Relación tutora, otra opción
Miguel Bazdresch Parada*
Hace unos años tuve relación con un grupo de profesores del CONAFE encargado de varios centros de formación en el país. En relación con ese organismo conviene recordar lo siguiente:
“El Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) se creó el 11 de septiembre de 1971 a través de la publicación de un decreto en el Diario Oficial de la Federación. El CONAFE es un organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que tiene como tarea brindar servicios de educación básica, desde la primera infancia a niños y adolescentes que habitan en localidades de alta y muy alta marginación del país, en las que no es posible contar con un servicio educativo regular. (1)
El lector se dará cuenta de la magnitud del encargo. En nuestro país aun existen varias decenas de miles de comunidades de alta y media marginación. Aquella relación con ese grupo de profesores me permitió conocer en teoría y en la práctica lo que ellos llamaron relación tutora. La definición de esa práctica, siempre en proceso de configuración, la proponen de la siguiente manera:
“La relación tutora es una práctica en constante evolución. Desde sus inicios en la Postprimaria de CONAFE, la tutoría se ha transformado con cada iteración (Comunidad de Aprendizaje, PEMLE, EIMLE, modelo ABCD de CONAFE) y, como demuestran las observaciones del equipo de Redes de Tutoría, con cada lugar en donde ha arraigado (…)” (2)
De pronto puede parecer una práctica tradicional de tutoría tal como se suele hacer en los procesos de elaborar una tesis de posgrado, en la cual se asigna un tutor al estudiante para guiarlo en la realización de los pasos de investigación y luego traducirlo en un texto coherente. Nada más alejado de la relación tutora práctica en la cual todos son tutores y todos son aprendices. Tal como se explica en uno de sus documentos centrales: “La relación tutora es una estrategia de aprender y enseñar en una manera personalizada, uno-a-uno, en un contrato personal entre quien posee una competencia concreta y quien desea adquirirla.” (3)
Así, un estudiante, quien escogió un tema para aprender todo lo relacionado con dicho tema, una vez que lo domina con la ayuda de un maestro o de otro estudiante quienes ya lo conocen, se convierte en otro tutor de ese tema para ayudar a aprenderlo a otro y otros estudiantes. También sucede con frecuencia que cierto tema requiere el concurso de personas externas a la escuela, miembros de la comunidad en la cual está ubicada la escuela o aún el recurso a las fuentes digitalizadas sobre el asunto en cuestión. El proceso de aprender puede incluir, cuando el tema lo pide, el concurso de personas conocedoras de fuera de la escuela. Se trata de un cambio radical. “El efecto de la relación tutora es transformar el salón de clase convencional en una comunidad de aprendizaje en la que todos son capaces de enseñar y aprender; (…) la docencia (…) se reparte en la red de maestros y estudiantes que enseñan y aprenden en relaciones personales…” ¿De verdad la nueva escuela mexicana es nueva ante 52 años de relación tutora?
(1) Ver: https://www.gob.mx/conafe/que-hacemos
(2) Idem
(3) https://redesdetutoria.com/la-relacion-tutora/
*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx