2023

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

De la noche a la mañana, el calendario que usábamos ayer se ha vuelto obsoleto. Los nombres de los días y los meses y los números son los mismos. Pero ya no sirve más, porque ya no corresponden los nombres de los días con los números que tenían el año pasado. Si buscamos más atrás, podremos reciclar algún calendario más añoso. Así, durante el 2023 podremos utilizar calendarios de los años 2017, 2006, 1995, 1989, 1978, 1967, 1961, 1950, 1939, 1933 y 1922. Y el calendario del 2023 podrá ser útil otra vez en 2034, 2045, 2051, 2062, 2073, 2079, 2090, 2102 y 2113. Así que, si tienes ganas de revivir los tiempos, reciclar calendarios arrumbados es una oportunidad.
Un nuevo año nos da la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva, como dicta, literalmente, una tradición judía normada en (Deuteronomio 15:14, Éxodo 21:12 y Levítico 25:10) de perdonar las deudas en año sabático. Así, en el Deuteronomio, la norma señala que “si tu hermano hebreo, varón o mujer, se vende a tí, te servirá durante seis años y al séptimo lo dejarás libre; …no lo mandarás con las manos vacías, sino que le darás algo de tus rebaños, de tu trigo y de tu bodega, algo de los bienes con que Yavé te ha bendecido. Acuérdate que tú también fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que Yavé, tu Dios, te dio la libertad. Por eso te doy este mandato”.
Ciertamente, nosotros, en la cuenta cristiana de los días, nos inclinamos cada tanto a perdonarnos a nosotros mismos las deudas que tenemos con nuestro pasado con nuestros prójimos y lejanos. A veces nos perdonamos de inmediato, aunque el inicio de otro año suele ser un pretexto bastante recurrido para olvidar nuestras malas decisiones y peores acciones; cancelar nuestros pecados de omisión por no cumplir lo que nos propusimos, además de las intenciones y consecuencias de lo que sí realizamos. Ahora que comenzamos un nuevo año, podríamos recordar, en cambio, algunos de nuestros planes no concretados y decidir si los retomaremos o simplemente esbozaremos una sonrisa por lo ilusos que nos vimos al considerarlos. Sopesar si son posibles todavía o si es algo que ya no aportaría sentido a nuestras vidas. Recordemos, mientras cavilamos, algunos de los acontecimientos que se conmemoran este año, además de algunos que comenzarán una cuenta regresiva que nos deja días, horas y minutos cada vez más escasos.
El año 2023 comienza en domingo. Y muchos de los agoreros, con o sin datos o con puras corazonadas, anticipan una de las grandes recesiones globales, tras una prolongada pandemia con diversas variantes de un virus que se tornó “virulento” también en el sentido se ser maligno e intenso, y “viral” también por la rapidez por la que la información de su existencia y propagación se dio a conocer en este planeta interconectado. La famosa “cadena de suministros”, que se ha tornado global y complementaria, entró en crisis por la pandemia y el encierro consecuente.
Este año inicia con un invierno especialmente crudo en Europa como consecuencia de la escasez de combustible, ya no por culpa de los virus, sino a causa de la guerra en Ucrania iniciada por el régimen de Putin hace casi un año. Habría que ver si las intenciones de “refundación” y de proponer nueva constitución en Jalisco suscitarán una nueva “Rebelión de Guadalajara”, 200 años después de la rebelión suscitada por la disolución del Congreso de parte de Iturbide.
El primero de enero de 2023 tomará posesión como presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva (n. 1945) en su tercer mandato, tras derrotar a Jair Bolsonaro. Por cierto, Bolsonaro demandó anular los resultados de 280,000 urnas electrónicas durante las elecciones brasileñas, alegando un error de software. También el primero de enero Croacia adopta el euro como moneda oficial. Una moneda vigente en varios países europeos y que en 2022 llegó a acusar una inflación de casi el 11% en promedio, con un rango de 7.1% para Francia, y de 20% de inflación en Hungría. Lo que parece indicar que la inflación seguirá al alza durante los primeros meses de este año que inicia.
