La UPN Jalisco en el marco del proyecto nacional: desarrollo ante un escenario impredecible

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La Universidad Pedagógica Nacional (UPN) está por cumplir 45 años de existencia, nacida en el año de 1978 por iniciativa y decreto presidencial y a propuesta del SNTE. Estos 45 años han servido para acumular una serie de fortalezas, pero también para entrar a una etapa de incertidumbre y de indefinición institucional.
La UPN cuenta con la Unidad en el Ajusco al sur de la CDMX y con 76 Unidades UPN distribuidas en todas las entidades del país y 200 subsedes o módulos que son extensiones de trabajo y que dependen de una Unidad sede. Dicha estructura nacional sirve para ofrecer programas educativos de licenciatura y posgrado, cursos de actualización y capacitación dirigidos a maestros y directivos en servicio y distintos proyectos de investigación e intervención, los cuales concluyen con la publicación de artículos en revistas especializadas y en las ediciones libros y memorias.
Hace un par de años la comunidad universitaria de la UPN llevó a cabo un evento al que le llamó Congreso Nacional Universitario (CNU) dicho evento sirvió para consultar y llegar a algunos acuerdos, en cuanto al proyecto nacional y a la definición de una nueva figura jurídica que se concretizará en una Ley Orgánica que regule y defina normativamente a la Universidad para el futuro inmediato. Dicha propuesta se encuentra en el Senado de la república quien tiene la última palabra y toda la comunidad universitaria, está a la espera de su aprobación en los términos y bajo los contenidos mas cercanos a lo que llegó en sus consensos generales el CNU. Conservar el carácter nacional, definirse como Universidad nacional y aspirar a un esquema de autonomía por ley en lo financiero y en cuanto a los órganos de mando y de gobierno y de autorregulación.
Sin embargo, el entorno bajo el cual se decidirá dicho espacio es incierto, se puede decir que cuando menos en los últimos veinte años la UPN ha venido perdiendo buena parte de sus logros prestacionales.
Con el traslado y la responsabilidad de gran parte de las atribuciones de la Universidad Pedagógica a los gobiernos de los estados, hoy hablamos de una universidad nacional que comparte programas educativos y un esquema de desarrollo académico, pero también hablamos de 32 estilos de asumirse como Universidad a partir de la relación (buena, regular o mala) que establece la UPN con los gobiernos locales. Es la racionalidad, la ideología política, los estilos particulares de administrar los asuntos educativos de cada entidad federativa desde donde se desprenden los mecanismos de actuación y de decisión en cuanto al tratamiento de la UPN en cada estado.
Para el estado de Jalisco tenemos muy claro, desde hace muchos años, la insensibilidad programática para tratar a la UPN como una Universidad nacional de importancia que opera en el territorio estatal. El ninguneo, la indiferencia y el desprecio para atender a una universidad temática pequeña en sus dimensiones, pero grande en sus acciones y en el impacto de las mismas, da cuenta de que el escenario no es el más halagüeño y para muchos gobiernos locales la UPN no les interesa.
Además, tenemos que desde hace más de 20 años, no se convoca a un concurso abierto de oposición para la basificación de plazas académicas, esto ha dado lugar al enquistamiento de las personas que vía contrato temporal han venido ocupando las plazas académicas. Si bien, el concurso público y abierto de oposición, fue una de las distinciones que ha tenido la UPN en el universo de todas las IES a nivel nacional, hoy parece que dicha distinción le estorba a un grupo de burócratas que se han enquistado en la propia Universidad y que reclaman sólo por la antigüedad (con pobre trabajo y con casi nula producción académica) la basificación automática.
El gobierno local recientemente y a través de la Subsecretaría de Administración, llevaron a cabo una serie de promociones de personal académico de base, mandatadas por la Comisión Académica Dictaminadora (CAD), pero lo hizo de manera discrecional y desproporcionada; haciendo a un lado a las autoridades de la propia Universidad e incluso afectando con ello los derechos de otras personas de base.
A 45 años de distancia, la UPN a nivel nacional y en Jalisco tiene nuevas preguntas sobre las cuales no existe autoridad encargada de darles respuesta, se difunden varias versiones de manera extraoficial:

a) Que el Senado decidirá sobre la base de mandar a todas las unidades a los estados a través de crear OPDs con un nuevo contrato fundacional.
b) Que a partir de la promulgación de la nueva ley orgánica, se habla de que todo comenzará de nuevo a partir de nuevas condiciones de trabajo.
c) Incluso se habla de la desaparición de la Universidad y de la liquidación de todo el personal de base para dar lugar a un nuevo modelo basado en el eficientismo y en el rendimiento en la productividad, tipo maquila académica, obviamente, en condiciones laborales precarias.

Además, las comunidades académicas y de trabajadores de apoyo, están divididas y confrontadas por un absurdo debate ideológico, en donde las visiones de unos quieren imponerse a los consensos de otros y ello ha impedido dar el gran salto para garantizar el respeto de las instancias de gobierno al proyecto de Universidad Pedagógica.
Independientemente de lo que resuelva el Senado, se requieren dos grandes acciones:

a) Sentar en una mesa de negociación a las autoridades de cada entidad federativa para que defina compromisos por escrito, no de manera coyuntural sino para el mediano y largo plazo.
b) Abrir un amplio debate con toda la comunidad universitaria para de nuevo darle continuidad y afirmar los consensos que el Congreso dejó pendientes y ratificar acuerdos y compromisos. Es muy claro que la UPN es profundamente plural, pero ello no debe ser pretexto para continuar con una especie de parálisis institucional. Las diferencias deben servir para avanzar y llegar a acuerdos y no para continuar con el clima de estancamiento y parálisis.

Es necesario que, desde Rectoría, el consejo académico, las delegaciones sindicales de las y los trabajadores académicos y de apoyo, se abra al debate y se llegue a nuevos consensos. Y es importante que el Senado de la república resuelva a partir de los términos de los consensos a los que llegó el CNU.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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