X Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales

 In Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Reunidos en la ciudad de Bogotá, Colombia, del 9 al 13 de junio, más de 7 mil participantes y 1200 espacios entre profesores, académicos, investigadores y estudiantes de distintas disciplinas de pregrado y posgrado de los países del cono sur, del Caribe y México, se llevó a cabo esta X edición de la conferencia latinoamericana.
Me tocó asistir a dicho evento como parte de mi incorporación a un programa de postdoctorado en Ciencias Sociales, Infancias y Juventudes que oferta FLACSO (Colombia y Argentina).
Este evento es una forma de hermanar a la cultura y la academia latinoamericana, a partir del fomento del pensamiento crítico, los nuevos feminismos, la defensa del derecho a la educación, la atención a los cuidados y en contra de todo tipo de hegemonismos, la erradicación de la violencia y una cultura de paz verdadera y la construcción de senderos de esperanza para las infancias y las juventudes de la región.
En días fríos y lluviosos, la Universidad Nacional de Colombia sirvió como marco de un evento digno de recordarse. En este evento, la estructura de trabajo de CLACSO eligió la figura de su secretario ejecutivo, que recayó en el argentino Pablo Vommaro, un personaje carismático de larga trayectoria, con claridad en las ideas y compromiso en las acciones.
En una ciudad y en un entorno que tiene fama de inseguro, la cordialidad, la amabilidad y la solidaridad de las y los participantes fue la constante. Es materialmente imposible hacer un recuerdo de la lista interminable de trabajos presentados, propuestas y reportes de investigación, relatos de experiencias, compromisos de acción; la constante en el evento fue el involucramiento de manera tácita de un compromiso y una hermandad latinoamericana. Todas y todos los académicos de distintos niveles educativos ratifican su compromiso por una mejor educación para un mundo mejor, en defensa de la tierra y el respeto a la naturaleza, con el fomento del pensamiento crítico para construir nuevos puentes que sirvan para transitar en un mundo cada vez más complejo, lleno de peligros e incertidumbre constante.
Quiero destacar, aunque es un asunto de percepción, que abre un amplio margen a la subjetividad, pero el contexto y las condiciones de trabajo y de participación de la gran mayoría de asistentes ratifican de manera solidaria el construir propuestas para un mundo mejor.
Han sido especialmente destacados la amabilidad y la gentileza de todas y todos: colombianos, argentinos, ecuatorianos, chilenos y brasileños con los que pude interactuar.
Queda el compromiso de la conformación de una agenda educativa latinoamericana y el respeto del derecho a la educación y, sobre todo, garantizar el cuidado no solo hacia las personas, sino también hacia la naturaleza.
Esta conferencia se manifiesta como un compromiso especial para garantizarle a niñas, niños y jóvenes un mundo mejor, en donde la paz se viva todos los días y se erradique la pedagogía del miedo, del odio y del terror. Como una situación circunstancial, pude conocer las instalaciones de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia (UPN), donde inauguraron un museo pedagógico y presentaron un aula homenaje a las aportaciones de Orlando Fals Borda, a 100 años de su natalicio.
A partir de asistir a este evento, noto diferencias con la realidad de nuestro país (pero es un asunto solo de percepción), al darme cuenta de que la solidaridad y la fraternidad entre las personas de acá, poco a poco, se va desquebrajando.

*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

Showing 3 comments
  • Gris Gómez
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    En hora buena, nuestro compromiso es fomentar el pensamiento crítico desde los aportes del pensamiento latinoamericano, gracias por compartir su mirada.

    • Maria Catalina González Pérez
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      Es esperanzador el encuentro y coincidencia de educadores latinoamericanos. Con tristeza coincido con usted. Las practicas de la pedagogía del miedo cada vez ganan terreno en las instituciones educativas en nuestro país. Al menos hablo de la que me alberga desde hace varios años. A veces ya no la reconozco. Es más importante portar el gafete institucional, cuidar la firma de entrada y salida, reportar la asistencia de los estudiantes, entre otras regulaciones administrativas que desplazan las tareas sustantivas como la docencia y la investigación. Aunado a lo que su texto refiere, ¿solidaridad?, ¿fraternidad?, incluso ¿respeto?, ¿diálogo?, vaya que si la tenemos compleja. Al menos percibo que aún hay quienes trabajan incansablemente por un mundo mejor.

  • Miguel Ángel Pérez Reynoso
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    Gracias Gris y Gracias María Catalina, coincido con ustedes y como se decía acá aún en la incertidumbre se sigue resistiendo y construyendo una esperanza objetiva para la mejora de los pueblos las comunidades los niños las niñas los jóvenes enhorabuena.

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