Ante las desgracias, la solidaridad efectiva de la gente

Andrea Ramírez Barajas*

Para el día de hoy, tenía pensado una entrega diferente, en torno al debate recién iniciado con respecto a la profesionalización docente en el estado de Jalisco, pero los recientes acontecimientos nos obligan a pensar y detenernos en cosas más importantes.
Las imágenes no de los televisores (esas son sólo distorsiones) sino de la realidad en torno al sismo en la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Guerrero y un poco antes en Chiapas y Oaxaca, que se suma a las inundaciones y nos puede llevar a pensar que la naturaleza no nos quiere o algo se quiere cobrar de todos nosotros y nosotras.
Desde aquí me solidarizo con mis hermanos de todo el país, lo que ha pasado es difícil de ponerlo en palabras, las imágenes nos ganan y debido a ello hoy les dedico sin dedicarles mucho unas líneas de reflexión para todos los hermanos y hermanas que ahora sufren por las pérdidas y la catástrofe.
Dentro de mi trayectoria académica me he especializado en asuntos ligados a la formación en educación y aquí me detengo para preguntar(nos) cómo nos hemos formado ante las amenazas y los riesgos, ante las catástrofes y las pérdidas, cómo nos formamos desde la escuela y afuera de ella a lo que fue y de repente ya no es más.
El sismo de la Ciudad de México que coincide con la fecha emblemática del 19 de septiembre, golpea al centro del país, a la ciudad más grande y más poblada de México, al corazón político de la república, este sismo nos coloca a todos y todas bajo esta posición vulnerable de riesgo, de pérdida, de amenaza constante.
Es lamentable cómo en esta parte del país, (la región centro occidente) vivimos como si nada pasara, las mismas prisas, los mismos embotellamientos, los mismos gritos de siempre; pareciera que la sociedad tapatía es insensible ante la tragedia que sufren hermanos de otras entidades. Me queda la duda y también la esperanza ¿cómo solidarizarnos activamente?, ¿cómo poder decirle a nuestros hermanos y hermanas del sureste, que hemos sido formados para hacer nuestro su dolor y saber ayudar auténticamente sin falsos sentimentalismos tele-noveleros como los que fomenta televisa?, ¿cómo dar un apoyo que llegue hasta los que lo necesitan y que lo sientan y lo hagan suyo?
Por último, quisiera referirme al fondo político del asunto, es loable el gran despliegue de solidaridad de la ciudanía, quién sabe de donde sale tanta gente, tanto joven de ambos géneros y sin regateos, ni discusiones estériles, todos como uno solo están movilizados en la ayuda ciudadana solidaria. En su contraparte, los políticos tradicionales de todos los partidos han quedado rebasados ante estos hechos, ellos y ellas no han sido formados para ser solidarios, todos ellos viven bajo una mal-formación de origen por intereses mezquinos, muchos pretenden capitalizar el dolor de la tragedia para sacar provecho a sus fines. Estoy de acuerdo que ni un centavo a los partidos políticos para las próximas campañas, que todo se gaste y se invierta en reconstrucción y en formarnos para prevenir desastres como el de este tipo.
Sería bueno que un día, un sólo día, las instituciones educativas, sociales, culturales pararan sus actividades normales para dedicarlo a la solidaridad, para analizar el fenómeno, debatir las propuestas y sumarnos aun a pesar de la distancia con nuestros pocos recursos pero con gran entusiasmo por ayudar. Un día, un sólo día para llamar a la solidaridad ciudadana ante la tragedia por los sismos y las inundaciones. Hoy es por la Ciudad de México, Puebla, Morelos, Guerrero, Estado de México, Chiapas y Oaxaca, mañana puede ser por todos nosotros y nosotras.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com