A 45 años de la CNTE y del surgimiento del movimiento magisterial en México

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Era la llegada del invierno de 1979; en el sureste mexicano, el auge petrolero había generado un proceso galopante de inflación; maestras y maestros estaban descontentos junto con amplios sectores de la sociedad. ¡País petrolero y los maestros sin dinero! Comenzaba a corearse esa consigna.
Fue en el estado de Chiapas donde se constituye lo que hasta ahora se sigue llamando la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Desde su origen había dos consignas que movilizaban y aglutinaban a maestras y maestros de educación básica a nivel nacional: Aumento salarial y democracia sindical. ¡Escuela por escuela, zona por zona, el maestro exige a diario democracia y más salario!
La democracia sindical aún no llega y los aumentos al salario han servido poco a poco para recuperar la pérdida del poder adquisitivo del salario magisterial.
No ha sido fácil formar parte del movimiento; muchas maestras y maestros han muerto en el camino, como el caso de Misael Núñez Acosta en el Valle de México. De esta manera, y a través de la organización de base, se ha buscado la democratización de las secciones sindicales y de toda la organización sindical. Primero fue el triunfo en la Sección 22 de Oaxaca, más adelante la Sección 7 de Chiapas, la 18 de Michoacán y, después de la primavera gloriosa de 1989, la Sección 9 de la CDMX logra triunfar; éstas han sido las secciones ganadas por el movimiento y que viven una experiencia democratizadora con el poder de base. La Sección 14 de Guerrero, aunque poderosa, ha tenido muchas dificultades para poder cristalizar el triunfo democrático; hace unos días los compañeros del MDM de Zacatecas dan a conocer que ganaron las dos secciones locales. Bien por ellas y ellos.
La CNTE en 45 años de lucha y a partir de la dialéctica de Movilización–Negociación–Movilización, ha logrado arrancar logros importantes que de otra manera sería imposible conseguir. Cabe la pregunta: ¿por qué el movimiento no ha avanzado a nivel nacional, como sí lo han hecho los estados que han consolidado victorias importantes? Aunque la respuesta no es sencilla, puede decirse que se debe a las divisiones y a los hegemonismos de quienes dirigen el movimiento en cada estado. Las maestras y maestros democráticos son personas que se han afiliado de cierta manera a posiciones de izquierda, ligadas a movimientos populares, a campesinos por la tierra y a colonos en el movimiento urbano popular. La lucha de las maestras y los maestros no se desliga de otras luchas importantes. ¡Pueblo, escucha, el maestro está en la lucha! Pero como en todo movimiento existen vicios, como es el caso de Jalisco, y cómo el hegemonismo y el sectarismo de algunos dirigentes que han sacado provecho personal de su posición como supuestos representantes del movimiento.
El movimiento magisterial, para poder avanzar, necesita unificar sus fuerzas, trazar un objetivo estratégico y actuar en consecuencia. En 45 años, la lucha de la CNTE es la única instancia que se ha mantenido firme: marchas-caravanas, plantones en la Ciudad de México y en los estados, huelgas de hambre, tomas de oficinas públicas, tomas de casetas de cobro, persecuciones, cárcel, asesinatos. La lucha magisterial ha servido para diversificar distintas formas de manifestación.
En Jalisco fue memorable la Asamblea Constitutiva que llevamos a cabo en el verano de 1980 en Melaque; 80 militantes magisteriales provenientes de distintas regiones y afiliaciones nos reunimos ahí para constituir lo que se llamó la Promotora de la CNTE en Jalisco. Después de ahí ha venido un largo peregrinar: asambleas, reuniones regionales y estatales, acuerdos y consensos, rupturas y descalificaciones; hemos vivido de todo. Después surgió el Movimiento de Bases Magisteriales (MBM) como una forma de darle un rostro dinámico al movimiento. A partir de ahí, en las últimas fechas, en vez de sumar, el movimiento se ha dividido en distintas iniciativas. El sectarismo de algunos y el hegemonismo de otros, para lo único que ha servido, es para dar cuenta de que las distintas posiciones cercanas a la CNTE solo han servido para mantener a un movimiento marginal y con poca presencia en el estado.
Tenemos, por otro lado, que la CNTE ha contribuido con infinidad de lecciones que han servido para otros grupos sociales en movimiento. Maestras y maestros de todos los niveles de educación básica han ganado visibilidad y respeto social gracias al movimiento. Pero falta aún mucho por hacer; la CNTE ha descuidado las necesidades de las y los trabajadores de la educación superior (escuelas Normales, unidades de la UPN, CAM, posgrado), del personal de apoyo y asistencia a la educación, de las maestras y maestros que realizan un trabajo complementario como los maestros de música y de educación artística, de educación física, de telesecundarias, etcétera. No todo cabe en un pliego de demandas, pero es importante mirar a todas aquellas y aquellos a quienes no les ha hecho justicia el movimiento.
Los charros del SNTE han sido hábiles y mañosos; en Jalisco, por ejemplo, han sido capaces de perpetuar su poderío y la fuerza democrática ha avanzado muy poco. En los congresos, tanto seccionales como el nacional, son espacios que han sido controlados desde el inicio y esa no era la vía para la democratización, mucho menos ahora con la reforma estatutaria. De nuevo, los candados sirven para garantizar el control de las y los trabajadores a través de la estructura sindical que sirve para dar línea de arriba hacia abajo; para presionar, intimidar y castigar al más mínimo margen de disidencia.
A 45 años de distancia de la lucha, la CNTE está más fuerte que nunca. ¡Los maestros en la calle comienzan a gritar “La lucha sigue y sigue y el gobierno va a temblar”!
¡Gobiernos van, gobiernos vienen, pero la lucha no se detiene!

*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]

Comentarios
  • Pedro Castillo Gerónimo
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    Gracias por el recuento, buen motivo para rememorar

  • Victoria Yolanda Villaseñor López
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    Excelente recuento histórico de la CENTE. Muchas gracias por su balance y prospectiva.

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