Educar para aprender

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

En alguna de tantas actividades culturales de la recién finalizada edición de la FIL, los ponentes invitados discurrieron sobre la relación presente–futuro del país en función de la situación presente y el rumbo de las principales actividades nacionales, una de ellas la educación.
Alguien de entre los ponentes propuso algo parecido a lo siguiente: Hoy México se ocupa del control de la educación y no de lo hoy esencial. Ese control se traduce en profesores, directores y funcionarios preocupados por la mejora de enseñanza, cuando el tema es el aprendizaje. Si el país no centra su desarrollo educativo en incrementar la capacidad de aprender de sus estudiantes, la educación no podrá contribuir a construir otro país.
Otro elemento aportado por otro ponente se refirió a como hoy los conceptos, los contenidos y el saber está disponible en bibliotecas y en múltiples formas de información digitalizada. La enseñanza no es el problema, sino el aprendizaje, en especial el aprender a aprender.
Bueno, si aceptáramos el punto anterior, ¿qué, cómo y cuándo debiéramos aprender? Se sabe muy bien que los cambios en la educación son lentos y complejos y quizá por eso con muy poca frecuencia se cumplen. Un ejemplo, quizá el primero y último en nuestro país, fue el Plan de Once Años del secretario Jaime Torres Bodet. Por eso, lo primero para cualquier mejora de fondo, trascendente de la educación en el país es no “acelerar, es decir, nombrar una comisión de notables, ponerle unos pesos, y declarar los cambios a cumplirse a partir del cambio presidencial del año próximo”. Sin dudar, sería excavar la fosa donde se enterrará cualquier propuesta.
Quizá, tal como se ha realizado en otros países, sea declarar un solo objetivo. En nuestro caso un objetivo cuya consecución efectivamente contribuya al propósito de hacer el aprendizaje el centro de la acción educativa nacional. Probablemente definir un objetivo parecido a: conversar con todos los estudiantes del país sobre cuáles han ser las acciones, actividades y actitudes a poner en práctica por autoridades, educadores, familiares y por ellos mismos, los estudiantes, para privilegiar el aprendizaje (aprender a aprender) en los trabajos educativos. Suena utópico ¿verdad? No lo es tanto si aprovechamos los recursos de la inteligencia artificial generativa.
Seguramente se obtendrán muchísimas respuestas diversas. Y claro no se pueden implementar todas. Bueno, se puede antes de abandonar la idea. Capaz y sí se puede a condición de responsabilizar a quien hizo la propuesta a que la pruebe y la aplique en él mismo, y deje de pensar en qué otros deben hacer algo. ¿Se imaginan a los secretarios de educación del país, pensando, quizá por primera vez, en cómo centrar su trabajo, sus acciones, en el logro de aprendizajes, y de aprender a aprender el primero de esos? ¿Utópico? Quizá, pero posible con un gramo de interés y cariño en la educación mexicana.
Si se hiciera lo mismo con los otros segmentos ya citados podríamos imaginar a los estudiantes recibiendo la ayuda de sus compañeros y sus maestros para aprender lo que quiere aprender. Imaginar a los secretarios en la reunión nacional de autoridades educativas pidiéndose ayuda entre ellos para aprender a aprender. En fin la utopía da vuelo a la imaginación. ¿Veremos o no?

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). [email protected]

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