Bicentenario de Jalisco

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Por razones conmemorativas el Congreso local ha decretado el 16 de junio de 2023 “Día estatal del nacimiento del Estado libre y soberano de Jalisco”, como día inhábil para los funcionarios públicos con la consecuente suspensión de labores escolares.
Ojalá que el aniversario 200 del estado libre y soberano de Jalisco sea la oportunidad para fortalecer el federalismo y conocer a personajes como su primer gobernador: Prisciliano Sánchez; que sea la oportunidad para que la sociedad jalisciense lea y dialogue sobre los constitutivos de ser mexicano y jalisciense.
La rica historia de esta entidad que de manera sincrónica acompaña la historia patria bien paga el tiempo de lectura y la reflexión sobre la problemática que cada generación ha tenido que resolver durante dos siglos.
Leer la historia de Jalisco permitirá entonces documentar las coordenadas y los goznes, los intersticios del alma local y la interpretación y valoración de las aportaciones individuales y colectivas en el presente, los marcos institucionales, la evolución del espacio urbano, la modernización de vías y medios de comunicación; permitirá tomar distancia de las tentaciones de algunos políticos de hacer una lectura sesgada de los acontecimientos.
La Historia es una ciencia social que debiera, como todas las actividades científicas, sustentarse en rigor, método e investigación. Debiera sustentarse en mucha evidencia, exclusivamente en hechos y permitir discriminar el logos de la doxa.
El lector de Historia, desde una mirada analítica y crítica, ha de ser capaz de hacer vigilancia epistemológica sobre los textos, los documentos, las historias orales y, sobre todo, los dichos de mensajes en plazas públicas y balcones de edificios de gobierno; debe girar el círculo dialéctico hacia la historia social y superar la visión parcial de la historia de bronce y de héroes reales y construidos, convertidos en peones de malos programas de gobierno.
Nombres y fechas históricas sería apenas la apertura de una ventana de información mínima para enriquecer el pensamiento científico, crítico e histórico.
La Historia nacional y, por extensión la historia de las entidades federativas, ha estado pervertida por sinrazones políticas y lecturas justificatorias en visiones de microhistoria débiles en sustento; hay proyectos políticos cortoplacistas que inundan de bruma algunos momentos y etapas de la Historia.
En las democracias modernas, el pilar de lo histórico es maleable y su lectura muchas veces obedece a la influencia pasional y emocional de lo político.
Los conmemoradores de hoy no son los conocedores profundos ni los hacedores de la Historia de ayer, están lejos de ser las voces que abonen a la educación cívica y al desarrollo democrático de sus gobernados.
La Historia que conocemos también ha estado pervertida por razones de emergencia de carreras personales de académicos en busca de la bendición de Clio o por estrategias institucionales de ventas de aniversarios de ocasión para destacar historias de bronce, hacer periodismo coyuntural o lectura sesgada de los hechos según el postor.
Filtro de objetividad necesario y evaluación de las historias institucionales, las historiografías hechas por los Colegios de México, Michoacán, Jalisco o el Instituto José Maria Luis Mora, entre otras.
Las biografías personales y los filtros ideológicos, los textos históricos escritos por Lucas Alamán o José María Luis Mora por Enrique Krauze, Lorenzo Meyer o por José María Muria, entre otros.
La historia de los criollos contra la historia de los peninsulares, la lucha ideológica entre liberales y conservadores, los jodidos deformados en conciencia y memoria histórica.
La sempiterna edición del debate ideológico entre vencedores y vencidos con las mayordomías de intelecto justificatorio o intelectuales orgánicos con hambre y sed de protagonismo.
Las historias militares, las historias construidas por los cronistas locales y desde los centros neurálgicos de la capital del estado y las cabeceras municipales; las historias cafeteras de los abogados del centro de la ciudad que todos los días forma el mercado de abastos de la justicia y la grilla política.
La historia y el debate ideológico, la búsqueda arqueológica de luces para justificar orígenes y evolución. La historia bajo el patrocinio priista, la ceguera paradigmática de los gobiernos panistas y su continuidad emecista, duchos en el arte de promover negocios privados y reprimir movilizaciones sociales y estudiantiles, la historia neocolonial de los menos que gobiernan, los mucho menos que se enriquecen con usos de suelo y mapas extensivos de inseguridad, las mayorías víctimas privadas de la falta de calidad de desarrollo humano y sustentabilidad de la paz.
Las herramientas para interpretar la vida cotidiana, ser actores y lectores del presente que también es otra forma de hacer historia.
La historia escrita en las aguas de la objetividad y el laicismo, la historia escrita y enseñada en retazos desde las aguas clericales capaces de limpieza de conciencias colectivas y memorias que le apuestan al olvido.
Las rutas turísticas de la revolución cristera y el parque para la carne asada y el paseo dominical del Puente de Calderón.
En Jalisco, entidad federativa que está por cumplir 200 años, viene un proceso institucional de conmemoración, la Secretaría de Educación de la entidad ya afina el gasto y presupuesto para la edición de material didáctico.
Mucho por revisar por la autoridad educativa local en términos de producción editorial, la calidad de la educación en materia histórica y particularmente en materia de Historia de Jalisco.
No basta con presentar ensayos del contenido objeto de estudio con loterías y memoramas, urge una renovación didáctica y una renovación de libros (en el pasado inmediato, algunos de ellos apresurados, ganadores de concursos de dudosa objetividad) y materiales didácticos (algunos de ellos con una lógica estética y comercial, lejos del puerto de ser auténticas mediaciones para acercar al sujeto que aprende de una manera constructiva e interactiva).
Mediación didáctica y creatividad, acercamiento al objeto de conocimiento histórico y su didáctica, serían mínimos criterios a esperar de las propuestas.
La historia mínima de Jalisco para formar a las nuevas generaciones en el orgullo y pertenencia deberá partir del amplio concepto de ser mexicano y construir mexicanidad.
Las aportaciones de las instituciones y los sujetos que hacen Historia que permiten conocer nuestro pasado, las contradicciones mismas de ubicarse en estas coordenadas geográficas y que significa habitar en Jalisco.
El diálogo necesario con quienes aprenden, los métodos de renovación para construir conocimiento.
Las esculturas de la rotonda de los hombres ilustres sobrepoblada; personajes que demandan interlocutores que escuchen el lenguaje de los hacedores del orgullo estatal, los personajes olvidados por las emergencias de la sobrevivencia de los habitantes y visitantes.
Las obras de arte y los propios lenguajes en sus distintas manifestaciones, que también es hacer conmemoración de Jalisco a través de obra tangible en la dinámica historia cultural.
En el ámbito de la didáctica de la Historia más allá de diplomados emergentes del Colegio de Jalisco (a iniciativa personal de algunos) o de formaciones veraniegas la Escuela Normal Superior de Jalisco (desde 1973) el paisaje es pobre.
La formación de docentes en un paradigma reproduccionista, el imaginario de profesor investigador en estado volátil más allá de eventos académicos endogámicos y autocomplacientes.
El decir del maestro, el ejercicio de aprender, saber hacer conmemoración de dos siglos de historia estatal, vivir la conmemoración en las escuelas para educar la memoria colectiva mas allá de una suspensión de clases.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Griselda Gómez de la Torre

