Vencer a la ignorancia

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Una estrategia muy usada para difundir y suscitar aprecio por la cultura digital es la formación de profesores en el arte de usar recursos y elementos de la cultura red para aplicarlos a los procesos de enseñanza. La más usada hasta ahora es la educación a distancia sustentada en plataformas administradoras de la docencia. Hoy esa estrategia tiende a quedar atrás pues la docencia se desarrolla en estos años en un contexto de incertidumbre. Se aprende a partir de procesos de exploración de hechos, datos, sucesos, y proyectos en los cuales se han incorporado recursos digitales de gran utilidad en los procesos formativos y educativos a condición de abandonar la centralidad en la enseñanza o certezas y otorgarle la centralidad al aprendizaje o búsquedas.
Esta nueva centralidad obliga a dos movilizaciones. Una en los profesores, asociada a dos actitudes. La primera es pensar–sentir–razonar-actuar a partir de evitar que la escena docente y el contenido prescrito sea el centro del trabajo de aprender. La segunda actitud es relacionar las operaciones del aprendizaje: observar, registrar, conferir con otros, fundamentar, enriquecer, argumentar, evidenciar, aplicar, valorar, evaluar y más; con las características de un aprender basado en realizar y no en repetir. Y por tanto usar las redes y recursos digitales para realizar, promover, ejercitar y valorar ese mismo aprendizaje. Se trata pues de un aprendizaje fundado en realizar y no en repetir.
Dos, la movilización asociada al conocimiento. Con el surgimiento de la educación en línea y la complejidad de la red aparece con toda claridad la diferencia entre información y conocimiento. La información es un conjunto de afirmaciones sobre un aspecto de la realidad. Acceder a esas afirmaciones es apropiarse del conocimiento validado, aceptado y quizá utilizado sobre algún aspecto de la realidad. Es acceso a la codificación del conocimiento al mismo tiempo entendible, aplicable, manejable y también falsable. Por tanto, exige y hace pensable y posible la movilización hacia la construcción del conocimiento, o búsqueda de respuesta a preguntas de ignorancia sobre el tema o aspecto de la realidad de interés para el explorador del aprendizaje.
Por eso la educación juega en ambas “canchas”: información y conocimiento. La información se puede aprender dada la enorme disponibilidad de la información en la red. El conocimiento también se puede aprender, a condición de construirlo.
Aquí se hace visible la importante aportación del aprendizaje colectivo, colaborativo, pues varias miradas a la ignorancia serán más capaces de superarla. Aquí el valor de la noción de “aprendizaje enriquecido” ese proceso de multiplicar los recursos de los cuales puede echar mano el estudiante–aprendiz y el profesor para realizar los diversos procesos de aprendizaje, esos que ya no se enseña sino sólo se suscitan para vencer a la ignorancia.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). [email protected]

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