2 de octubre… ¿en dónde quedaron los recuerdos?
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Es emblemática la frase “2 de octubre no se olvida” que se corea cada año el 2 de octubre en todas las manifestaciones que se organizan en todos los rincones de nuestro país. Este 2 de octubre se cumplirán 50 años de esta fecha emblemática, en ello habrán muchos eventos y muchas reflexiones al respecto.
De 1968 hasta ahora ha sido mucha la literatura que se ha generado en torno al fenómeno 2 de octubre, uno diría a estas alturas que queda muy poco por decirse, sin embrago, en dicho entorno el asunto de los recuerdos y los olvidos es importante problematizarlo desde el presente.
Los jóvenes de hoy no vivieron el 2 de octubre y todo el movimiento estudiantil y popular de 1968, tal vez ni sus padres lo vivieron pero si sus abuelos, y la forma de vivirlo es de dos tipos: directamente, los que estuvieron en la última manifestación de la plaza de Las Tres Tulturas en Tlatelolco o, mediada a través de testimonios, prensa o lo que se difundió en los medios de aquella época.
El 2 de octubre es un fenómeno sucedido en 1968 y que partió o escindió nuestro país en dos méxicos: uno antes del 2 de octubre y el otro que se construye después de la masacre.
La memoria y el recuerdo son fundamentales, pero ahora no se trata de reconstruir los hechos tratando de pensarlos o de recordarlos lo más cercano a como dichos hechos sucedieron, “que si las bengalas que dieron la orden de disparar fueron a las 7 con 15 minutos de la tarde… que si los soldados con guante blanco que propiciaron el fuego cruzado fueron 500, mil, 2 mil. No, hoy se trata (siempre basado en el recuerdo) de comprender el significado social, político, cultural y educativo no de lo que fue, sino lo que representa el 2 de octubre de 1968 para nuestro país en el tiempo presente.
En este sentido el 68 y sus fantasmas, cimbró desde lo más abajo las estructuras sobre las cuales esta fincada la vida política y cultural de nuestro país. Muchos de los jóvenes de la época hoy ya no viven, la salida que tuvieron los que sobrevivieron a la masacre del dos de octubre es de tres tipos: los jóvenes que decidieron continuar la lucha en la guerrilla y se incorporaron a la lucha armada de los 70, los que se organizaron para continuar la lucha de manera pacífica en partidos políticos y organización independientes de izquierda y los jóvenes que fueron coptados y se enchufaron con las distintas instancias y agencias de los gobiernos, federal o estatales, priista o panista, etcétera.
Este fenómeno generó distintas visiones, distintos lugares de adscripción y por lo tanto discursos diferenciados, hoy a la distancia hay pocos sobrevivientes pero de todos su testimonio es valioso pero fragmentado.
El 2 de octubre de 1968 es una de las fechas más importantes del calendario cívico reciente en nuestro país, se suman al 26 de septiembre (Ayotzinapa), al diciembre trágico de Acteal y a muchas más, su importancia es que después del 2 de octubre de 1968 amaneció un nuevo México, lleno de preguntas y de heridas frescas, lleno de afrentas pero de convicciones claras y combativas, lleno de coraje y de rabia acumulada. Hoy el recuerdo está en el porvenir de la nación con la que nos comprometemos construir y que no pasa por las urnas sino para la lucha constante y permanente que nos compromete a construir sobre el olvido y el recuerdo de lo que ha sido la historia reciente. ¡2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA!
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]
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