Entre la nostalgia y la incertidumbre de los recuerdos educativos

 In Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Cuando uno recuerda y reconstruye el pasado pone en tensión lo que realmente fue, y lo contrasta con lo que desearía que pudiera haber sido. Los recuerdos educativos son la edificación de una nostalgia idílica, deseable. En el recuerdo educativo se hace referencia al buen trato de los maestros y maestras, a la cercanía, a la capacidad de entendimiento y de sensibilidad de las personas que estaban a cargo de nosotros en nuestra fase de alumnos. Muy pocos recuerdan contenidos educativos, métodos de enseñanza y aprendizaje, enfoques, modelos didácticos… Si lo que se recuerda, lo que deja huella es el trato, la relación educativa, entonces ¿porqué insistir en enfoques tecnológicos, desarrollo de competencias y evaluaciones rigurosas?

En educación hay una cultura arraigada que dice: el tiempo pasado fue mejor. El asistir a la escuela primaria garantizaba tener acceso a una enciclopedia escolar: se enseñaba más, se aprendía más. Los maestros respondían a todas las preguntas y aclaraban las dudas. ¿Qué está pasando ahora?

El quiebre de la modernidad, en su fase posmoderna, ha traído nuevas dudas que no se responden, preguntas para las cuales no hay respuestas, entramos a lo que se conoce como incertidumbre. Ésta se define como la entrada a un escenario incierto, con la capacidad de movernos de manera incierta. Esto es lo que define actualmente el escenario y la realidad educativa no sólo en nuestro país, también en el ámbito internacional. Habría que preguntarse ¿qué ha sucedido en la sociedad para que pasamos de un clima de certezas a un ambiente de incertidumbres? Los cambios globales, el avance tecnológico y la velocidad de la información generaron su contraparte, no todo avance tecnológico, ni todo aporte científico se sedimenta en desarrollo humano.

Las dudas y las preguntas del presente fueron enunciadas en el pasado, se respondieron en el terreno de la ficción, en las utopías. Habría que crear una nueva didáctica, no para garantizar certezas, sino para lograr que los sujetos puedan moverse dentro de un clima de acertijos existenciales, de recovecos institucionales y amenazas sociales. Las preguntas clásicas de qué enseñar, qué aprender y para qué hacerlo, hoy cobran nueva vigencia. El pasado y el presente se unen bajo un escenario de amenaza y de riesgo social. Démosle la palabra a los educadores de vanguardia para que construyan el nuevo futuro socio-educacional.

*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]

Showing 4 comments
  • mariana saavedra zamudio

    En lo particular percibo esa incertidumbre en las aulas, pero cabe resaltar que como educadores a muchos nos falta la ansia constante por preguntarnos ¿en donde nos falta poner atención para darle a cada personita que estamos formando una pizca de lucidez en ese camino tan basto de los cuestionamientos existenciales?. Estoy en una búsqueda constante de herramientas que me permitan ser generadora de esa lucidez en el aula.

    • hector daniel molina

      Ese es precisamente el punto, pensar si estamos educando viendo al futuro o solamente mirando el pasado…

  • Teodora Olimpia Gonzalez Basurto

    Me uno a estas ideas, pero lo más grave de la incertidumbre es que en las escuelas se aplican esos enfoques donde por obligación los maestros comienzan a familiarizarse, a conocer sobre la marcha y a convenserse quién sabe cuando ante todas las amenazas que se ciernen sobre ellos, sobre nosotros. Someter y aplastar a la vanguardia es lo que se observa y si no véase caso Apatzingan. Mientra MEB DF UPN 094 Línea Enseñanza de la Lengua y Recreación Literaria seguirá siendo crítica ante las enfoques tecnológicos, desarrollo de competencias y evaluaciones rigurosas.

  • Teodora Olimpia Gonzalez Basurto

    Corrijo un error: convencerse. Refrendo que el agobio, la incertidumbre y el clima enrarecido en las escuelas permanece. La reforma estructural sobre la educación, sus leyes secundarias, la falsa ruta de mejora sobre los ocho rasgos de normalidad mínima que se contraponen al construcctivismo que es uno de los principios pedagógicos de la RIEB hasta ahora vigente como modelo educativo, le han quitado al ser docente y a la propia práctica el encanto. El Estado, la SEP, el SNTE, en su afán de tener el control por la disencia, y en general en todos los maestros, han generado un fuerte desencanto de la profesión, le quitan su creatividad y la hacen incursionar en el burocratismo, en la simulación y en el tradicionalismo.¿Eso es lo que persiguen al someternos a las “recomendaciones internacionales”. La teoría althuseriana está más viva que nunca. la transformación educativa y el lanzamiento de un nuevo modelo educativo se da implicando a los docentes, cuidando preparar a las escuelas formadoras de docentes a la par que a los docentes en activo, así mismo involucrando a la sociedad en su conjunto, sin simulaciones. El cierre de normales habla por lo que el Estado realmente quiere. Lo mismo ocurre con la UPN, donde las Unidades DF están prácticamente sin recursos, viviendo por obra y milagro de sus propios integrantes.

Start typing and press Enter to search