Vivimos en la contradicción

 In Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Lo escuchamos continuamente. A veces ni siquiera nos damos cuenta de lo contradictorio. Hay quien declara que nada quiere con su pareja pero no se quiere separar de ella. Quiero gustarle a esa persona por mis virtudes y me propongo atraerla señalándole sus defectos. No quiero que me agredas y comienzo mi interacción insultándote. Quiero ser independiente y emanciparme de la familia y lo primero que hago es pedir para sobrevivir en otro espacio. No quiero contaminar el mundo y me esforzaré por recorrerlo en avión y en coche. Deseo salud y para quitarme las preocupaciones por las enfermedades que padezco fumo, tomo alcohol y me tomo supuestas medicinas que me dañarán los órganos blandos: somos tan espirituales que tomamos bebidas espirituosas para negar nuestros cuerpos. Nos proponemos ser delgados y le entramos macizo a los tacos de maciza.
Y la lista de contradicciones no se detiene en las que afectan a nuestra persona. Nos contradecimos en nuestro trato con las personas de nuestro entorno. Queremos que nuestros hijos sean autónomos y los sobreprotegemos y consecuentamos cuando se hacen los débiles para que les ayudemos en situaciones que pueden resolver perfectamente. Les pedimos a los estudiantes que sean críticos pero luego les pedimos que sean nada más tantito, para que no vayan a dañar nuestra auto-imagen. Está bien que critiquen A OTROS pero no nos gusta que nos dejen comentarios negativos o que nos hagan sugerencias que podrían mejorar nuestras prácticas. Como si nosotros no supiéramos lo que les exigimos a ellos que sepan mejor que nosotros. Pedimos a nuestros gobernantes que no hagan trampas y que no sean oportunistas, pero nos solazamos en las arcas abiertas y aprovechamos las distracciones de otros para nuestro beneficio.
Hacer lo contrario de lo que predicamos es privilegio del que nosotros gozamos, pero no debe ser una fechoría que los otros cometan. Me contradigo, pero “yo sé por qué lo hago”, mientras que los demás son ignorantes y malintencionados. El consejo cristiano de “hacer el bien sin decirlo” (Mateo 6: 1-4) solemos tornarlo en “hacer el mal sin publicarlo”. La frase “Cuando des limosna no debe saber tu mano izquierda lo que hace tu derecha”, solemos convertirlo en “cuando declares algo, haz como que no te has enterado del sentido de lo que dices”. Así, promover el reciclaje en las escuelas suele contradecirse con el uso excesivo de bolsas y botellas plásticas en los hogares. Predicar que DEBEMOS comportarnos de determinadas maneras se contradice con lo que hacemos a continuación. Total: siempre está a la mano la posibilidad de, después de contradecirnos, el pretexto de que por “esta única vez, lo hice por un bien superior”. Así, como progenitores maltratamos a nuestros hijos por su bien; como profesores proporcionamos información falsa para defender la verdad; como parejas escondemos nuestras acciones para que no nos vayan a hacer eso mismo que hicimos y podría afectar nuestra imagen y la relación; como ciudadanos aprovechamos las ambigëdades de la ley y enfureceremos si nos enteramos que alguien fue en contra de nuestras prédicas.
Así, en estos últimos meses hemos aprendido algunas de las consecuencias de nuestros comportamientos contradictorios. Sabemos qué debemos hacer para evitar contagios, pero lo contradecimos asumiendo que a nosotros no nos pasará lo que otras personas en caso de que ellas transgredan las medidas sanitarias. Pensamos que por ser nosotros, y no por hacer lo que hacemos, podemos hacer lo contrario de lo que pedimos a los demás. Lo hemos visto también en la denominación del “fondo europeo para la paz”, que sirve ahora para comprar armas que irán a dar paz-paz a los beligerantes del bando contrario. Nos consolaremos luego con haber pedido a los demás que no mientan, mientras que con nuestros propios comportamientos contradecimos nuestras propias declaraciones.
Ya nos quejaremos después de las nuevas generaciones, y habremos de admitir, en algún momento, que no logran lo que se proponen porque se proponen lo que no quieren lograr.

*Doctor en ciencias sociales. Departamento de sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

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