Ser famoso, famosa ¿para qué?
Marco Antonio González Villa*
A veces se busca, a veces llega sola, lo cierto es que la fama es una palabra que cada vez se escucha con más frecuencia. Los motivos por los cuales una persona puede ser famosa son diversos y presentan diferentes matices, pero, sin importar que sea por algo bueno o malo, siempre es el resultado de una acción, de un hacer que se hace visible para los demás y que destaca de lo realizado de manera común. La fama es otorgada por otros, no es una decisión personal.
Para aquellos que ya no somos tan jóvenes, vimos en los primeros años de la década de los ochenta la serie llamada Fama (Fame en inglés), también hubo película, en donde jóvenes se preparaban para destacar, ser famosos, a través de diferentes expresiones artísticas. Lógicamente la fama no es exclusiva del arte, se encuentra en todas partes.
Antes del siglo XX la fama de alguien era precedida por su popularidad, propia del rol social que desempeñaba, como reyes o conquistadores, por ejemplo, o bien, como ya referí, por sus acciones u obras, como los artistas, los héroes o asesinos, entre otros, pero era necesario ser testigo de lo realizado o haberlo leído o recibir la información de viva voz de parte de otra persona. No cualquiera podía lograr la fama.
El siglo XX cambió la forma de adquirir fama, porque se anexaron la radio, el cine y la televisión como fuentes para obtener información, con mayor alcance y evidencias, lo cual revolucionó por completo el siglo XXI, en donde los dispositivos, el internet y las redes sociales han sido instrumentos de creación de fama.
En cada área, en cada campo del saber, en cada cultura, en toda sociedad, hay personas que tienen fama, pero tal parece que hoy en día se ha vuelto una obsesión, un ideal y una meta en la vida, sobre todo porque la fama puede representar ingresos y patrocinios, o simplemente para ser vistos o sentirse importantes o superiores, sin importar incluso que el motivo de la fama sea por algo banal, frívolo, pero contando con personas y seguidores que valoran y validan, aplauden incluso, el motivo de su fama, buscando una foto o un saludo, pagando por verlos e idealizando y ensalzando sus vidas. Tener fama es un sentido de vida, no importa cómo se consiga, el chiste es tener reflectores y vistas.
No obstante, todavía podemos ser testigos de otros tipos de fama que son precedidas por el trabajo, el esfuerzo o el conocimiento del alguien, contando con el respaldo de sus saberes y la valoración de otros, volviéndolos una autoridad en un campo ¿qué tal Díaz Barriga hablando sobre educación al lado de gente del gobierno? El aval de un famoso como él pesa, no es cualquier tipo de fama.
Artistas, deportistas, narcos, políticos, criminales, influencers, youtubers, tiktokers, escritor, investigador, activista, conductor de radio o tv, rico, cómico y empresario son algunas de las mejores opciones para alcanzar la fama, uno quisiera pensar que el sentido de su búsqueda es la trascendencia por el legado de hacer un bien para muchos, pero esto sólo puede ser respondido por cada persona que busca la fama: ¿para qué ser famoso o famosa? ¿Necesidad, motivación o consecuencia? Efímera, vana, merecida, para siempre, local. Internacional, justa, injusta, deseada, no deseada, comprada, ganada, incómoda, placentera, así puede ser la fama, termina teniendo tintes personales y únicos obvio. ¿Educ@rnos tiene fama? Espero que sí, por el bien de todos.
*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]
Estoy de acuerdo con que la fama no se buscaba directamente, sin embargo si existía el interés por hacer el bien y eso derivaba en la fama.
Ahora como bien lo señalas Marco Antonio la fama se volvió banal, superflua por los dispositivos digitales que brindan esa posibilidad y está provocando la obsesión por ser famosos, por eso hay personas que hacen muchas cosas y se ven patéticos .
Afortunadamente no todos tienen el interés de ser famosos y creo que el doctor Ángel Díaz Barriga no es alguien que haya buscado la fama, es más bien que buscaba hacer un buen trabajo profesional y trascender en el conocimiento y eso es más que la fama.
La educación no busca que sean famosas las personas, sino que sean buenas personas a lo largo de toda su vida, que aprendan el buen vivir.