El inicio del ciclo escolar 2016–17 y el escenario de turbulencia educativa en México

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

El lunes 22 de agosto es un día especial para todos las escuelas en México, es el primer día de clases de un ciclo escolar más, los niños y las niñas han abarrotado sus mochilas de útiles escolares que huelen a nuevo, los papás, tienen que ir al Monte de Piedad a empeñar alguno de los electrodomésticos, la tele o por lo menos una de las joyas para completar la compra de útiles, uniforme y el pago de la cuota voluntaria, los maestros y maestras regresaron al trabajo una semana antes para abrir una experiencia más al anteriormente llamado consejo técnico (CTE).
Cada inicio de clases en nuestro país se vive un ritual de apertura de cursos muy importante, las expectativas son amplias, las escuelas ratifican su compromiso de educar y de hacerlo bien. Sin embargo, este ciclo no será igual a los anteriores. La CNTE en su Asamblea Nacional Representativa ha anunciado que no iniciarán clases, que continuará el paro indefinido de labores, el gobierno por distintas vías pretende chantajear a los maestros, los llama que lo hagan por México, por los niños y por debajo el discurso amenazante que no cesa, se les descontarán las faltas o cesarán al que no trabaje.
Para este año se presagia un permanente clima de tensión y turbulencia institucional, desde la SEP se pretende imponer a toda costa las diversas líneas de la mal llamada reforma educativa, la mesa con Gobernación sólo sirvió para generar una serie de acuerdos firmados en el aire o en el vacío, el gobierno federan no cede.
Para el gran grueso de maestros y maestras que viven en otros estados en donde la insurgencia magisterial no es mayoritaria, el clima laboral también se vive una constante incertidumbre, las distintas etapas de la evaluación punitiva no generan ninguna certeza de que las cosas podrán mejorar, desde las tres agencias encargadas de definir el rumbo educativo en el país para el presente ciclo escolar (SEP–INEE-SNTE), arengadas desde Mexicanos Primero, no existen señales ni en el discurso ni tampoco en las acciones concretas de que las cosas tiendan a mejorar.
El regreso a las escuelas se lleva a cabo bajo un clima de tensión latente que está ahí y que durará por muchos días, además el híbrido curricular que se ha elaborado desde la SEP servirá para confundir aun más a los docentes acerca del enfoque y de los compromisos en el trabajo, las competencias a desarrollar y los aprendizajes básicos por cumplir.
Sabemos que como cada año, 100 mil niños y niñas no pisarán ni un sólo día ninguna escuela de México, las distancias geográficas, la pobreza y marginación impedirán a que lo hagan, muchos niños se inscriben, asisten al inicio pero no concluyen el ciclo, para ellos no existe reforma educativa que responda a sus necesidades.
El gobierno federal sigue empecinado en imponer su visión de reforma y apostarle al fracaso, no es posible avanzar en educación ni mejorar la calidad bajo un clima de tensión institucional permanente. Para el ciclo escolar que hoy inicia se presentará el nivel más alto de la pugna entre la SEP con Aurelio Nuño a la cabeza en contra de la CNTE y las propuestas democráticas en el magisterio, no sabemos quién gane, pero el compromiso social de la educación pública en México está necesitada de un acuerdo razonado que beneficie verdaderamente a los niños y niñas que llegan a la escuela, con muchas esperanzas en sus nuevos útiles escolares.

*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]

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