El 6 de enero se cumplirán dos años del ataque al Capitolio en Washington, mientras que continúa el juicio al expresidente Donald Trump por incitarlo y además no llamar a detenerlo una vez vistos las desastrosas consecuencias del intento de Trump por promover que el vicepresindente Michael Pence no certificara el triunfo de Joseph Biden en esa fecha. El comité de la Cámara de Representantes encargado de analizar los hechos en torno a ese asalto ha entrevistado a más de mil personas, y ha producido (diciembre de 2022) un documento de 814 páginas tras reunirse en diez audiencias. La llamada insurrección “amenazó la democracia y puso en peligro la vida de los legisladores estadounidenses”, señala el comité que apunta a la incitación y luego a la inacción de Trump para encender el fuego de esa insurrección. Transcurrieron poco más de tres horas entre el discurso del expresidente y su primer intento por terminar las acciones violentas con una frase bastante ambigua: “los queremos, son muy especiales”. Este año, muy probablemente, tampoco será la excepción en cuanto a los políticos que echarán la culpa a los demás de lo que pasa en sus gobiernos. Así como Trump denunció que la culpa de la violencia era de Nancy Pelosi y de los demócratas por no haber considerado seriamente el potencial violento de esa turba en el Capitolio, a la que él vio estimulada por un gran amor (por él, habría que completar), seguramente habrá otros políticos, líderes, delincuentes y gente de pie que considerará que la culpa de lo que pasa, pasó o pasará es de otras personas que les antecedieron, se les oponen o les sucederán.
El 8 de enero de 2023 se cumplirán cincuenta años de Televisa, esa agencia paralela de “educación” y de “difusión de la cultura” tan influyente en la población mexicana, con más alcance geográfico y en horarios que el sistema escolar nacional. Por otra parte, nadie quiere acordarse ya, sobre todo la señora Mónica Lewinsky (n. 1973), pero el 21 de enero se cumplirán 25 años del estallido del caso que llevó a la presidencia de William Clinton (n. 1946) a una de sus más publicitadas crisis.
El 30 de enero se cumplirán setenta y cinco años del asesinato de Mahatma Gandhi (1869-1948). Por cierto, nacido un 2 de octubre, fecha que en México se asocia con el estribillo “no se olvida” y en este año se cumplirán 55 años de la matanza de Tlatelolco asociada a esa fecha, además de la inauguración de las olimpiadas (el 12 de octubre de 1968).
El 24 de febrero se cumplirán ochenta años del nacimiento de Pablo Milanés, el cantante cubano que inspiró tantas reuniones de sucesivas épocas estudiantiles, que no alcanzó a vivir para cantarlos, pues murió el pasado 22 de noviembre de 2022.
En 2023 también se cumplirán treinta años del primer atentado al World Trade Center, cuyas torres fueron finalmente destruidas en 2001. El 8 se abril será el quincuagésimo aniversario del fallecimiento de Pablo Picasso; el 19 de abril será el vigésimoquinto aniversario de la muerte de Octavio Paz (1914-1998), el poeta mexicano premio Nobel de Literatura en 1990. El 20 de abril será el trigésimo aniversario del fallecimiento del actor Mario Moreno “Cantinflas” (1911-1993). Conmemoraremos los 25 años del fallecimiento de Frank Sinatra (1915-1998), de quien por cierto, su sexagésimo álbum “Ol’ Blue Eyes is Back” cumple este año cincuenta años de haber salido al público (aquí el álbum: https://www.youtube.com/watch?v=Fdaig8dSD34&list=PLiwZoqzPenyvt485qgHivCsFa5dzSL10R).
Este año se cumple un siglo de la muerte de Francisco Villa (20 de julio de 1923), además de los 145 años de su nacimiento (5 de junio de 1878). El 29 de mayo se cumplen 570 años de la caída de Constantinopla y, con ella, el fin del Imperio Romano y de la Edad Media (1453).
Ya veremos qué tan memorable, trascendente y turbulento resultará este año cuyo calendario estrenamos o reciclamos. Habremos de explorar cómo capotear y resolver las crisis, las falsas promesas y los proyectos personales y grupales que anticipamos en los siguientes 365 días. Con los mejores deseos de que, una vez agotado este calendario, logremos comenzar el 2024 con más celebraciones que lamentaciones.

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor-investigador en el Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com