10 de marzo ¿nunca más? La reiteración de lo incorrecto

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Nie wieder!, se propusieron los alemanes tras la Segunda Guerra Mundial, después del holocausto que acabó con la vida de millones de judíos en Europa. Una y otra vez, el remordimiento y la conciencia de las consecuencias de nuestros actos, nos han hecho prometer cosas similares. “Te prometo que no lo vuelvo a hacer”, es una frase reiterada y en no pocas ocasiones se expresa por quien minutos más tarde repetirá la acción que prometía no hacer.
En el ámbito de la educación y de los espacios escolares, hemos escuchado a las autoridades que “por única vez” (y nunca jamás se repetirá) se permitirá que falten a alguna norma los estudiantes, los profesores o los trabajadores sin que haya consecuencias en sus historiales. Lo malo es que en los historiales de las instituciones estas ocasiones únicas se convierten en antecedentes que permiten justificar las peticiones: ¿por qué aquella vez sí se pudo y ahora?, lo que da pie a la reiteración de acciones que se prometía no tendrían lugar.
Es triste que en las escuelas de todos los niveles y de todas las regiones se conviertan en acciones regulares las “irregularidades” que quebrantan los reglamentos, las reglas de convivencia, las nociones de la sensatez. Es notable que, a pesar de que el pasado 10 de marzo de 2014, tras de que un autobús embistió “accidentalmente” contra los estudiantes que esperaban en una estación frente a la preparatoria 10 de la Universidad de Guadalajara, y en donde falleció una estudiante, los accidentes viales frente a las escuelas, frente a las paradas de autobús y en las calles se sigan repitiendo en Jalisco y en el país.
Mientras se siga permitiendo que quienes quebrantan los reglamentos escolares, de tránsito, de convivencia, lo sigan haciendo, con la disculpa de “por esta vez”, lo que estaremos generando con estas prácticas de aprendizaje serán excepciones que acaben por invalidar las reglas por completo. ¿Qué ha pasado en el año transcurrido desde ese accidente frente a la Preparatoria 10? ¿Ha mejorado la capacitación de los choferes del transporte colectivo (público y privado)? ¿Ha mejorado nuestra conciencia vial y ahora todos somos respetuosos de los espacios, los tiempos, los derechos de los demás usuarios de los espacios públicos? ¿Ha mejorado la conducta de los automovilistas, los peatones, los ciclistas, los padres de familia que llevan/recogen a sus hijos en las zonas escolares? ¿Han encontrado mecanismos las autoridades para regular estos espacios y para prevenir accidentes?
Aun cuando se han adquirido nuevas unidades de transporte público, habría que vigilar en qué medida los habitantes de las ciudades estamos contribuyendo a disminuir realmente la morbilidad y la mortalidad por acontecimientos violentos debidos, en gran medida, a las medidas “excepcionales” de condonar, una vez más, a quienes no respetan las reglas de la sensatez.

**Profesor del departamento de Sociología del CUCSH-DEPyS de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

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