Vaivenes, indefinición y sobrevivencia del posgrado en Jalisco
Jaime Navarro Saras*
A finales de la década de los 80 y a principios de los 90 del siglo pasado aparecen en la nómina y la vida de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) los posgrados en educación, tanto el CIPS (Centro de Investigaciones Pedagógicas y Sociales) como el ISIDM (Instituto Superior de Investigación y Docencia para el Magisterio) surgen a la par, primero en papel y posteriormente en la práctica. CIPS inicia sus labores con grupo en septiembre de 1989; ISIDM en julio de 1990; la MEIPE (Maestría en Educación con Intervención de la Práctica Educativa) en julio de 1994; un poco después, en 1995, la desaparecida MTSE (Maestría en Trabajo Social Escolar).
Han sido treinta años de experiencias multicolores, unas buenas, otras no tan buenas, algunos han sido experimentos satisfactorios, otros proyectos sistemáticos y alguno sin concluir, en su mayoría producto de realidades rulfianas y mundos kafkianos. Bastante alejados de las pautas y normatividades planteadas Conacyt y ausentes de la educación superior, de ésa que susurra voces a los oídos de las autoridades de los gobiernos federal, estatal y municipal para hacerse de recursos y ser necesarios en el diseño de las políticas educativas y de gobierno.
El posgrado de Jalisco al ser herencia de la cultura del normalismo, tendió más a encerrarse a sí mismo que, en buscar convenios e intercambios con instituciones más allá de la SEJ, incluso no fue capaz en todos estos años de establecer vínculos entre las mismas instituciones de maestría hermanas (CIPS, ISIDM, MEIPE, MTSE), caso curioso, en treinta años de existencia sólo lograron reunir a todos los trabajadores una sola ocasión (I Foro del Posgrado, enero de 2018). Tema aparte, pero no menos importante, y que requiere una revisión, es el posgrado que ofertan las cinco Unidades de la UPN en el Jalisco.
Al posgrado en Jalisco, en lugar de juzgársele como un proyecto demasiado caro para la SEJ, se le debe revisar desde por lo menos seis visiones para entenderlo y sacar un mejor provecho de su experiencia:
1. Como un espacio que democratizó y popularizó los estudios de maestría y cumplió las funciones para profesionalizar al magisterio del estado, tarea que ha realizado cabalmente al haber egresado de sus programas no menos de 20 mil docentes con maestría a lo largo de 30 años. Antes de la creación de estos espacios de posgrado era muy costoso para el bolsillo castigado del magisterio jalisciense financiárselo.
2. Como un espacio que formó gran parte de la inteligencia de la que se vale la SEJ para impulsar proyectos y dinamizar la cultura pedagógica que las escuelas de educación básica y superior van requiriendo, así también la formación de los funcionarios operativos de educación y las dirigencias de las Secciones 16 y 47 del SNTE. Actualmente rara es la escuela de educación básica y Normal que en su nómina no está inscrito por lo menos un egresado de alguno de los posgrados señalados.
3. Como un proyecto que ha funcionado con los mínimos recursos que otorga la SEJ, de hecho, cada vez la nómina va más a la baja y es tan grave el asunto que un académico de recién ingreso a laborar en CIPS o ISIDM (al cual le exigen como mínimo estudios de posgrado), gana menos que un docente con plaza inicial de educación básica, a quien le requieren sólo estudios de licenciatura. En posgrado la hora inicial (Asociado A) se paga en $180 a la quincena, mientras que en preescolar $200.
4. Como unas instituciones víctimas de sus propias autoridades que, en lugar de fortalecerlas, las fue minando al permitir y autorizar la aparición de “entes particulares” que ofertaron maestrías y doctorados sin las exigencias académicas que requiere una institución de educación superior y, sobre todo de posgrado.
5. Como una idea que siguió y sigue las normas y la cultura de los espacios propios de control del sindicalismo magisterial, donde la estructura laboral y académica es más parecida a las escuelas de educación básica que a una universidad en toda la extensión de la palabra.
6. Como una organización con recursos humanos de altas capacidades y competencias diversas, no por algo muchos de ellos son excelentes profesionistas que brillan en otros campos de la academia y que desgraciadamente no son valorados ni explotados cabalmente por las autoridades de la SEJ para resolver los grandes problemas educativos vigentes y añejos.
En fin, de seguro habrá muchos más elementos que se puedan estructurar y sistematizar para su análisis, por lo pronto allí le dejo, y ojalá que estos treinta primeros años de vida sirvan para reflexionar lo que se ha hecho, lo que el posgrado ha logrado, las dificultades que ha tenido y qué futuro le espera para los años venideros. El tema y la incertidumbre por ahora es saber si habrá o no convocatorias para formar nuevos grupos de maestría, lo cual siguen a la espera de que lo autorice su actual secretario de educación, Juan Carlos Flores Miramontes, quien, desde mi punto de vista le falta información para entender lo que es, lo que ha sido y lo que representa este posgrado para los maestros de Jalisco.
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]
Los posgrados y sus políticas sometidos por intereses de los Secretarios de Educación en turno así como de los llamados líderes sindicales; eso de Profesionalizar al Magisterio en documentos SI, pero en temas educativos en todos sus niveles muy pocos, pero muy pocos han contribuido en lo Pedagógico, Didáctico y Psicológico. Los Maestros y Doctores egresados de esos posgrados, parece que en su gran, pero muy gran mayoría aprendieron a ser sometidos por el sistema educativo y sindical…
Hace mucha falta un esfuerzo serio para la consolidación del posgrado y quitar la idea de muchos “que son posgrados para maestros” como una idea de que deben ser fácilmente alcanzables y de menor rigor que otros posgrados y esto parte de la idea subyacente que lo referente al profesorado (normales y posgrados) son una subcategoría que no alcanza a ser un Institución de Educación superior y allí están las masas de egresados de doctorados “facilitos” como el de nombre de banco que “doctoró” a un gran número de egresados cuyo argumento más sólido es que “el papel vale igual” que el de cualquier otro doctorado que reune un profesorado de alta calidad, con un tutor por cada alumno, especializados en cada tema que asesoran y un largo etc. Es deseable que dejemos las simulaciones las escuelas normales y las de posgrados pertenecuentes al sectof educativo en Jalisco de tal modo que ya no seamos mas escuelitas y exijamos la conversión en verdaderas IES y lo creamos nosotros mismos.