De paros, protestas y visiones de la realidad educativa

Jaime Navarro Saras*

“Hay que decir que, en mi opinión,
es desproporcionado (el paro),
me parece que se paren 60 mil maestros
sabiendo que dos mil son los no tienen el pago
y sabiendo que hay dinero.

Juan Carlos Flores Miramontes

Durante todos los años que estuvieron en el poder los gobiernos defensores y promotores de las posturas neoliberales hubo prácticas y fenómenos sociales que fueron maldecidos, ninguneados, despreciados y minimizados por el Estado, principalmente las protestas callejeras en contra de algunas iniciativas de gobierno que atentaban y lesionaban los derechos laborales y que favorecían la privatización de empresas estatales al capital extranjero y/o a empresarios mexicanos oligarcas, entre otras cosas, era tal el manejo de medios (pagados por los favorecidos del sistema o el propio gobierno) que estos mismos (principalmente Televisa) se encargaban de señalar (a quienes protestaban) como los villanos y enemigos del progreso y de la paz social, además de responsabilizarlos del tráfico de la ciudad, la suciedad de los espacios, el caos social, la violencia generalizada y de otras tantas culpas como se les viniera en gana; medidas y visiones parciales de la realidad tomadas por la prensa de entonces y claramente contrarias a la esencia del espíritu periodístico.
En todos estos años, la mala fama de la protesta fue etiquetada e impuesta desde los medios y el gobierno para los grupos contrarios a las políticas vigentes, injustamente tachados como disidentes por el sólo hecho de no compartir visiones y navegar (según personajes del poder) a contacorriente, pero, negándoles espacios de participación y desconociendo sus propuestas, preferentemente inclusivas para todas las visiones ideológicas y en la búsqueda del bien común.
Es claro que los escenarios en México han ido cambiando, la protesta ha dejado de ser maldecida y de pronto nos hemos dado cuenta que es una estrategia legal, legítima y de valor social (plasmada en la Constitución, Artículo 6º) como acción y expresión para ser utilizada por las personas que no están de acuerdo con el estado de las cosas. Es tal el valor de la protesta y la manifestación de ideas, que grupos, instituciones e individuos que reprimian ello hace no mucho tiempo, incluso eran los promotores y hasta pagaban desplegados y espacios en los medios contra los manifestantes, hoy protestan y se inconforman de las políticas vigentes.
En este sentido, el pasado lunes las escuelas públicas federalizadas de Jalisco hicieron Paro Cívico (anunciado desde el jueves 21), los maestros y demás trabajadores asistieron a las escuelas pero no recibieron alumnos como manera de protesta por la falta de pagos y deudas con trabajadores de la educación, mientras tanto sus dirigentes (Elpidio Yáñez, secretario general de la Sección 16 y la representante del CEN del SNTE, Lucila Garfias Gutiérrez) se reunían con Juan Carlos Flores Miramontes, secretario de educación de Jalisco para lograr acuerdos, los cuales no fueron más allá de lo que han dicho siempre en la SEJ con relación a las deudas.
El secretario Flores Miramontes que quejó (citado arriba) que no entendía el hecho porque en el pasado reciente, concretamente durante la gestión del exsecretario Francisco Ayón, hubo deudas con poco más de 12 mil profesores y el SNTE hizo mutis, los problemas de pago heredados eran equivalentes al 20% de la nómina y hoy es sólo con el 2%, pero, señaló que lo entiende porque el SNTE intenta legitimarse con los trabajadores debido a la cercanía de la convocatoria para elegir la dirigencia nacional con nuevos formatos (casualmente, petición publicada el día de hoy en la Gaceta Parlamentaria), de lo cual tiene razón Juan Carlos Flores Miramontes.
Llama la atención que, lo sucedido entre el martes 19 y el lunes 25 de noviembre, sólo quedó en un asunto mediático porque poco se logró, quizás un poco de celeridad y protagonismo (habría que ver si van a cumplir con los tiempos que acordaron), pero en una semana no aparecieron las lecciones políticas para los trabajadores en Paro por diversas cuestiones:

• Qué tan involucrados estuvieron los maestros en la toma de decisiones (el Paro Cívico) de la dirigencia estatal del SNTE.
• Acaso la estrategia utilizada por la Sección 16 surgió de los trabajadores de la educación vía las delegaciones de escuela, zona o sector escolar.
• Una vez que estuvieron en paro cívico los trabajadores, ¿qué tanto se discutió o reflexionó acerca del futuro sindical?
• Fueron conscientes los trabajadores que posiblemente los utilizaron para que la Sección 16 se visibilizara y ganara protagonismo justo ahora que se publicará la convocatoria para elegir dirigentes mediante el voto libre, secreto y universal.
• ¿Por qué no se sumó al paro cívico la Sección 47 y todo quedó en solidaridad?
• Será el sentido que tomarán las protestas (del Paro Cívico, las marchas, etcétera) cuando la autoridad no agilice el problema de pagos y la mejora de las escuelas, ¿o será por única y rara ocasión?

En fin, el tema da para mucho más, lo cierto (y como me comentó un profesor que estuvo en paro cívico), la pasaron muy bien, descansados y relajados como un día de vacaciones, con lluvia leve y café para todos.
Lo cierto es que la lección dejada por Recrea Academy hace 15 días es que no todo es limpieza, oropel y fiesta como lo visto y vivido en la Expo Guadalajara, también hay pendientes por resolver, no importa que la deuda sea con uno, dos o 60 mil trabajadores, en la dinámica de la SEJ hay prioridades y la nómina es una de ellas, quizá la más importante porque los maestros y demás trabajadores de la educación viven de eso y nunca va a ser justo ni sano, que la SEJ no se mida ni toque el corazón para abrir la cartera para eventos como Recrea Academy y de pronto se vea avaro, lento, burocrático y quisquilloso para pagar lo que debe, no importa que el culpable sea el FONE o las autoridades educativas del pasado, lo cierto es que hay que pagar al final de la quincena pase lo que pase y allí no hay punto de discusión.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com