Ante el riesgo por pandemia de coronavirus: el oportunismo político

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Es común que ante toda situación de crisis o de riesgo social, aparezcan personajes que con todo el oportunismo del mundo quieran aprovecharse o logren hacerlo, de las circunstancias para llevar “agua a su molino” y con ello lograr capitalizar y sacar provecho y beneficio político del riesgo, del dolor de otros, de una serie de circunstancias que no siempre son buenas para los ciudadanos.
Así sucedió cuando los terremotos de 1985 y 2017 en la ciudad de México, igual cuando el 22 de abril de 1992 en nuestra ciudad y así sucede ahora nuevamente. Los políticos cuya vocación no es la de servir, sino la servir-se, se aprovechan del dolor de los demás y ahora nuevamente se están aprovechando en estos momentos de parálisis social, para dirigirse a la gente, para tirar línea de lo que hay que hacer y convertirse con ello, en los paladines de la prevención social.
Uno de ellos es el gobernador de Jalisco y otros, el propio presidente de la república, ambos junto con otros más desde distintos flancos, tratan de aprovechar las circunstancias para aparecer su proyecto político. Y al no ser compatibles entre sí, en el ideario ideológico ni en las aspiraciones políticas, se han confrontado como un elemento adicional, en esta carrera interminable por la hegemonía política.
Uno podría pensar por sentido común que, ante un contexto de riesgo por motivos sociales y sanitarios, las personas confían casi ciegamente en sus gobernantes, sin embargo, dichos gobernantes confían mucho más en el olfato político y en sus voraces aspiraciones para ser más y aspirar cada vez a tener más poder.
Todo lo anterior nos lleva a plantearnos un par de preguntas: y entonces ante estos escenarios de riesgo, de prevención social, ¿qué le toca hacer a la sociedad política y a todos los representantes de la llamada sociedad civil?, y para los que estamos en educación y en salud ¿qué nos toca hacer que sean contribuciones puntuales y que impacten en la sociedad y sobre todo que contrarresten los excesos del oportunismo político?
Bajo este escenario, queda claro que los ciudadanos y ciudadanas vivimos una especie de secuestro político en tiempos de emergencia, ante todo tipo de oportunismo. No es posible reconocer que unos pocos quieran sacar tajada política y aprovecharse del clima social enrarecido.
Debemos aprender de esta experiencia de distintas maneras, la primera es asumiendo una postura más activa e informada en donde de manera colectiva neutralicemos los excesos de los oportunistas. Necesitamos hacer uso de la memoria histórica y aprender de los errores del pasado, para (como dicen los que saben), no volver a cometerlos.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]

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