El trastorno dualdolescente. Entre la hiperactividad y sentirse solo

 en Luis Christian Velázquez Magallanes

Luis Christian Velázquez Magallanes*

 

El gobierno federal ha puesto en marcha una campaña que tiene como objetivo el desarrollo de hábitos de vida saludable. El pretexto, por si se necesitara alguno, se encuentra en una campaña preventiva contra las adicciones.

Las escuelas recibieron textos, tanto para docentes como para las familias, en donde se presenta información sobre las principales sustancias que generan una alteración en el sistema nervioso de quien las consume.

La campaña preventiva contra las adicciones se ha visto acompañada por una iniciativa que busca suprimir la venta y consumo de alimentos considerados como perjudiciales para la salud. La segunda estrategia ha publicado una normatividad de operación para las cooperativas en donde se define qué se puede y qué no ofrecer en la dieta de los alumnos de los diferentes centros escolares.

El gobierno federal, en la segunda administración de la denominada Cuarta Transformación, ha manifestado una preocupación, por lo menos en discursos y decretos, por mejorar las condiciones para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.

Pero, en términos llanos, ¿qué es lo que se quiere atender? Revisemos qué ocurre habitualmente con nuestros jóvenes. El Financiero publicó el 14 de noviembre del año pasado una nota en donde se informaba de la intoxicación de nueve estudiantes de una secundaria en Toluca por consumir una bebida energizante que les obsequiaron en una campaña promocional (https://www.elfinanciero.com.mx/estados/2024/11/14/alumnos-de-secundaria-en-edomex-se-intoxican-con-bebidas-energeticas-que-contiene-predator/).

Los hábitos de los adolescentes explican por qué se ha incrementado y proliferado el consumo de estas bebidas. La mayoría de los jóvenes tiene una dependencia a dispositivos electrónicos; hay registros que demuestran que nuestros jóvenes pasan la mayor parte de su tiempo viendo clips en distintas redes sociales, contemplando imágenes o participando en diversos juegos de rol. La madrugada y la calma de su habitación forman el ambiente idóneo para sobreestimular su sistema nervioso con los haces luminosos disparados por su móvil o tableta. Ahí no pasa el tiempo, solo importa conocer el vídeo más viral, obtener miles de likes y concluir la misión del videojuego en boga.

El próximo amanecer, la obligatoriedad de la escuela y su monotonía hacen que el joven intente dormir lo mejor que pueda para aparentar que tiene la mejor disposición de cumplir las tareas escolares. En este punto, la mercadotecnia y la moda le ofrecen una muleta para sobrellevar el día y la losa de sus actividades académicas: las bebidas energizantes. Desata el monstruo que vive en ti. Conoce tus verdaderos límites. Los eslóganes se complementan con la promesa de adquirir latas coleccionables y de edición limitada. Ergo, los jóvenes desvelados han incluido en su dieta consuetudinaria bebidas que les ayudan a espantar el sueño y les dotan de una supuesta energía. En verdad, ¿será así?

La Secretaría de Salud ha notificado que, a pesar de sus anuncios, estas bebidas en realidad no contienen sustancias naturales para proporcionar energía, pero sí generan una sobreestimulación del sistema nervioso y, como todos los excesos, ocasionan en la mayoría de jóvenes insomnio y ansiedad. Varios estudios señalan que, cuando las bebidas energizantes se combinan con alcohol, otra mezcla acostumbrada por los jóvenes, su exceso y constancia son causa de arritmias y, en casos severos, convulsiones.

Otro caso lo encontramos en el lamentable fallecimiento de un alumno en la Escuela Secundaria Técnica núm. 1 “José Vasconcelos” (https://www.infobae.com/mexico/2024/10/06/estudiante-muere-dentro-de-una-secundaria-en-guadalajara-tras-convulsionarse/). Las terribles características del suceso permitían inferir que la causa del deceso era el consumo excesivo de bebidas energéticas. El único pronunciamiento realizado por las autoridades educativas fue que los elementos del plantel sí aplicaron su famoso protocolo de actuación para emergencias escolares. Pero, por la magnitud del hecho, no se aclaró la situación a pesar de su ruido mediático. En estos casos, usan como protocolo la idea de que el ruido y la fuerza de la voz incómoda se irán diluyendo.

En ambos ejemplos se observa una situación que explica una condición que está afectando el desarrollo integral de nuestros jóvenes. Por una parte tenemos a seres sobreestimulados, ya sea por la cantidad de tiempo que pasan en dispositivos electrónicos o por el consumo de bebidas energizantes y que por esta situación enfrentan periodos de ansiedad acompañados por depresión.

Los profesionales de la salud mental hablan de que la combinación de una adicción y un trastorno mental ha propiciado la denominada patología dual. La patología dual explica que la adicción no necesariamente es de una sustancia prohibida; se refiere, también, a sustancias socialmente aceptadas –tabaco, bebidas energizantes– y los trastornos van desde la ansiedad, cambios de estados de ánimo, esquizofrenia, psicosis, déficit de atención e hiperactividad y diferentes rasgos y trastornos de personalidad. Esta patología es un diagnóstico común en los jóvenes y quizá está determinada por sus hábitos y pasatiempos.

