Discusión y propuestas en torno al Plan Educativo 2024–2030
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Hace pocos días el IISUE de la UNAM presentó un libro en donde hace un recuento y un balance del proyecto educativo 2018-2024, realizado por un poco más de 30 investigadores de dicha institución.
La presentación de dicho libro no es un documento ni un acto neutral. Tiene la finalidad de incidir en las acciones y decisiones en el actual grupo que está a cargo de la SEP.
Asimismo, la dirigencia nacional de la CNTE tuvo un acercamiento frustrado con el nuevo titular de la SEP, Mario Delgado, con la intención de sentar las bases para la modificación legal de USICAMM.
Estos hechos no son aislados. Dan cuenta de las dificultades a las que se enfrenta la nueva cúpula de la SEP para sacar adelante un proyecto estratégico, del cual aún se conoce muy poco. Sabemos que el anuncio del Segundo Piso de la Transformación es solo un slogan. No existen traducciones fácticas que garanticen buenos escenarios en los distintos campos o áreas de la administración pública y, menos aún, en el terreno educativo.
Lo poco que sabemos hasta ahora es que se continuará con lo que se conoce como la Nueva Escuela Mexicana. Pero parece que lo que se dijo en los primeros días del sexenio, hoy se cumple: el titular de la SEP está ahí, no para desplegar un ambicioso proyecto educativo, sino para convertirse en un operador político al servicio de un proyecto que sirva para neutralizar las disidencias e incentivar la militancia de los grupos institucionales.
Bajo este contexto, son tres los posibles escenarios que pueden devenir en el seno de la SEP.
a) Un primer escenario de la cúpula de la SEP es cumplir con la hipótesis que manteníamos muchos, de que la gestión está al servicio de llevar a cabo una serie de cabildeos y negociaciones políticas con la finalidad de ordenar y disciplinar a los grupos, las tendencias y las voces al interior del sistema educativo. Evitar las disidencias y los cuestionamientos que se salgan de control. El titular de la SEP cumplirá su papel de bombero político al servicio de intereses turbios y actuará en consecuencia.
b) Tenemos un segundo escenario, que tiene que ver con crear una nueva burocracia educativa. Mario Delgado incluirá y les dará juego a personajes desplazados y marginados en otro momento, no por su valor intelectual, sino más bien con la finalidad de aprovechar el potencial político de los nuevos adherentes.
c) Y tenemos un tercer escenario, que educativamente es el más favorable, pero que realmente es el menos probable que suceda, y tiene que ver con abrir espacios y poder complementar lo que le ha hecho falta a la NEM en cuarto a la atención al magisterio nacional, destinar recursos sin politizarlos, apoyo a los pueblos y las comunidades que lo necesitan y pensar en la posibilidad de pedagogizar la vida cotidiana de la sociedad.
La educación está profundamente necesitada de certezas, de respuestas a las preguntas que se hicieron hace mucho, y de acciones que sirvan para aspirar a un país moderno, educado y culto del que muchos soñamos.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]