Crónica de una separación anunciada o el sexenio perdido de la educación en Jalisco
Andrea Ramírez Barajas*
Inicio este artículo con una hipótesis de trabajo, al gobierno de Jalisco (panistas, priistas o del color político que sea), les interesa muy poco la educación, no existe un compromiso con la mejora, mucho menos con la calidad, su compromiso es con los intereses políticos de las personas que ocupan los cargos de la secretaría encargada de regular los asuntos educativos en la entidad, no por algo la SEJ por el número de secretarios se parece (me dicen mis amigos jaliscienses) a Las Chivas que cambiaban de entrenador como cambiar de calzones. Desde 1989 (sexenio priista de Guillermo Cosío Vidaurri, hasta el actual, tambien priista y enmedio tres gobiernos panistas) tuvimos diez secretarios de educación: José Luis Leal Sanabria (QEPD), Eugenio Ruiz Orozco, Guillermo Reyes Robles, Efraín González Luna (QEPD), Miguel Agustín Limón, Luis Guillermo Martínez Mora (QEPD), Miguel Ángel Martinez Espinoza, Antonio Gloria Morales, Francisco de Jesús Ayón López y quien llegue en su lugar, en los últimos 28 años ninguno ha completado el sexenio, hemos tenido un secretario cada tres años en promedio, a nivel federal el tema no es mejor, en los mismos años se han tenido doce, el gobierno de Carlos Salinas tiene el récord con cuatro, así de importante para el gobierno federal y del estado ha sido la educación.
El titular de la SEJ ha iniciado hace algunos días su separación del cargo al frente de dicha dependencia gubernamental, porque está pensando en que decisión tomará para más adelante (no se sabe si esto es sinceridad o cinismo).
Regularmente el estado de Jalisco (marcado en la taxonomía nacional como el número 14), aparece casi siempre a media tabla en los indicadores educativos, yo no soy muy partidaria de los asuntos futbolísticos, pero entiendo dicho concepto.
El rezago educativo es evidente, lo mismo en eficiencia terminal, déficit en los aprendizajes esperados de las asignaturas básicas (Español, Matemáticas y Ciencias), tanto en educación básica y media superior. No menos escandalosos los resultados de las pruebas y evaluaciones estandarizadas, tanto nacionales (Enlace, Excale, hoy Planea) y de corte internacional (Pisa), además del incumplimiento de metas educativas sexenales.
Jalisco es de los estados que menos atención le dio en este sexenio al seguimiento de los objetivos estratégicos del programa de gobierno, en los documentos se puede leer que se ha cumplido adecuadamente con cada uno de ellos, pero la realidad no se vive así, solo en el mundo de ficción que nos ha presentado este secretario en sus cuentas de Twitter, Facebook y en los medios comprados. Habría que ir a observar escuelas, a escuchar docentes para conocer su percepción, a acercarse a conocer la realidad de otra manera, es rara la escuela que tiene todo su personal completo.
En Jalisco, no sólo seguimos a media tabla en la mayoría de los indicadores educativos, incluso tenemos una tendencia descendente, en algunos temas (por ejemplo la eficiencia y calidad educativa del nivel de secundaria), corremos el peligro de descender a la segunda división, (sigo de futbolera sin que me guste dicho negocio globalizado).
Así las cosas, hoy caben las preguntas ¿cómo fincarles responsabilidades a aquellos funcionarios y funcionarias que incumplen con su responsabilidad pública?, ¿cómo reorientar el rumbo educativo desde un visión ciudadana?, ¿de qué manera se puede construir un contrapeso político desde un marco diferente que nos permita reconocer más objetivamente los errores y desaciertos de los funcionarios que hoy dejan el cargo?
Lo único bueno, para quienes creemos que no puede haber peor sexenio que éste, es que por fin habrá cambios en el seno de la SEJ (esperados desde hace más de un año), ojalá y ahora que sale el pinto, ¿llegará el colorado o la colorada o habrá algo diferente?
*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com
Con estos datos Doctora, vale la pena y el esfuerzo de escribir todo un libro y entonces la hipótesis se despejaría y las estadísticas hablarían de quién es quién en el campo docente. Felicidades Doctora
Los “liderazgos incomodos” que se venían dando por décadas en la SEJ, no eran los mejores; pero escuchaban. En lo que va de este sexenio desbarataron todos los esquemas en educación, aprovechándose de la llamada “Reforma educativa”, de las improvisaciones, de una sección y de un liderazgo moral carente de ideología y filosofía de lo que es la función de estas organizaciones gremiales de trabajadores de la educación (contribuir al desarrollo de políticas públicas, al desarrollo sustentable, al desarrollo social-político-cultural y económico). Lograron someter a la sección 47 del SNTE, sin voz ni voto, solo la figura para la foto (desde siempre se ha escuchado que los sindicatos fueron y son comparsa del sistema gubernamental, esta vez se volaron la barda).
En el reparto de educación BASICA y nivel MEDIO SUPERIOR Y SUPERIOR, gano la improvisación – SEJ; las secciones dirán ¡tenemos las direcciones de los niveles! y alguno que otro liderazgo directivo extraviado, pero el grueso de los llamados lideres directivos (la estructura educativa vinculada a la sociedad civil); están con la parte administrativa y si no, al tiempo que todo lo sabe.
Y si me lo permite Andrea, contestare de la siguiente manera:
Y es que, en Secretaria de Educación Jalisco, cuna de tantas cosas inexplicables, lo más importante e interesante es ser conscientes de que aquí todo puede suceder.
La sociedad civil de a pie, profesionista o no, solo participa cuando le duele algo, y solo por ese algo participa;
Se tendría que empezar por los académicos e investigadores preocupados por los GRANDES PROBLEMAS EN EDUCACION JALISCO – MEXCIO o los llamados “líderes directivos”. Pero ellos solo ven sus beneficios personales-de familia o de grupos muy reducidos. Quien pudiera ser otro sería la sección 16 y 47 del SNTE (Pero de otros tiempos);
María Yesenia Galván Beltrán – al tiempo…
A veces, cuando creemos que ya no puede pasar nada peor, la realidad viene a demostrar que se puede caer más bajo