Los principales síntomas de la patología dual son:

 

  • Alto nivel de impulsividad.
  • Comportamientos agresivos y violentos.
  • Irrespetar las normas, pautas y consignas.
  • Desorden en la convivencia rutinaria.
  • Marginalidad y vagabundeo.
  • Ideas paranoides.
  • Inestabilidad emocional.
  • Cambios repentinos de comportamiento.

 

La caracterización y sintomatología del trastorno dual permite la consolidación de un marco teórico para reconocer y entender las conductas ostentadas por nuestros adolescentes como un primer momento. Porque si en verdad existe la intención de mejorar sus condiciones para su desarrollo óptimo, es importante conocer las causas de sus conductas.

El segundo momento, indubitablemente, consiste en la intervención integral del fenómeno porque, recordemos que según los procesos de desarrollo neurológico, el cerebro de los adolescentes aún está en una etapa de desarrollo y consolidación y, en este sentido, es importante revisar cómo intervenir en el tratamiento para reducir en la medida de lo posible los riesgos y secuelas del trastorno.

La intervención integral requiere que los docentes frente a grupo y las autoridades educativas recurran a verdaderos especialistas; no se resuelve con un curso o con la visita de un gurú. El fenómeno requiere de un abordaje serio y metódico; no se resolverá únicamente con buenas intenciones y empatía. Ese tratamiento superficial, por ejemplo, se le ha dado a los problemas de violencia y acoso escolar y los resultados son contundentes; no se han erradicado porque no se parte de una visión metódica e interdisciplinaria. Por eso se ha cuestionado tanto que presenten a sus protocolos como panaceas; solo demuestran una óptica trivial e ingenua de los problemas que aquejan a las escuelas.

Por último, la Patología Dual implica un riesgo que no se puede ignorar y, mucho menos, dejar para después; el trastorno incrementa las tendencias suicidas en los adolescentes y, como se ha escrito hasta el cansancio, si los estados deben diseñar políticas que ponderen el interés superior de nuestras niñas, niños y adolescentes, luego entonces, es necesaria una estrategia de atención para este flagelo que tanto afecta y daña a nuestros jóvenes.

 

*Licenciado en Filosofía. Profesor en la Escuela Secundaria General 59 “Francisco Márquez”. [email protected]

Comentarios
  • Flor Magallanes Solis
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    Le felicito por su articulo, por que se ve que como Maestro le preocupa este fenómeno que está afectando a tantos niños, adolescentes y jóvenes, ojalá el Sistema Educativo tome. Cartas en el asunto y organice las acciones necesarias para bien de los estudiantes.

  • Guillermo Murillo
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    Bastante interesante, es un ejemplo de cómo el comportamiento del adolescente actual no solo se puede analizar desde un perspectiva, la de las redes sociales y su influencia abrumadora, también en la de la salud con sus hábitos de sueño y el consumo de sustancias, agreguemos la de una dieta poco variada, la de las relaciones con figuras paternas fragmentadas y con carencias o sin un estilo establecido de crianza, (En el pasado solo existía el estilo estricto) hoy hay tantos y no se adopta ninguno de manera consciente. Preocupa que no se ve una estrategia clara y efectiva, acercar información a las escuelas es un inicio, pero bastante tibio. Aplicar protocolos inacabados en la cuestión alimenticia es aún peor.
    Ojalá los profesionales de las escuelas de educación básica usen la autonomía curricular para atacar desde sus trincheras esto que parece una bomba de tiempo en nuestra adolescencia.

  • Ernesto Flores
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    Excelente análisis de esa problemática actual, como siempre agradecido por proporcionarnos información…No cabe duda que vivimos en una sociedad cada vez más compleja…aquejada por un sin numero de elementos contextuales difíciles; que más allá de la problemática económica, política…en lo social y concretamente en el estricto ámbito familiar llevamos un rezago de carencia de valores y fortalezas interpersonales al seno familiar que impiden el poder resolver este tipo de dualidad, por qué no se hace presente la figura familiar que observe y pueda corregir o tomar medidas de prevención y si este aspecto personal fuese el maestro esa figura….pues los mismos padres han desvalorizado su eficacia de acción y degradado su figura de respeto y corrector de buena fe….
    Esooo creo….UD. que Cree ?

  • Miriam González
    Responder

    Mi comentario es sobre la estructura de su texto. Considero que necesita una mejor relación en la redaccion respecto a la correlación del tema del título con las variables presentes. Así mismo, hace falta señalar 3 referencias (estilo APA); cuando menciona:
    1) Sobre los hábitos de adolescentes….” hay registros….” ( Referencias)
    2) En la afirmación “Los jóvenes desvelados han incluido en sus dietas…”
    3) En “Los profesionales de la salud mental…” (Referencias).
    Respecto al Contenido, es interesante desde el punto de vista de los distintos aspectos que influyen e impactan en el desarrollo adolescente; sin embargo considero con todo respeto que hace falta sustentar con más datos esa correlación de Patología Dual con respecto al tema de Salud alimentaria, en este caso su relación con Bebidas energizantes.
    La riqueza del escrito radicaría en su fortaleza para generar muchas líneas de investigación que se relacionen con los factores que perjudican el desarrollo adolescente.

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