De la reforma que tenemos, a la reforma que necesitamos
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Tenemos una reforma que no es reforma. Necesitamos una reforma que ponga en el corazón de la discusión las necesidades educativas para el futuro y el tipo de ciudadano al que aspiramos formar.
En estas últimas semanas en el seno de la UPN, lugar donde realizo mi actividad académica, hemos tenido una intensa campaña de titulación de estudiantes que en otro momento cursaron la Maestría de Educación, de las distintas promociones anteriores a partir del año 2000 y como parte de un programa emergente de titulación han estado culminando sus estudios de posgrado un número destacado de docentes. Dicha maestría operó en red entre las 5 unidades de las UPN en el estado, cuya sede la tiene la Unidad Guadalajara 141 de dicha Universidad, y de esta manera se han estado titulando docentes de la Unidad Tlaquepaque, Zapopan y de la unidad sede.
Junto con las diversas temáticas que se han presentado: tutoría, lectura de comprensión, dificultades para elegir el signo correspondiente en la resolución de problemas matemáticos, la literatura en la escuela y la escuela en la literatura, etcétera, una pregunta obligada a los sustentantes ha sido el que den su opinión con respecto a la actual propuesta de reforma educativa y el consenso obtenido corre como tres vías:
1. Necesitamos un curso de reforma que se haga desde o con los maestros. Los políticos o la gente de los escritorios no conoce la realidad que viven los maestros y maestras y dicha realidad es cada vez mas compleja y diferente a la que se vivió en otro tiempo.
2. Que el actual Plan –el Plan 2011 de educación Básica– es la cristalización de una serie de propuestas y sugerencias educativas, que sí responden adecuadamente a la realidad educativa nacional, que la definición de aprendizajes esperados, competencias para la vida y la serie de sugerencias didácticas basadas en el método de proyectos o trabajar sobre problemas o sobre estudio de casos si ayuda a establecer una serie de propuestas educativas adaptadas a la realidad educativa de cada lugar.
3. Que es fundamental para el gobierno respetar los márgenes de autonomía que los docentes gozaron en otro tiempo, lo cual da garantías de poder trabajar bajo mejores condiciones y rendir mejor. La consigna sería una reforma sin políticos que incluya verdaderamente a los maestros y maestras en su diseño, garantiza un mejor éxito en su operación
Con estas ideas entonces tenemos que la reforma que necesitamos hay que escribirla en los márgenes del sistema, desde el trabajo y la experiencia acumulada de los educadores. Ellos y ellas son los que conocen la realidad educativa. Es obvio pensar que no es con balas ni con cárcel como avanzamos en educación. El gobierno debería de darles la palabra de mejor manera a los maestros y sin miedo trazar un compromiso de cambio y de mejora para una mejor educación. El pueblo de México (estoy seguro) nos estará muy agradecidos.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]
los mismos “argumentos” de siempre
Manolo. No te entiendo si hay otros argumentos, nuevos, distintos, diferentes, alternativos o como quieras llamarles. Compártelos