Calendarios
Jorge Valencia*
A las comunidades antiguas algo les quedó claro: el grado de evolución de su civilización sería juzgado por la precisión de sus calendarios. Los mayas, los egipcios y los celtas son ejemplos de lo anterior. Pudieron alcanzar ese conocimiento a través de la paciencia y la observación. La evidencia de sus hallazgos astronómicos son las edificaciones monolíticas y piramidales que aún hoy nos asombran.
Hacer un calendario requiere la habilidad para anticipar fenómenos que sabemos ya han ocurrido en el pasado. Permite predecir las cosechas y prever la inclemencia del tiempo.
Hay diferentes tipos de calendarios dependiendo de la intención con que éstos se elaboran. Playboy priorizó el contenido gráfico: junio sólo es admirable en su editorial cuidadosamente argumentada con aceite de coco.
Todos tienen algo que aportar. Hay calendarios de perros que pretenden la compasión (y la venta de croquetas). Otros, de destinos turísticos que incluyen “voucher”. Sólo se aprecian al deslizar la tarjeta.
Hasta la carnicería ofrece calendarios con paisajes exóticos para sus clientes. La SEP prevé calendarios que difícilmente cumple porque la realidad sindical siempre descubre un asueto determinado por la alineación de los astros.
Los astrólogos saben que los calendarios definen la personalidad de la gente. Virgo, acuario y géminis no son como son porque quieren, sino porque una constelación en la que nacieron está más cerca del sol o de la luna. Bajo esta premisa, se permiten algunas licencias.
Pero hay quien, independientemente de su signo zodiacal, nació con ganas de molestar a terceros. El presidente de los Estados Unidos se ha propuesto amargarles la vida a los migrantes. Por sus ordenamientos, para él la migración es un crimen. Y como tal, se admite la excepción de las garantías individuales de los afectados. No sólo el Congreso; el sentido común tendrá que condenar sus actos represivos.
Cuestión de tiempo. De dar vuelta al calendario para acomodar las cosas en su lugar. Con familias destruidas —eso sí— y los derechos humanos lesionados. Los dictadores y los locos también merecen epitafios.
En “Piedra de sol”, aludiendo al calendario azteca, Octavio Paz escribió en endecasílabos que…
“nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie…”
Eso nos enseñan los calendarios. El tiempo estuvo antes que nosotros y seguirá después, hasta el fin (si lo hay).
*Director académico del Colegio SuBiré. jvalencia@subire.mx