A 30 años de los nuevos pesos, ser de primer mundo y el zapatismo

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

A principios de la década de los 90 se encontraba Carlos Salinas de Gortari como presidente de nuestro país, siendo uno de los sexenios más controvertidos y criticados de la historia: la canción Confusión del grupo de rock la Castañeda hace una síntesis brillante de esos seis años, por cierto. Venía precedido Salinas por los gobiernos fallidos económicamente de Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid, que generaron una devaluación tal que el dólar llegó a valer miles de pesos.
Se tomaron medidas, entonces buscando cambiar y salvar la imagen y economía del país: en el campo de lo educativo, en 1992 se descentralizaron los pagos a los maestros quedando en manos de los gobiernos estatales; en 1993, hace 30 años, se decide cambiar la moneda del país, por los llamados Nuevos pesos, que mostraban en billetes y en monedas, que aún con mucha suerte podemos encontrarnos con alguna, una letra “N” que representaba a la nueva forma de presentación del peso mexicano, que era básicamente lo mismo pero decidiendo quitarle tres ceros a la moneda para que fonéticamente, no económicamente, se escuchará menos grave el asunto del tipo de cambio: pasó de estar a $2290 pesos por dólar a alcanzar los $3441 por dólar, por eso, con el cambio sólo eran N$3.44, una fantasía auditiva aceptable y no impactante.
Dentro de 3 semanas, el 1º de enero de 2024, se cumplirán también 30 años de nuestra supuesta entrada al primer mundo con el tratado de libre comercio, con un enfoque neoliberal, que se vio opacado por el levantamiento del ejército zapatista, que buscaba, como parte de su legado, la autonomía, reconocimiento y dignificación de las comunidades indígenas, aspecto que se mantiene como pilares educativos en las escuelas que levantaron como parte de su proyecto. Mientras Salinas de Gortari hablaba de riqueza para el país, el subcomandante Marcos y sus huestes pusieron el dedo en la llaga al visibilizar las condiciones de pobreza de diferentes comunidades indígenas al sur de nuestro país, ofreciendo, al mismo tiempo, una alternativa educativa, social y escolar, con un enfoque político y cultural distinto.
Dentro de poco más de tres meses también se cumplirán 30 años del asesinato del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio y en diciembre del siguiente año se cumplirán también 30 años del conocido error de diciembre, en el que el presidente exprés Zedillo devaluó nuestra moneda a $9.40 nuevos flamantes pesos por dólar, lo que implicó también la pérdida de muchas fuentes de trabajo. Se dio entonces lo que internacionalmente se conoció como “el efecto Tequila” que impactó, de formas diferentes obvio, a varios países del mundo.
Hoy el dólar ronda los $18 pesos, que ya no son nuevos, las escuelas zapatistas siguen funcionando, sigue habiendo dudas y rumores sobre la muerte de Colosio, seguimos sin ser del primer mundo y los docentes, como en ese tiempo, seguimos esperando una revaloración de nuestro trabajo. 30 años, esto no son para celebrar, pero sí para reflexionar ¿o no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar