El elegido para la SEP: ¿ruptura o compromiso políítico?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

La designación de Mario Delgado Carrillo como titular de la SEP ha generado discusiones y críticas entre diferentes actores del escenario educativo nacional, siendo significado como una elección poco afortunada que se contrapone a los principios, filosofía y, sobre todo, la visión que MORENA ha detentado y pregonado en los últimos años.
Poco tiempo antes de que el presidente López Obrador ganara la elección de 2018, señaló que diferentes egresados del Instituto Tecnológico Autónomo de México, ITAM, eran malos técnicos y corruptos, así como los responsables de la caída de la economía del país. Obviamente, aludía directamente a egresados específicos, no al instituto, el cual tampoco es motivo de cuestionamiento en el presente texto.
El señalamiento se hace claro y comprensible, si observamos que varios de los egresados han apoyado, trabajado o formado parte de las filas del PRI y del PAN y han ocupado cargos importantes dentro de los gobiernos catalogados como conservadores y/o neoliberales por el Lic. López Obrador; leamos algunos de los nombres de los egresados y todo será claro: Agustín Cartens, Felipe Calderón, Ernesto Cordero, Luis Videgaray, José Antonio Meade, Carlos Loret de Mola, Alfredo del Mazo Maza, Federico Döring, Max Kaiser, entre muchos otros, incluido Alonso Lujambio que ocupó la Secretaría de Educación Pública durante el gobierno de Calderón, entre 2009 y 2012, y podemos incluir a Josefina Vázquez Mota, también titular de la SEP entre 2006 y 2009, también bajo el gobierno de Calderón, aunque ella sólo curso un diplomado en el ITAM. Evidentemente vemos aquí a muchos opositores, críticos y detractores del actual presidente y de MORENA.
Aunado al factor del alma mater del elegido para dirigir la SEP, muchas personas no olvidan su apoyo a la evaluación docente propuesta por el expresidente Peña Nieto: en redes sociales cientos de personas se han encargado de recuperar y viralizar la forma en que respaldó dicha evaluación que se vivió y lo recuerda como una afrenta.
Ser egresado del ITAM y haber apoyado la Reforma Educativa de Peña son dos variables que no empatan con las ideas y visión del actual presidente, por lo que su designación, aún falta ver que llegue dado el revuelo que ha causado, puede,interpretarse como una ruptura de la presidente entrante con quien dejará el poder en sus manos o bien, como un pago político, poniendo al frente nuevamente a un político sin experiencia, sin conocimiento de lo educativo y alejado totalmente del magisterio.
Aún no empieza la gestión y ya se considera un mal inicio. Independientemente de que fuera por ruptura o por pago es un hecho que pudieron buscarle acomodo en otra Secretaría o función y poner al frente de Educación a alguien realmente empático con los y las docentes. Ni modo, igual y solamente tendremos que esperar otros seis años para que se atiendan nuestras necesidades. Sólo nos resta desearle suerte y esperar que, por el bien de todos, logre dirigir la SEP sin lastimar al magisterio, que consiga reposicionar socialmente la docencia y pueda mejorar las formas de implementar la capacitación en bien de los menores del país.

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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