La educación, el pensamiento y la acción en clave latinoamericana

 In Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La X Cumbre Latinoamericana de CLACSO celebrada en la ciudad de Bogotá, Colombia, tuvo la capacidad no solo de reunir a infinidad de educadoras y educadores, investigadores, militantes y activistas comunitarios, trabajadoras sociales, etcétera. Sino también en contribuir a la conformación de una agenda de trabajo para pensar y actuar desde la educación en el corto plazo.
Los problemas y las tensiones de los países de la región presentan una larga lista de asuntos y problemáticas complejas, como poder desplegar propuestas educativas en los países después de vivir y sufrir conflictos armados, el desplazamiento de personas por un clima de conflicto o de abuso de grupos paramilitares, la desigualdad estructural en países como Chile, Colombia, Paraguay y Argentina, entre otros; el esquema de resistencia no solo es en la defensa de los derechos sociales adquiridos en la Argentina, sino también el peligro de sufrir los excesos autoritarios de largas dictaduras. La democracia para muchos países de la región de América Latina y el Caribe, incluyendo a México, todavía es una utopía que se mira a largo plazo.
Pensar la educación, la acción y la reflexión en clave latinoamericana es ser capaces de hermanar, de trazar lazos y puentes que sirvan como parte del accionar educativo o de construir mecanismos para superar las asimetrías y saber contrarrestar las diferencias.
El caso de Colombia es sui generis; después del movimiento independentista que vivimos todos los países latinoamericanos para poder salir del yugo eurocentrista, no fue capaz de construir un ambicioso proyecto de unidad nacional. La complejidad de la región, de los territorios y el surgimiento de abusos en el campo y cacicazgos locales dio lugar a respuestas armadas en cuando menos tres expresiones. Las tres expresiones armadas en el caso de Colombia aparecieron en el escenario nacional: las FARC, el ELN y el M-19. Cada grupo armado se opuso a cacicazgos locales ante la incapacidad del Estado nacional por responder y resolver las demandas. En paralelo aparecen grupos armados vinculados con el tráfico de estupefacientes hacia el exterior, pero con una alianza con el débil gobierno local en el interior. En dicho contexto, hace algunos años se firman los Acuerdos de paz para vivir una transición en el alto al fuego y poder llegar a la democracia. Estas ideas no son mías, son de un colega que las compartió conmigo, promotor de la paz y que está a punto de concluir su formación y obtener la certificación en el posdoctorado de CLACSO y CINDI.
Hoy en día la realidad no es así; las heridas abiertas y las secuelas de un movimiento doloroso que cobró muchas vidas aún persisten en algunos territorios.
Ante ello, desplegar la educación en clave latinoamericana va más allá de juntar y sumar esfuerzos; tiene que ver con el hecho de resistir y seguir resistiendo en la perspectiva de construir una esperanza pedagógica que logre mirar nuevos horizontes en las nuevas equidades, resolver los desplazamientos, ofrecer alternativas de cuidados de las personas, de los otros y de lo otro.
Todo esto es parte de la agenda que, a través del diálogo informado y comprometido, educadoras y educadores discutieron en una semana. En mi experiencia personal, fue especialmente gratificante poder coincidir con las y los hermanos latinoamericanos. Ellas y ellos son un sector de vanguardia, comprometido en la construcción de una alternativa pedagógica en diálogo para América Latina.
Habría que aprender de sus experiencias y replicar las prácticas exitosas al lado de los pueblos y las comunidades que resisten y no se rinden.

*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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