Maestros memorables

 en Luis Christian Velázquez Magallanes

Luis Christian Velázquez Magallanes*

 

Louis Germain es el responsable directo del ganador del Premio Nobel de Literatura de 1957. Las condiciones de un niño francés con raíces argelinas eran poco prometedoras. Su padre combatió y murió durante la Primera Guerra Mundial y su madre no acudió a la escuela por ser sordomuda. Además, por si fuera poco, el infante pervivía en severas limitaciones económicas por su condición de inmigrante.

Germain convenció a la abuela de cambiar el destino de este niño; en lugar de ser el aprendiz de algún comerciante local, continuaría con sus estudios. El maestro preparó a Albert Camus para presentar su examen y la historia da cuenta de lo demás. Camus es uno de los principales pensadores sobre la existencia y su sentido; sus reflexiones han impactado al mundo con sus piezas dramáticas, novelas cortas y ensayos sobre el absurdo.

Al recibir el Premio Nobel, Camus escribió una carta hermosa de agradecimiento a su entrañable maestro de primaria. El pensador argelino reconocía a ese hombre que, preocupado por su circunstancia y su futuro poco prometedor, decidió marcar la diferencia en toda su existencia.

Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin su enseñanza y ejemplo, no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y le puedo asegurar que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso continúan siempre vivos en uno de sus pequeños discípulos, que, a pesar de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Jesús Flores Díaz es un maestro excepcional. Él mismo cuenta que, durante su formación para ser maestro, tenía que trabajar en el turno nocturno para costear su futura profesión. Un buen día, el cansancio llegó y se durmió en plena clase, la maestra de ese momento, lejos de juzgar su sueño, decidió esperar y hablar con él. La maestra, al escuchar el horario de su trabajo, le ofreció la posibilidad de descansar a cambio de no atrasar su formación y cumplir con sus deberes estudiantiles. Ese hecho marcó la diferencia.

El maestro Chuy Flores es conocido en su colonia por su honorabilidad y ética como formador. Cuenta que todo lo que hacía en sus grupos y clases siempre tuvo la intención de educar y formar; atendía las necesidades de cada uno de sus alumnos. Observar y trabajar fueron su guía para marcar diferencia en cada uno de sus pupilos. Cuentan que en la primaria donde trabajó, antes de concluir cada ciclo escolar, los padres de familia preguntaban al director por el grupo de sexto grado que atendería para inscribir ahí a sus hijos.

David Pérez Olivera llegó a la ciudad escapando de eso que le decían que era su pasado trágico. Él mismo platica de cómo la azarosa muerte ha perseguido y atrapado en circunstancias inverosímiles a sus antepasados. Es oriundo de un pueblo de Jalisco cercano al mar y por eso no dudó en inscribirse en una escuela que decía “Clases de solfeo”. Pequeña confusión: creyó que aprendería a surfear, más no a leer música. Sin saberlo, se inscribió en la Escuela de Artes de Jalisco José Clemente Orozco. Quizá los dramas de su vida lo habían destinado a desarrollar una sensibilidad estética como pocos.

Empezó a dar clases de Artes en el Colegio de Bachilleres y poco después incursionó en escuelas privadas de secundaria y bachillerato. David ha utilizado su sensibilidad para comprender las necesidades de los adolescentes. Una vez lo escuché decir: Mis clases giran en torno a prácticas que ayuden a reconocer el valor que tiene cada uno de mis alumnos. En la actualidad, ¿quién se preocupa por decirles a nuestros jóvenes lo mucho que valen? Solo les imponemos formas y cosas. David ha estado en varias escuelas y en todas ha marcado la diferencia.

Álvaro De Santos Ávila es miembro cofundador de una secundaria federal. Empezó su labor a sus 17 años de edad, fungiendo como prefecto de alumnos que, en esa época, eran mayores. No sé cómo llegó al servicio educativo, pero cada uno de los alumnos que ha tenido siempre habla de él como un ser extraordinario.

Álvaro es un maestro de Ciencias que ha trabajado prácticamente en todos los campos formativos, pero lo que más ha procurado para sus alumnos es un trato amable, sincero y afectuoso. Álvaro siempre ha mostrado su preocupación por la juventud. Tenemos que enseñarlos a ser buenos y a entender que, a pesar de las circunstancias, ser bueno siempre es la mejor opción. Por eso, seguramente, cada vez que sus exalumnos pueden, le regresan el cariño que en su momento él otorgó. Pronto se jubilará y dejará un hueco intelectual y emocional que nadie podrá ocupar. Álvaro ha marcado la diferencia cuando muestra cómo debemos escuchar y empatizar con los alumnos.

