Entre memes, el respeto y el ni cómo ayudarlo
Marco Antonio González Villa*
Es una realidad que las redes sociales a través delos diferentes dispositivos tecnológicos y comunicación, le dieron un matiz y un sabor diferente a la relación de los ciudadanos con el presidente. Como en ningún otro sexenio, el representante del ejecutivo fue de presa de diferentes burlas en las que, aprovechándose del anonimato, se retomaron diferentes accidentes, fallas al momento de hablar, lapsus o cualquier tipo de error humano que es posible cometer, y que le puede ocurrir a toda persona en realidad, y se crearan los muy famosos y comúnmente divertidos memes. Quisiera poder decir que esto sería un signo de libertad de expresión y de tolerancia a las expresiones que cuestionan, en la ironía, la burla o el sarcasmo, lo que alrededor de la vida del presidente sucede, sin embargo no es así: recordemos que hubo intentos por legalizar la facultad del ejecutivo y legisladores para prohibir o restringir publicaciones que, desde su criterio, pudieran afectar su imagen, lo cual afortunadamente, no procedió.
A diferencia de los creadores de memes, están los que cuestionamos o criticamos directamente diferentes decisiones que se toman o políticas que se implementan las cuales, desde nuestro punto de vista y área de especialización profesional, consideramos que son inapropiadas o que ofrecen resultados insuficientes para las necesidades del país. No obstante la crítica, siempre hay un respeto a la persona, con lo cual no cuestionó a los que hacen memes, sino simplemente marco una diferencia en dos formas distintas de referirse a alguien o sus acciones, las cuales se dirigen obviamente a públicos distintos.
Sin embargo, en esta ocasión, y sin la intención de cambiar una actitud de respeto, quisiera retomar ese momento recordado por todos en el que hizo famosa la frase “…estamos a un minuto de aterrizar, a menos creo como a 5 minutos…”, lo cual planteó una incongruencia que no pasó desapercibida y motivó un sinfín de burlas al respecto.
El error de aquel momento hoy pareciera ser que no fue un accidente al momento de hablar, sino una constante en la forma de articular los discursos. Los videos promocionales del sexto informe muestran al presidente señalando que “Estábamos rezagados en el contenido y en la calidad de la Educación que se estaba impartiendo en México” y rubrica el comentario señalando que “hoy los niños y los jóvenes están teniendo la oportunidad de ir a escuelas donde se imparte Educación de mayor calidad”, lo que parece incongruente porque muchos de los docentes frente a grupo vemos que hay menos calidad y menos contenidos en la educación que se imparte, pero no por culpa del magisterio, sino por la Reforma y el Modelo implementado. Cambiar nombres a ciertos referentes educativos, llenar más formatos, juntas frecuentes como hace poco se refirió y reducir contenidos no son signos de calidad ni de abordar precisamente el rezago en los contenidos, por lo que se escucha nuevamente incongruente. A estas alturas del sexenio ya no hay ni cómo ayudarlo, pero no creo que un meme o una crítica más cambien en algo su peculiar forma de hablar. Esperemos que ambas prácticas no se pierdan con el nuevo presidente, ambas dan sazón ¿no?
*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]
La idiosincrasia mexicana es sii géneris y desgraciadamente los “chistes” a los mandatarios han estado presentes en nuestra Historia.
Comparto la realidad en la que usted dice que ya ni cómo ayudarles pero la noticia creo es, que seguirán esas actitudes por muchos años más. Así somos en México y ¿qué le vamos a hacer?
Aquel que levanta la voz, se hace acreedor a un chiste, meme o insultos que rompen el respeto y en el peor de los casos, dañan hasta la dignidad humana.