    “Quien escribe, teje. Texto proviene del latín, “textum” que significa tejido.
    Con hilos de palabras vamos diciendo, con hilos de tiempo vamos viviendo. .
    Los textos son como nosotros: tejidos que andan.” (Galeano).
    Agradecer Dr. Rubén Zataráin Mendoza la valiosa aportación de un cúmulo de reflexiones que se agolpan en el sentipensarse sujetos en esta sociedad con motivo de celebrarse en bicentenario.
    ¿Cómo desarrollar vigilancia epistémica de la historia ante los poderes legitimados que dirigen las coordenadas de hacia dónde mirar?
    ¿Cómo se recupera y se significa el ser sujeto jalisciense?
    ¿Con base en qué resignificar su presente histórico, su identidad Mexicano – Jalisciense?
    ¿Cómo se mira el sujeto / sujeta en su espacio eterno – temporal en su estar siendo ciudadano / ciudadana?
    ¿Cómo cuidar la lectura sesgada de la historia?
    Oportunidad para la reflexión categórica de o que encierra el ser “Libre y soberano” como coordenadas desde donde parta la reflexión. Para la recuperación de la propia historia personal y los elementos de cómo fuimos constituidos para recuperar al sujeto en su transcendente papel de actor de la construcción histórica de su generación.
    Que este próximo aniversario de bicentenario, nos permita reflexionar respecto de la sociedad que estamos forjando y volvamos al acto volitivo en contribución en la construcción del tejido social y las urgencias por involucrarnos en su solución. Cada día escribimos la historia, nuestra historia, somos resumiendo: “tejidos que andan” como nos describe Galeano.

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