Combate a la corrupción

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Una de las manifestaciones del subdesarrollo social y político en nuestro país es la disfunción crónica de la corrupción.
La administración pública es icónica en sus tres niveles de gobierno en esta materia. Hay muchas maneras como se materializan las prácticas deshonestas. Una de ellas es la adscripción partidista y los múltiples matices de compadrazgo, nepotismo y amiguismo.
Sobre esto el caso mexicano aporta toda una enciclopedia.
El ciudadano común interactúa con este cáncer de relación perruna de tramitología institucional caracterizada por la burocracia, el tortuguismo en la solución de los problemas, las oficinas relacionadas con el mercado negro de la mordida y del pago de favores.
El 9 de diciembre se estableció como el día internacional de lucha contra la corrupción por la asamblea nacional de las Naciones Unidas, justo en estos días en que hay presunción de que el embajador mexicano en Argentina roba un libro en una de las librerías de aquel país.
Un libro sobre el México bizarro cimbra el pilar de la honestidad de una Cuarta Transformación que no se ha convertido en filosofía de vida de todos los funcionarios.
¿Qué nos significa en este año a los mexicanos el concepto de corrupción y la lucha que a nivel federal se ha emprendido contra este problema?
La convención de las Naciones Unidas, al establecer esta conmemoración pretende sensibilizar a los países respecto del costo de este flagelo en la capacidad de desarrollo de las naciones y el papel de la comunidad internacional y del propio organismo para combatirla y prevenirla.
El posicionamiento de un día específico para tan singular lucha tiene que ver con el convencimiento de que hay correlación entre los niveles de corrupción de los países con la operación de las estructuras para la paz y la seguridad.
¿Cuánto del problema creciente de inseguridad es atribuible al marco de corrupción en la que devienen áreas tan estratégicas como la inversión económica, el marco jurídico y la impartición de justicia o las crecientes policías?
Los datos son contundentes. Se calcula que 2.6 billones de dólares anuales se sustraen de las arcas públicas, sobre todo en las naciones tercermundistas, mediante distintas prácticas corruptas.
También se calcula que cada año se paga un billón de dólares mediante distintas maneras de sobornos. El mercado de valores en materia de pago de favores subsiste a pesar de los cambios de administración política. La dialéctica del sobornador y del sobornado, la inmundicia del “cómo nos vamos a arreglar”.
Estas prácticas frenan el desarrollo social pues mucho del gasto ejercido en razón del beneficio de personas y comunidades se queda en las partes altas de la burocracia, incluyendo salarios altos de los funcionarios como el patético caso del INFONAVIT en Nayarit y las corruptelas y actos delictivos del exfiscal Veytia.
El dinero público asignado entre noviembre y diciembre de cada año está autorizado en cabildeo, subejercido, el presupuesto se asigna discrecionalmente o se sostiene en pilares sospechosamente licitados.
Estas prácticas frenan el desarrollo económico pues el índice de corrupción de las sociedades inhibe la inversión y genera un círculo vicioso del gasto público en destinos no productivos.
Según la evaluación sobre la percepción de corrupción que hace Transparencia Internacional, en 2018 México ocupa el lugar 136 de 180 evaluados, lo que lo posiciona entre los países más corruptos.
La alternancia política no ha mejorado la percepción de la ciudadanía sobre la mejora en materia de corrupción pues en los dos últimos sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto; esto es, en los últimos 12 años, de manera sostenida se cuantifica la percepción de que la corrupción ha aumentado.
México por tanto, es un país donde existe un alto nivel de corrupción, en dónde particular pero no privativamente la administración pública es ilustrativa de los cien rostros de la corrupción.
El dinero compra muchas cosas: impunidad, salto de las normas de seguridad, evasión de las normas de protección del ambiente; impunidad en el cumplimiento de las normas de vialidad, permisos de obras públicas, licitaciones, usos de suelo, compra de medicamentos, uniformes, títulos profesionales, autos, vales de gasolina, seguros médicos privados, calificaciones, etcétera.
Se plantea que el tema de la corrupción es un estilo de negociar que se reproduce a sí mismo y limita la capacidad de los gobiernos de combatirla.
Algunos analistas plantean que a más corrupción más se obnubila la mirada democrática y la confianza en las instituciones políticas, por eso algunas prácticas electorales como las de Estados Unidos, Brasil y Rusia han significado un retorno a los liderazgos autoritarios como los de Donald Trump, Jair Bolsonaro o Vladimir Putin.
El caso del retorno al estado policial militar reciente en Bolivia es otro ejemplo de la relación de la frágil democracia con los intereses externos y locales aliados en una macro mentira que entraña en el fondo corrupción a gran escala con la apropiación de recursos naturales estratégicos como el Litio.
La corrupción se ensaña en los entornos geográficos de los países del Tercer Mundo pues es otra forma de control y dominación, pero la problemática es de carácter mundial.
Transparencia Internacional y su ranking es una especie de torneo mundial por la honestidad. Entre los países menos corruptos se pueden enunciar:

• Dinamarca
• Nueva Zelanda
• Finlandia
• Singapur
• Suecia
• Suiza

¿Cómo formar la generación necesaria de mexicanos cuyo comportamiento social este marcada por un compromiso de respeto al derecho ajeno y de un marco de convivencia de honradez y honestidad?
En un diálogo breve establecido con educandos adolescentes, apenas una pequeña muestra de ellos que cursan la asignatura de Formación Cívica y Ética de tercer grado de secundaria les fue muy difícil definir conceptualmente la noción de corrupción.
Les fue muy difícil también ejemplificar prácticas de corrupción en particular porque aún no son ciudadanos que estén insertos en la dinámica social y económica de su ciudad.
Es muy difícil para ellos identificar casos de corrupción, documentar y argumentar una posición analítica y crítica.
La formación ética requiere de replanteamiento al menos en el estudio y práctica de valores y particularmente ante problemas como el referido.
Aunque la visión estratégica sea formar ciudadanos atentos al desarrollo de su país y ciudadanos conscientes de su responsabilidad política, cuesta formar los valores importantes que formen el comportamiento social ético.
En otra experiencia formativa alumnos de Derecho en la Universidad de Guadalajara deben cursar un contenido de Deontología del derecho, de ética del abogado. Alguno de los alumnos explícitamente en charla cafetera refirió: “Déjese de cosas profe, el mundo real de los tribunales es otra cosa”, “La ley es una dama que se renta al mejor postor”, “el que no transa no avanza”.
La renovación moral de la sociedad mexicana hecha discurso de campaña de los ochenta, como consigna del expresidente Miguel de la Madrid Hurtado suena muy lejana. Suenan muy lejanas también las promesas incumplidas en su práctica de gobierno.
Más cercanas en el tiempo están: la Casa Blanca de La Gaviota y el expresidente Peña Nieto, la estafa maestra cuya investigación tiene a Rosario Robles Berlanga en la cárcel; Genaro García Luna y el Chapo, el caso de Pemex 2000-2018, el crecimiento de la deuda externa; el Fobaproa, las ventas de Telmex, TvAzteca, las cuentas de los sindicatos petrolero, minero y SNTE, el Negro Durazo, Pensiones del estado de Jalisco, la venta de plazas en la SEP, las asignaciones de plazas durante la Reforma Educativa 2013-2018, etcétera.
Larga la historia de corrupción que corre como río por las entrañas de la patria; obesos e impunes sus beneficiarios.
Grande el reto de transformación que hoy se tiene para abatir las prácticas de corrupción no sólo en los gobiernos que emanan de experiencias electorales sino también en instituciones tradicionales como la empresa privada, las iglesias, el ejército, la familia.
La emancipación de la esclavitud que representa la corrupción no puede estar tan lejana si se suman voluntades y acciones en distintos frentes como la formación en valores de las nuevas generaciones, como la contraloría social y gobernantes pasados y presentes.
Combatir la corrupción tiene como principio visibilizarla y reprobarla en sus múltiples formas y representaciones.

*Doctor en educación. Supervisor de Educación Secundaria del sistema federalizado. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Marco Romo

    Si desde nuestros espacios magisteriales hemos permitido la corrupción desde las asignaciones de dirección y otros y no decimos nada (Hasta con documentos falsos yyyyyyyyyyyyyy).
    En el nivel básico específicamente Secundaria, háblenme de las cuotas de inscripción como las manipulan los directivos junto con los padres de familia, que decir del C.A.S. “DIGAN UNA SECUNDARIA QUE ESTE LIBRE DE PECADO”…

    Conozco una que pronto la ventilare…

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