A 5 años del riesgo global. ¿Alguien recuerda que vivimos en pandemia?
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Hace 5 años, entre los meses de marzo y abril, el mundo entero vivió una amenaza global y un peligro inminente, debido a la pandemia por COVID-19. A cinco años de distancia, algunas personas ya no recuerdan que vivimos encerrados, confinados, pegados a un aparato, gastando datos. Y este fenómeno sirvió para reconfigurar el estilo de relación humana, que a partir de ahí, ya no fue el de una relación directa, sino mediada por aparatos electrónicos.
Entre los meses de marzo y abril del año 2020, inició un fenómeno global que tenía mucho que no pasaba de manera planetaria, un pequeño bicho llamado COVID-19. Debido al año del descubrimiento, se tornó aceleradamente contagioso y de esta manera muchas personas, después de entrar a los hospitales, ya no salieron de ellos y terminaron muertas.
Hubo muchas personas que quedaron internadas, se habilitaron hospitales COVID, un número destacado de personas, al ingresar a los hospitales, ya no pudieron despedirse de sus familiares, quedaron desconectados del mundo para conectarse con algunos tubos y esperar la inminencia de la muerte, de los cuales no tengo datos de cuántos murieron, pero son cientos o miles de personas las que desafortunadamente fallecieron a nivel mundial y, en el caso de México o de nuestro entorno inmediato, que es el estado de Jalisco, fueron muchas y muchos que ya no están físicamente con nosotros.
El COVID, después de 5 años, y después del regreso a la otra normalidad, como se le llamó, nos dejó secuelas graves y algunas enseñanzas importantes, sobre todo, para las nuevas generaciones.
El cuidado y el autocuidado tienen que ver con el hecho de no solo pensar en uno, sino también en los demás. La sana distancia, las medidas de prevención, las formas de relación social e incluso la relación educativa, todo quedó reconfigurado bajo nuevos estilos y en nuevos formatos convivenciales.
Parece que hubo muchos estudios; hoy se habla de antes de la pandemia, durante la pandemia y el escenario postpandémico. Cinco años han pasado; pareciera que es mucho o es poco, pero el olvido no puede ser la salida de todo esto. La vigencia o la amenaza sigue latente, no por virus naturales o sintéticos, sino ahora, por magnates y por la prepotencia de los imperios. Entonces, la alerta sigue estando encendida para saber responder ante todo tipo de contingencias.
Y la escuela, ese espacio emblemático, el templo del saber, deberá ser sensible ante todo tipo de escenarios de riesgo y de contingencia; la escuela debe retomar su legado y su misión fundacional. La escuela deberá abrir espacios para recordar lo que pasó hace 5 años; generar narrativas, testimonios, recuerdos, memoria… La escuela no debe olvidar su misión de recordar para educar y de educar para recordar.
*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]