Cuando el sustento ya no importa: profesionales de redes sociales

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

 

En las últimas décadas, a aquellos que nos tocó transitar por ellas, hemos visto como, primero de forma paulatina y ahora de manera aplastante, el internet, con los buscadores, las plataformas y redes sociales de que dispone, se han convertido en un referente para muchas personas en torno a las áreas de conocimiento o interés de que disponen, siendo hoy, sin duda, uno de los principales recursos didácticos de los que se dispone pedagógicamente en cualquier disciplina del saber, ya que se podían consultar libros y revistas especializadas y con el tiempo también fue posible consultar audios y videos.

Sin embargo, con el boom de las redes sociales en el siglo XXI, tres fenómenos empezaron a cambiar el sentido pedagógico del uso del internet: por un lado, la falta de empleo y/o necesidad de dinero y, por otro, la sociedad ha fomentado paulatinamente una experiencia del mínimo esfuerzo, físico o mental, por lo que las personas tienden a elegir opciones que les demanden menos trabajo; y por último, las redes dieron la posibilidad a que toda persona, cualquier persona, pueda opinar, criticar, o compartir información, sin importar que sea verdad, mentira o información no verificable. Y esto ha generado un problema.

Empezaron a surgir personas creadoras de contenido, con intención de monetizar sus productos y verlo como su trabajo o fuente de ingresos, que en un primer momento estaban vinculados a lo lúdico y el entretenimiento, pero, posteriormente, empezaron a emerger pseudoexpertos prácticamente de cualquier tema. Y la categoría y clasificación de pseudoexpertos radica en que no se requiere tener bases educativas, teóricas, epistemológicas, filosóficas o experiencia para poder transmitir “información”, que manejan como conocimiento válido e irrefutable, que muchos por comodidad han avalado y utilizado como la base para brindar argumentos y críticas.

Así que ahora tenemos a muchos youtubers, tiktokers e influencers, prácticamente de todas las disciplinas del saber, que brindan opiniones, explicaciones críticas, peor aún, interpretaciones, pese a no contar con una vasta experiencia práctica profesional, sólidas bases teóricas o un conocimiento del código ético de su supuesta profesión, pero, dada su juventud, ser atractivos físicamente, por expresar opiniones de forma coloquial que coinciden con los prejuicios e ideas de personas no profesionales o profesionales con limitaciones formativas, o por expresar algo que se lee impactante y sorprende a personas ignorantes del área, obtienen muchos like o me gusta. Paradójicamente, aquellos que comparte información válida, con un sólido sustento teórico y epistemológico, o videos en donde expertos reconocidos comparten una crítica basamentada o un conocimiento que proviene de la práctica, la teoría o la investigación, disponen de menos vistas y pocos me gusta.

El conocimiento en las redes ya no requiere tener un fundamento epistemológico, su asimilación depende de si es popular o no; se está formando en redes a personas que creen saber en manos de personas que creen enseñar. No hay una responsabilidad ética formativa, ni siquiera un compromiso social o personal con los que miran un contenido. Se hace contenido sólo por dinero o por obtener el reconocimiento y validación que no han logrado de otros profesionales de su campo.  Afortunadamente, reitero, todavía podemos encontrar contenido que sí aporta a una disciplina o aun beneficio social, como Educ@rnos, lamentablemente es escaso ¿o no? Esperamos esto cambie, pero por mientras, por favor no olviden darle like al contenido.

 

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]

Comentarios
  • Maria Catalina González Pérez

    Ha sido una invasión de personas sin cualificación ni formación acreditada que se hacen pasar por expertos. Ahí, la clave es desarrollar un criterio propio que favorezca elegir contenido que sea sólido y consistente, pero para ello necesitamos conocer la disciplina en cuestión y no al revés, querer conocer por estos pseudo especialistas. Hay que difundir espacios como estos. Saludos.

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