La necesidad del conocimiento y la nueva agenda de la investigación

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

El fenómeno mundial llamado pandemia, no sólo cimbró a la humanidad por completo, sino que nos colocó ante un escenario al que se le tuvo que llamar nueva normalidad, me supongo que dicho escenario alternativo, superaba a la vieja normalidad.
La agenda de los investigadores tuvo que modificarse debido a ello y obligó a que se incluyeran asuntos ligados con dicho fenómeno. El confinamiento, las clases en línea, los problemas de la conectividad fueron los nuevos temas y las nuevas categorías que se desprendieron de la pandemia entre muchas otras.
Pero hay otros componentes que es importante destacar, como puede ser la convivencia en la distancia y el sufrimiento del personal docente producto del encierro. La agenda de la investigación se construye por distintas fuentes que le dan sentido a su labor, empezando por las necesidades sociales que van demandando los ciudadanos, otras tienen que ver con problemas recurrentes y los asuntos clásicos de la ciencia social y unos más están asociados con temas de moda que colocan algunos pensadores icónicos que van dando la pauta de las líneas de una agenda para la investigación.
De esta manera, hoy la agenda del conocimiento ha cambiado porque han cambiado las circunstancias del contexto y el reclamo de las necesidades que se desprenden del mismo.
Ahora bien, la violencia y la pertinencia de los saberes y conocimientos producto de lo que sirvió y fue vigente para cierta época o para ciertos sujetos y que ya no lo es igual para las circunstancias de ahora. El ahora no existe, es una construcción social cuya relatividad tiene que ver con un recorte y delimitación de circunstancias ligadas con el tiempo, el espacio y los fenómenos sociales del mundo actual.
Lo que tenemos hoy en día, como más visible de todo esto, tiene que ver con las preguntas de la investigación, las nuevas metodologías y las teorías que se han generado en esta nueva agenda. La investigación ahora no sólo se vincula a la generación de conocimientos, sino que también aparecen ahora situaciones ligadas con el desarrollo humano, con los procesos de adaptación/desadaptación, con los mecanismos de resistencia y regulación social y, por último, con el rescate de las voces y las experiencias desde los propios actores.
En conclusión, me parece que aún nos debemos la gran investigación que nos ayude a documentar lo que fue la pandemia y su impacto en educación y, junto a ello, pero de manera derivada a misma, por conocer cómo han respondido y se han adaptado los sujetos a esta nueva normalidad.
Requerimos narrativas y una gran sistematización de esta experiencia global, no sólo para saber qué pasó con la pandemia, sino también para aprender a futuro de cómo enfrentar fenómenos similares. Investigar en un contexto de pandemia es la asignatura pendiente que nos falta por aprobar.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com