La mejora institucional de la educación en Jalisco
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
A partir de una lectura rápida de la Ley de Educación en el Estado de Jalisco promulgada en el año 2021 (en pleno corazón de la pandemia), ahí se habla de la creación de un organismo denominado Consejo Estatal para la Mejora Continua o Sistema Estatal para la Mejora Continua (Si-Mejora). De esta manera, dicho organismo fue instalado protocolariamente, el cual está integrado por personajes ligados al actual grupo en el poder político y educativo en la entidad, teniendo al secretario de educación como su presidente y a distintas figuras ligadas a la estructura gubernamental que no tiene caso mencionarlas aquí.
Su tarea central es mantener el cuidado permanente de la mejora continua de la educación en la entidad, y ahí es en donde está el quid del asunto. Si-mejora o trabaja muy hacia adentro del sistema que muy pocos o nadie lo ve, o su trabajo ha sido burocrático y totalmente intrascendente.
La pregunta que se haría desde otros lugares o desde otros ámbitos sería ¿qué es lo que debe cambar de la educación en Jalisco? Y para seguir con ello ¿cómo hacerlo?
A partir de los últimos años del siglo pasado en que comenzó una fuerte obsesión por la evaluación y el ranqueo de los sistemas y las instituciones, lo mismo detenerse a mirar los resultados educativos y también de la creación de estándares e indicadores nacionales con cierto soporte de las tendencias internacionales, se comenzó a comparar lo que se hacía o lo que avanzaban las entidades federativas con relación al resto.
También la aplicación de la prueba PISA, cuya primera versión y primeros resultados se dieron a conocer en el año 2000, y que permite comparar el avance de nuestro país con los países miembros de la OCDE en el ámbito internacional, en un primer momento y con los países de la región latinoamericana en un segundo lugar. A partir de dicha experiencia se permitió hacer o fomentar estos ejercidos comparativos. De esta manera, Jalisco ocupaba el lugar 21 o 22 en infinidad de indicadores. Es decir, hemos sido un estado que se ubica de la media tabla para abajo, en ocasiones subimos de dos a tres lugares y en otras bajamos.
En ningún momento hemos sido el primer lugar de ningún indicador, pero tampoco hemos estado hasta debajo de la tabla con peligro de descender a la segunda división. Los estados del norte regularmente ocupan los primeros lugares junto con la Ciudad de México y los estados del sur o del sureste ocupan los últimos lugares, el centro se mantiene muy igual a su geografía, a media tabla. De esta manera surge una primera conclusión: el avance educativo está regulado por la ubicación geográfica de cada entidad y más aún, a una mayor configuración indígena es más difícil el avance y el desarrollo educacional.
Jalisco es un lugar estratégico en varios aspectos, gobernado por muchos años durante los cacicazgos priistas luego tuvo una alternancia durante 18 años al cobijo del poder azul del panismo, para inaugurar una nueva alternancia a través del color naranja en la política nacional.
La herencia que tenemos hoy en día es que el avance es lento y poco sostenido en cuanto a mejora educativa debido a factores endógenos y también exógenos al propio sistema. Independientemente de los colores partidistas de quien se encuentre en el poder y tenga en sus manos las decisiones y realice las acciones educativas pertinentes, en mejora hace falta mucho por hacer.
El campo de la mejora continua es un componente que integra factores de la gestión, la planeación, el diseño de las políticas públicas y la admiración de recursos humanos, etcétera, lo primero es tener claro los objetivos. Por ejemplo, atender rezagos, inequidades, mejorar resultados de aprendizaje, eficiencia terminal e impacto en las acciones, por poner solo algunos ejemplos, para luego pensar en estrategias de acción y el enunciado de resultados esperados. ¿Qué tenemos al respecto? No lo sé.
El problema potencial es que el sistema educativo de Jalisco está sobradamente politizado, predomina la racionalidad política por encima de la racionalidad académica, ello en sí mismo ya es una limitante. La mejora institucional en educación tiene que pasar por el tamiz de la política, ¿cómo destrabar todo esto?, no es sencillo, todo proceso es o debe ser largo y tortuoso. Mejorar en educación pasa por despolitizar el sistema, darle lugar a la inclusión de cuadros verdaderamente académicos, si bien no en los mandos superiores si en los mandos medios del sistema, tener un equipo articulado a partir de un solo proyecto de desarrollo y no varios proyectos al interior de una misma secretaría como sucede hasta ahora.
Por último, para esta entrega editorial, habría que definir qué se entiende por mejora continua y, a partir de ahí, que su definición o conceptualización clarifique el camino que debemos recorrer como parte de un proyecto estratégico que en el corazón tiene a la mejora de algunos rubros de la educación pública en el estado de Jalisco.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]