridad está diluida en toda la institución. No hay quien obedezca porque no existe quien ordene, la institución a través del esquema del dejar hacer obliga a que los sujetos se tengan que hacer responsables de sus acciones. Se vive un caos parcial a cambio de un margen muy grande de libertad con ausencia de responsabilidad.
• Tenemos una tercera perspectiva que es la más bondadosa pero la menos practicada. Es una perspectiva crítica y democrática de la gestión escolar, en donde el directivo está ligado al grueso del personal de la institución. Es una perspectiva democrática debido a que el director escucha, consulta, se acerca a los integrantes de la institución y decide al lado de ellos y ellas. En este modelo para cumplirse deberá atenderse con tres componentes básicos: deberá contar con un proyecto de desarrollo institucional, cada integrante de la institución tiene una función específica por cumplir y el directivo se torna en un animador y un facilitador de la tarea.
En nuestra realidad predominan los esquemas autoritarios que van, desde las altas esferas del sistema hasta los espacios más pequeños, aquí cabrían dos preguntas ¿cuál es el origen de los esquemas o las prácticas autoritarias en la gestión escolar?, y ¿qué tiene que pasar en la institución para acercarnos de la mejor manera a los esquemas de gestión basados en el diálogo y la gestión democrática?
Ambas preguntas no son fáciles de responder, existen iniciativas de otros países que han arribado en serio a estos esquemas del que les hablaba. Terminaría con una nueva pregunta ¿cómo es la gestión directiva bajo un estilo de gestión realmente democrático al que aspiran muchas instituciones?
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]
Hola… excelente síntesis del tema. Por otra parte, si hay, pocos es cierto, intentos de construir una racionalidad gestora de las instituciones educativas. Hoy son en su mayoría gestiones punitivas. Existe una idea, vetusta pero idea, de que en las escuelas es la autoridad la que vale para todo. Y cada día esa idea se deteriora por su escasa capacidad de resolver los problemas actuales de la gestión educativa. Hay muy racionales intentos de modificar esa idea, por ejemplo, los trabajos de Aurora Elizondo. Sería interesante entrar al tema con decisión y tiempo, pues el cambio no será fácil.