Ciclo escolar 2015–2016. Muchas preguntas bajo un escenario impredecible
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Este lunes 24 de agosto arrancó formalmente el ciclo escolar 2015-2016, como decía Philip Jackson, en “La vida en las aulas”, 23 millones de niños y jóvenes junto con sus maestros y maestras, correrán a partir de ese día a sus respectivas escuelas esperando ser atendidos educativamente. Cada inicio de año escolar tiene la magia de abrir un gran número de expectativas para los sujetos educativos. Desde un relato de recuperación etnográfica, podríamos decir que los alumnos llegan con sus útiles escolares nuevos, las aulas comienzan a oler a ese aroma peculiar de escuela que combina papel, lápiz, tinta de lapicera y sudor humano.
Por primera vez en la historia del inicio del ciclo escolar está la amenaza latente de que el inicio no sea tal. Los maestros democráticos amenazan con no iniciar las clases hasta el miércoles 26, negándose a iniciar como una forma de presión al gobierno para anular la reforma educativa y sus excesos.
Este inicio de ciclo escolar se torna atípico también porque será el primer año en que formalmente se tenga que cumplir con todas las derivaciones de las reformas a las leyes producto de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, y la ola de protestas por parte de los maestros que han decidido oponerse a la reforma y que no cesarán hasta que logren algo más que respuestas evasivas y demagógicas.
El ciclo escolar será turbulento por dos cuestiones estructurales:
a) Las protestas magisteriales seguirán en ascenso.
b) Por la ausencia de claridad educativa en cuanto al paquete o la oferta pedagógica de la SEP para niños, niñas y jóvenes mexicanas.
Vivimos un proceso de transición que no ha sido plenamente reconocido ni por las autoridades educativas, ni tampoco por los maestros democráticos movilizados. Dicho transición nos lleva o nos debería de llevar a tener un escenario más claro en cuanto a las trayectoritas académicas tanto de escolares como también de los educadores.
Ya hemos hablado mucho en este espacio acerca de toda la serie de críticas y de impugnaciones que se le ha hecho a la reforma educativa. Otro novedad para este ciclo escolar será la aplicación del instrumento llamado prueba PLANEA, la cual ya fue aplicada en educación media superior y cuyos resultados han sido desastrosos: PLANEA, es el instrumento que sustituyó a la prueba Enlace que aplicaba la SEP y que debe dar algunos indicadores de los aprendizajes esperados para concluir con los diagnósticos del estado que guarda la educación en México y de sus respectivos déficits.
El arranque del ciclo escolar 2015–2016, estará lleno de tensiones y disputas por espacios y posiciones de poder, servirá para demostrar el éxito o el fracaso de la propuesta de reforma educativa o para darle la razón a las protestas de los maestros democráticos.
El tiempo nos dirá quienes tenía la razón: los propios, los extraños, los advenedizos, los conocedores…
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]