Las venas de América Latina siguen abiertas

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Eduardo Galeano uruguayo de toda América, nos regaló desde hace muchos años una idea maravillosa: “Las venas abiertas de América latina”. El día de hoy la FIL en sus treinta años, abre el foro y la temática para toda América, sin embargo –cabe decir– no todas las Américas caben en una feria de libro. Aun teniendo como tema central de su celebración a América latina. Hay otras américas poco letradas, conocen sus historias pero no las letras con las que se escribe, caminan por su territorio pero hay cercos y montañas que no les permiten pasar libremente. Las banderas, los himnos y los colores de las patrias pequeñas, de esta gran patria nuestra llamada América, a veces se tornan en un impedimento de la concordia y la buena convivencia. Las geografías, las distancias y hasta los eventos deportivos, nos recuerdan cada momento o en cada contienda que las américas son muchas y que unas son más importantes que las otras.
También hay colores en la América nuestra, de los negros, de los mestizos y de los casi blancos. La América de estas américas, no siempre han logrado plasmar en hojas de papel el sentimiento de lo siente su raza, su piel y sus problemas ancestrales.
Hay otras américas, que han padecido dictaduras, muertes, persecuciones, saqueos, desapariciones, son américas frágiles, mancilladas, golpeadas por la fuerza de los tiranos y los asesinos que no tienen patria sólo intereses y ambiciones, por la riqueza, el poder o el dinero.
Los diez países del sur, junto con los pequeños países del centro en donde está el pulgarcito de América (El Salvador) junto a las islas, y los pequeños territorios llenos de mar en toda su mirada, descienden todos desde el México en el que vivimos los de aquí y que somos hermanos de los allá y de más allá.
En la América nuestra confluyen los poderes junto con los desposeídos, o paradójicamente, confluyen en un mismo territorio los abusadores junto a los desposeídos. De ahí este bello nombre de Galeano “las venas abiertas”.
En esta FIL que tampoco es nuestra, sino de unos pocos, las venas abiertas se reconocen y se sienten como grandes heridas que no han cicatrizado, la voz de los pueblos, las historias profundas, las vestimentas ancestrales, la comida típica de cada región o de cada pequeña América es solo una muestra de esas pequeñas o grandes venas que se abren o se cierran de acuerdo a las circunstancias.
Es sugerente o pensar a la América como continente invadido, saqueado, mancillado, golpeado, abusado por los invasores, los conquistadores, los evangelizadores, los colonizadores, continente saqueado. ¿Cuándo nos dejarán ser lo que fuimos o lo que deseamos ser para el mañana?, ¿cuándo dejarán de ver nuestra tierra como un botín el cual hay que saquear o robar a toda costa?
América es una mujer hermosa, a la cual se refiere Facundo Cabral, como esa mujer hermosa que se levanta temprano.
América son los miles de niños y niñas de Haití, de Jamaica, de Perú, de Ecuador, de México, de todo el continente, con hambre de saberes, con sed de letras y con el deseo del cobijo de conocimientos. Esos niños y niñas deambulan por las calles con harapos, pidiendo una moneda, ellos y ellas –es obvio– no caben en esta feria ni en ninguna otra. Es por ello que le escribo a toda la América amplia herida, de la que pocos hablan o pocos la recuerdan.

*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]

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