Hacia un nuevo nacionalismo. Hacia una nueva mexicanidad

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y su discurso amenazante y beligerante, han generado muchas muestras de apoyo para México a nivel internacional. La amenaza de levantar un muro fronterizo y que lo pague México, ha sido de las ideas más absurdas por parte del nuevo mandatario estadounidense. Todo ello está generando el desarrollo de un nuevo nacionalismo y una nueva mexicanidad.
Efectivamente, todos somos mexicanos, aun a pesar de las claras asimetrías económicas, sociales y culturales y la amenaza del nuevo magnate del imperio le ha atizado al recuerdo y conservación de nuestros valores patrios.
Trump es un personaje limitado. Corto de ideas y de inventiva, pero cuando menos tiene clara una cosa: defender los intereses de su país a toda costa, como un gran imperio para poderlo colocar de nuevo a la vanguardia del poderío mundial. Mal asesorado y brabucón, la idea del muro fronterizo más bien suena como un mal chiste. Efectivamente, somos diferentes y el territorio nos separa, pero los 20 millones de mexicanos que se encuentran allende la frontera tienen mayor capacidad y dinamismo para mover la economía gringa, mucho más de lo que hacen los propios norteamericanos. El muro visto como metáfora es una mala idea del nuevo guardián del imperio, no se logra con ello separar y reafirmar el que somos diferentes sino, más bien, refuerza la idea del profundo miedo que nos tienen a los mexicanos, adentro del miedo pretenden esconder su inseguridad, su impotencia ante una disputa mundial que van perdiendo, se encierran, se esconden, se refugian en la impotencia y para eso quiere el muro Donald Trump.
Por otro lado, los mexicanos debemos hacer una revisión crítica de la defensa de nuestros valores nacionales. Es claro que México es la patria, la historia, la bandera… ¡si!, pero todo eso son abstracciones, es necesario darles concreción y actuar en defensa de lo que es nuestro, ligado a la dignidad y al honor de haber nacido aquí y no ser hijo de un imperio que invade, que saquea, que roba, que engaña, que expulsa y que discrimina.
El nuevo nacionalismo que fomentemos deberá ser crítico, sin darle cabida a los oportunismos que se cobijan con los colores de la bandera, o que llaman a la defensa de nuestro país para sacar provecho propio.
En todas las escuelas debemos levantar con orgullo la bandera tricolor, pero entendiendo que la forma que nos representa es diferente, niños, niñas y jóvenes escolarizados, deberán discutir y proponer, ¿hasta donde están dispuestos a defender a su patria de las amenazas del psicópata que se erige amenazando al mundo con relativa facilidad?
México somos los mexicanos, desde cada lugar, cada posición, cada tarea, debemos sumar con propuestas: ¿Cómo defendemos el pedazo de patria en este tiempo en donde la confusión prevale y la historia actual reclama nuestra actuación?
Educar en el nacionalismo es tener claro qué representa hoy en día ser mexicano y qué podemos hacer por defender lo que tan dignamente defendieron nuestros ancestros.

*Doctor en educación. Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]