Martín Linares Ramos es un maestro en toda la extensión de la palabra. Es egresado de la Escuela Normal Rural “Miguel Hidalgo” de Atequiza, Jalisco; solo con eso podemos inferir el compromiso ético y el deber ser de semejante individuo. Los egresados de las Normales rurales no solo aspiran a ser buenos docentes; comprenden que la escuela es el único lugar que puede mejorar a la sociedad y a sus integrantes.

Es un maestro sin medias tintas, duro, directo y sumamente preparado. No escatima en decirles a los integrantes de la comunidad educativa dónde labora sus desaciertos porque, sabe que ese poco interés y olvido del deber profesional perjudica el interés superior de las niñas, niños y adolescentes. Martín ha marcado la diferencia cada vez que nos recuerda la verdadera misión de la escuela.

El artículo de la semana anterior –https://revistaeducarnos.com/quien-asiste-a-los-consejos-tecnicos-escolares/– presentó la tipología de los antihéroes educativos, donde se describen actitudes y posturas perjudiciales para la educación de miles de jóvenes. Los antihéroes tienen en común el desinterés, la apatía y su bienestar; solo se preocupan por sí mismos y nada más. No buscan marcar la diferencia.

En ese punto específico se encuentra la excelencia de los casos que hemos narrado. Cada uno de estos héroes anónimos no pretendieron serlo, pero el nivel de compromiso y la ética otorgada a su labor marcaron la diferencia en muchos de los jóvenes que estuvieron o están en las aulas donde laboran.

En la actualidad se dice que el oficio del docente se encuentra desprestigiado y su figura ha perdido el respeto que en algún momento significó. Quizá la razón más profunda de este deterioro se deba a que los docentes no hemos buscado marcar la diferencia en nuestros alumnos.

Con respeto y admiración a estos maestros memorables.

 

*Licenciado en Filosofía. Profesor en la Escuela Secundaria General 59 “Francisco Márquez”. [email protected]

Comentarios
  • RIGEL KU
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    Como siempre estimado amigo, excelente post y muy interesante. Te envió saludos cordiales.

    • Norma Liliana Montaño Almada
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      Personalmente conozco a tres de los maestros mencionados y me enorgullece por ello.
      Qué fortuna que puedan ser reconocidos. Un abrazo para ellos y para usted maestro Cristian que cada día tiene el interés de marcar la diferencia para el buen desarrollo de sus alumnos.

    • Johnny canales
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      Yo tuve una maestra en mi casa y los entiendo y se el amor que le tienen a la profesión y que no es bien valorada, es una profesión hermosa

  • Profr. Álvaro de Santos Ávila
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    Gracias infinitas por este homenaje que por ser inmerecido, lo agradezco con mayor fuerza… También mi reconocimiento para usted maestro Christian, que por algo he decidido, desde hace tiempo, llamar mi Sensei… Gracias por la aprendizaje que me has transmitido, queriendo y sin querer…

  • Edith Galindo
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    ¡Que bonita narración descriptiva de personas que han dejado un precedente y legado importante de actitudes del deber ser de un docente!
    ¡Me agradó mucho que se tenga presente y se reconozca el buen proceder de quienes, de manera directa o indirecta dejan huella en los estudiantes. Pero bien es citado y lamentablemente al Maestro le ha sido arrebatado su papel de autoridad y de respeto que llegó a ser muy digno.

  • Luis Alberto Zertuche
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    Honor a quien Honor, se merecen, mis Respetos a dichos Eruditos Anónimos…
    Gracias por compartir, Pofesor Luis Christian, saludos y bendiciones

  • Ana Rodriguez
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    ¡Qué hermosa reflexión sobre el impacto que pueden tener los maestros en la vida de sus alumnos. Los maestros mencionados son ejemplos inspiradores de cómo la dedicación y el amor por la enseñanza pueden transformar vidas.cada uno de los educadores ha dejado una huella profunda en sus estudiantes, demostrando que no solo se trata de transmitir conocimientos, sino también de brindar apoyo emocional y fomentar el desarrollo personal.
    Maestro Christian mi respeto y admiración para usted.

  • Miguel Ángel Pérez Reynoso
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    Te faltó uno Luis Christian Velázquez solo un educador que marca la diferencia tiene la sensibilidad de fijarse en los aciertos de los colegas
    Pierre Boudieu sm creo la categoría de distinción para referirse a un asunto
    Pero Luis tu tienes la distinción de observar e incorporar las buenas prácticas. Es obvio que no puedes incluirte por un principio básico de honestidad. Pero aún sin conocerte, yo te anoto. Cuando hablas de los otros realmente también estás hablando de ti

  • Mayra
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    Un buen maestro siempre dejará huella en sus alumnos.
    A lo largo de mi vida académica he tenido muy buenos maestros, pero siempre uno marca la diferencia entre tantos y ahora que es mi maestro, me atrevo a decir que, es usted maestro de maestros, una verdadera eminencia.
    Sin dudarlo, también pondría su nombre en este artículo de maestros memorables.

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