Quién educa el uso de medios y contenidos digitales

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Lo que va de la pandemia, de hecho desde antes, las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación y de entretenimiento inminente, hoy en día es impensable una vida en sociedad sin los aparatos digitales que hacen posible la conectividad y que, para bien o para mal, en un par de décadas revolucionaron las relaciones humanas del mundo actual.
Gracias al internet todo mundo (sobre todo los que tienen acceso a ello) pueden comunicarse con gente que conocen físicamente y con otros, que de seguro nunca tendrán la oportunidad de sentarse a platicar en un café, un parque o cualquier lugar donde se suelen frecuentar las personas para interactuar.
En este fenómeno social todos comentan y dan su opinión de los mensajes que buscan o reciben, también toman fotos y videos para dar cuenta de su acontecer cotidiano, generan memes o cualquier otro tipo de contenido, toman una posición política, religiosa, ideológica y estética ante las situaciones de vida que transitan en la red, otros más sólo consumen y permanecen contemplativos ante las cosas que navegan por internet.
Ante este tipo de realidades de la virtualidad resulta fundamental una educación escolarizada o no escolarizada que sea capaz de generar en niños, niñas, jóvenes y adultos habilidades y competencias que les permita encontrar en los medios digitales elementos no sólo para el entretenimiento, sino buscar en ello mediaciones para educarse y aprender procesos para la vida, tanto en lo cultural, lo laboral y la educación del ocio, entre tantas posibilidades.
¿Y por qué es necesario generar una educación para el manejo de la virtualidad?, por la simple y sencilla razón de que en los meses que va de la pandemia del Covid-19, el interés de las instituciones encargadas de la educación escolarizada en el país, sólo se centró en abrir canales para difundir sus mensajes, pero dejó huérfana la posibilidad de instruir, capacitar o “educar” a estudiantes y docentes para usar y producir contenidos para los medios digitales, cada quien aprendió como pudo y le dio prioridad a lo que quiso.
No sabemos lo que provocará en niños, niñas y jóvenes en edad escolar estos modelos escolares a distancia, lo que si sabemos es que la mayor cantidad de ellos tiende a ver en la virtualidad más una posibilidad para entretenerse y pocos ven en ello la posibilidad de educarse.
Ojalá que cuando regresemos, si es que regresamos pronto, a la educación presencial se tomen cartas en el asunto y se generen iniciativas para educar el uso educativo de los medios digitales, porque de seguro, así como llegaron de improviso a la escuela, difícilmente se van a ir de la vida cotidiana de las personas, por ello, la tarea de su educación siempre será un asunto pendiente para quienes se encargan de dirigir los asuntos educativos escolares.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]

Comentarios
  • Adriana Piedad García Herrera

    Lanzan la piedra y esconden la mano.

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