Lecciones y aprendizajes del proceso electoral en Jalisco: Una lectura socio-pedagógica

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Ya concluyó el proceso electoral: la campaña para ganar votos, las elecciones, la pesadilla de asistir a votar y de contar los votos, un proceso histórico debido a que después de 200 años de vida independiente, se elige por primera vez a una mujer para ocupar el cargo más importante en este país, con dos candidatos opositores que desde sus trincheras asumirían una postura intransigente, Xóchitl Gálvez más que Jorge Álvarez Máynez, pero así es la democracia o para eso se es democrático. Además, la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, gobernará con una mayoría calificada tanto en la cámara de diputados como de senadores, públicamente no se reivindica como un gobierno de izquierda, pero en los hechos tendrá fuertes contenidos del ideario de la izquierda latinoamericana.
El proceso es inédito en muchas de sus aristas, sirve también para neutralizar o desmoronar a algunas fuerzas de la derecha, como el PRIAN y la pérdida del registro del PRD, (quién lo diría, el PRD que sirvió de plataforma para este proyecto político, por culpa de los chuchos ya todo se va a la basura).
A nivel local, el caso Jalisco tiene características muy particulares, aquí gana Pablo Lemus de MC, pero es un triunfo que desde muy pronto genera sospechosismo. El hecho de que anuncie su triunfo con tanta anticipación, de que la captura y agilidad del PREP local tuviera un proceso demasiado lento da pie a este sospechosismo. El colmo es la declaración irresponsable del aun gobernador en funciones, Enrique Alfaro, cuando le levanta la mano a “su amigo” Pablo Lemus, aquí se demuestra la alianza y la sociedad del cártel inmobiliario local, se hablaba de la pugna y el distanciamiento entre Lemus y Alfaro, pero en el fondo los mafiosos regresan al origen y no hay intereses que los separen.
Jalisco se convertirá en un estado huérfano en el espectro político nacional, hay que dejar que el apasionamiento y el flujo de las hormonas baje, la elección en Jalisco está muy rara, huele a gato encerrado.
Ya sintiéndose gobernador (pero aun sin serlo verdaderamente hasta este momento) Pablo Lemus tiene un discurso conciliador, mesurado, que invita al dialogo (sic); muy distinto a la postura beligerante y hasta provocadora de la fase de campaña.
A Pablo Lemus lo han acorralado sus propias contradicciones, para mostrar su ineficacia y evidenciarse públicamente como un sujeto que miente, en un congreso local dentro del cual sus diputados serán minoría y sólo controlará al gobierno de la ZMG, menos Tonalá, y es obvio que los recursos fuertes, provienen de la federación y ante cualquier error de aquí, el gobierno de Claudia Sheinbaum puede dejarlo sin apoyos federales. Pablo Lemus prometió muchas cosas, muchas de ellas socialmente necesarias, pero todo implica dinero y recursos, ya su antecesor endeudó a la entidad innecesariamente, es aconsejable no hacer lo mismo.

¿Qué aprendemos de esta experiencia?, ¿en qué consiste la lectura pedagógica de la misma?

Jalisco es una entidad federativa estratégica dentro del espectro nacional, que vivirá su proceso en el aislamiento. Me tocó observar en la urna o en la sección en donde voté al norte de Zapopan, que muchos ciudadanos votantes se tardaron sobradamente el tiempo para emitir el voto ¿qué estaba pasando? Estaban seleccionando para emitir un voto diferenciado, para la presidencia por el PAN, para la gubernatura por MC o MORENA y para diputados locales y federales por Morena (es sólo un ejemplo). Hoy la estrategia para votar se ha tornado en un verdadero galimatías, Estamos votando pragmáticamente, recuérdese que Pablo Lemus no especuló para gastar en la campaña, lo pude verificar directamente en el evento con maestros en el Auditorio Benito Juárez, les interesaba ganar, pero parece que su triunfo suena más bien a derrota.
Del otro lado, Claudia Delgadillo parece que pecó de abuso de confianza, pensaba que el efecto Sheinbaum la iba a cobijar, pero no fue así. Algo pasó en esta mediación entre la candidatura a la presidencia, que se gana ampliamente y lo que pasó en la localidad. MC iba solo, un partido que no es partido, sino más bien una especie de agencia de colocaciones.
Lo que se vino después del lunes en el conteo de votos, da lugar a un verdadero cochinero electoral. Me pregunto si Movimiento Ciudadano tiene necesidad de evidenciarse de esta manera, existe una obsesión desmedida de ganar aun perdiendo. La atmósfera en la sociedad de sentir que aquí hubo un descarado fraude y el interés desmedido de MC por decir que ganaron, así aún más raro está la contienda electoral.
No hay nada convincente en el hecho de que Morena ganó la mayoría de diputados locales, federales y las senadurías por el principio de mayoría, pero después de todo ello, ¿por qué pierde la gubernatura? Son inconsistentes las proyecciones, la estadística aun la más elemental habla de que una votación se sostiene sobre la base de las personas que se inclinan como mayoría, ¿por qué en Jalisco pasa totalmente diferente? Porque hay mano negra de MC metida en los votos y en los paquetes electorales.
La gran lección que deja esta experiencia es que, si bien hablábamos de una votación histórica en todo el país y en el estado, la gente ya no querrá ir a votar ¿para que hacerlo? Si de cualquier manera está latente el fraude; los intereses extra-electorales son los que determinan todo. Ganan los candidatos, pero la sociedad es la gran perdedora.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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