Xenofobia/xenofilia
Jorge Valencia*
Los mexicanos nos debatimos entre esos extremos: odiamos lo extranjero que adoramos. El lugar común que sirve como referencia del origen es la anécdota de la Conquista, cuando los españoles intercambiaron con los indios piedras preciosas por espejitos.
Herencia mestiza que conservamos, existe un amor/odio hacia lo exótico. Nuestras telenovelas están pobladas de sudamericanos lo mismo que nuestros equipos de futbol. No siempre están ahí porque sean mejores que los nuestros sino para ser escarnio de nuestras burlas y fracasos. Todos practicamos la crítica como una costumbre nacional: nos mofamos de su forma de hablar, pero los imitamos y envidiamos con una admiración culposa. Entre dos que tengan el talento parejo, nos inclinamos por el del apellido raro. Si en la hora buena la falla, decimos “tenía que ser extranjero”. Pero si quien la falla es mexicano decimos “debieron darle chance al extranjero”.
Rogelio Funes Mori nació en Argentina. Lleva varios años jugando para el Monterrey. Su inclusión a la selección nacional de futbol ha despertado un viejo debate. Algunos lo consideran una decisión osada del entrenador; otros, una afrenta a los propios.
El nacionalismo como construcción simbólica de la Modernidad se replantea con golpes de la realidad. En la Eurocopa, los jugadores de raza negra pueblan los equipos hasta hace algunos años obnubilados por el racismo: Alemania, Holanda, Inglaterra… Francia ganó su primera copa del Mundo con inmigrantes; entre otros, Zinedine Zidane, astro nacido en Argelia.
Se nos olvidan las grandes comunidades que integran nuestra sociedad: los libaneses, los israelitas, los japoneses, los chilenos, los españoles… Culturas que se han asentado en nuestro territorio en busca de paz y estabilidad. Tan mexicanos como cualquiera.
Nuestro mestizaje es producto de la fusión de pueblos indígenas y pueblos peninsulares europeos (que, en el siglo XVI, a su vez, ya se habían fusionado con árabes, godos e italianos, entre otros).
La idea de país es un concepto dieciochesco. No es inmutable ni significa que así será los próximos mil años, como demuestra la reorganización política europea posterior a la caída del comunismo. La república mexicana se configuró con los restos de la Colonia, territorios sin unidad política ni identidad común. Éstos se han construido durante los siglos XIX, XX y lo que va del XXI.
Por lo tanto, argumentar que un no nacido en México carezca del derecho a integrar un equipo nacional de futbol, obtener un premio y publicar un libro de poesía o abrir una churrasquería exitosa es lo mismo que debatir si Pedro Moreno (nacido en España) fue o no fue un prócer independentista, Enrique Guzmán (nacido en Venezuela) el padre del rocanrol en español o Carlos Fuentes (nacido en Panamá) el novelista del México contemporáneo.
*Director académico del Colegio SuBiré. [email protected]