De fraudes, venta de plazas y otras prácticas indeseables en la SEJ

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

En días pasados se retomó el tema de la venta de plazas en la SEJ como uno de los grandes males que aquejan a la educación jalisciense (por cierto un mal demasiado menor y no tan exagerado como lo han querido ver sus promotores), digo todo esto porque la fallida gestión de Francisco de Jesús Ayón López, que en su momento la etiqueté como la peor de la historia, se caracterizó por tener una administración controlada, férrea y hasta rabiosa con los recursos para sí mismo, conforme fue posesionándose de todas las áreas torales en la Torre de Educación relacionadas con el manejo de los pesos destinados a la nómina, a las escuelas y a las comunidades, estas prácticas fueron acompañadas de una sombra densa de corrupción, sobra decir las múltiples empresas creadas (ahora fantasmas) para venderle a la SEJ productos, servicios y obras a sobreprecio, la mayoría de ellas de mala calidad, con demora y muchas no entregadas o entregadas a medias, qué decir acerca de las plazas por jubilación, éstas fueron menos de las que se entregaron vía examen de oposición que las vacantes, la ausencia de maestros por falta de voluntad y la mítica RAM fue la práctica normal en todas las escuelas durante el sexenio, amén de otro tipo de apoyos como papelería, productos de limpieza y material didáctico para los docentes.
El tema de la venta de plazas en la SEJ no es nada nuevo, hay antecedentes de una persona detenida en septiembre de 2011 siendo secretario de educación Antonio Gloria Morales (no sé cuál fue el desenlace jurídico de ello, pero se sabía de funcionarios de recursos humanos enquistados transexenalmente que actuaban con total libertad para entregar plazas por favores recibidos y, por supuesto, la venta no estaba del todo descartada), además de los procesos de investigación durante la gestión de Francisco Ayón en abril de 2016 que terminaron en nada (independientemente del señalamiento de personas y las supuestas sanciones), de hecho el actual fiscal en el estado señaló la desaparición de ello, aparentemente están extraviadas las carpetas de investigación, –un alacrán no se pica a sí mismo a menos que lo engañen–, por algo será.
A la anterior administración de la SEJ hay que revisarla de manera global, las tres áreas críticas (y donde están los grandes agujeros de corrupción) tienen que ver con las direcciones de recursos materiales, humanos y financieros, además dos espacios clave y manejados con bastante discrecionalidad y como auténticos paraísos para justificar la entrega de plazas, promociones y generar servicios de actualización docente con cargo al erario (pero con beneficios muy particulares) como lo fueron las direcciones de Formación Continua y del Servicio Profesional Docente.
No menos críticos fueron los temas de recategorización y adjudicación de carga horaria en escuelas Normales, unidades de UPN (aun pendientes los procesos) y el posgrado, en ellos se generaron verdaderos fraudes en contra de los maestros, incluido el daño a su mejora profesional y salarial al no emitirse convocatorias en todo el sexenio de Francisco Ayón para ello, sino hasta el final, dos meses antes de dejar la administración, sin embargo, fue tal la discrecionalidad que muchos casos rayaron en el cinismo de quienes operaron cada uno de los procesos, la gente allegada la Sección 47 del SNTE y a Francisco Ayón se despacharon con la cuchara grande y en muchos de esos casos no respetaron los perfiles para ingreso y promoción según el reglamento vigente, incluyendo la adenda añadida ex profeso unos meses antes.
En este supuesto escándalo “artificial” veo por lo menos dos áreas de oportunidad y un riesgo para el gobierno; de lo primero, por un lado, hacerlo significaría generar un precedente ético con sanciones y castigos ejemplares para quienes suelen utilizar el cargo público como si fuera una inversión o un negocio particular, por otro lado, acabar para siempre con los círculos de complicidad entre funcionarios y la despreciable prensa chayotera que se conforma con un regalo, un cheque o un paquete publicitario para hacerse ciega, omisa y actuar contrariamente a su esencia; sobre lo segundo, el gran riesgo, es que sólo sea una práctica gatopardista donde únicamente sirva para mover las aguas turbias y así puedan estar presentes en los medios locales, nacionales e internacionales, fingir que hacen gobierno y terminen por asumir las mismas prácticas pero con mayor refinamiento houdinesco.
Por lo tanto, y mientras vemos los desenlaces de este asunto, relajémonos y gocemos de las mieles de la refundación educativa en Jalisco a través de los mensajes y anuncios que llegan tímidamente y a cuentagotas.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • Gilberto pindter

    Hace falta pedir un censo de empresas que hallan vendido servicios intangibles a SEJ, al estilo de la estafa maestra de SEDESOL y cruzar esa información en el SAT

  • No aterriza nada

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar