Todos convivimos en la Vía

 en Adriana Piedad

Adriana Piedad García Herrera*

La Vía RecreActiva volvió a Zapopan. Los domingos que me salgo a caminar pienso en este espacio compartido en el que convivimos en armonía tantas personas diferentes. La convivencia como valor no se enseña en la escuela, se vive en cada espacio en el que nos encontramos con otros.
¿Cómo aprendemos a andar en la Vía? No hay una clase en la que se enseñe, simplemente se camina, se corre o se anda en bicicleta, y se aprende a hacerlo al lado de los demás. El respeto es el principio que hace de la Vía un espacio de esparcimiento y convivencia mutua.
En la Vía muchos caminamos, algunos solos, otros acompañados, familias que caminan, parejas que se acompañan. Unos con gorra, otros con sus botellas de agua, algunos más aprovechan para sacar a pasear al perro. Es frecuente ver a las personas que salen con sus perros que llevan sus bolsas de plástico para recoger ya saben qué.
Perros de todos los tamaños y colores, con correa o sin correa. Los hay que se alborotan cuando ven a otros perros y otros que siguen su paso sin reaccionar. A veces son grupos de perros que salen a su caminata diaria que se les ha contratado como rutina. Aprendemos a compartir el espacio con perros ajenos, pero con la confianza de que sus dueños nos procuran una sana convivencia con ellos.
Niños pequeños, medianos y grandes. Los primeros en carreola, otros dando sus primeros pasos y otros más en un asiento dispuesto especialmente para ellos en la bicicleta de mamá o papá. Muchos aprendiendo a andar en bicicleta, algunos con rueditas, otros con ayuda de la persona que los acompaña y otros más usando bicicletas de equilibrio que no tienen pedales. Los niños no sólo aprender a andar en bicicleta, aprenden que hay otros en la Vía y que aparte del dominio motor tienen que atender a su alrededor para no chocar o atropellar a alguien. Un ejercicio de convivencia real, en el que los niños aprenden a respetar y se les trata también con respeto.
Ciclistas, muchos: profesionales quizá, semiprofesionales, con equipos de protección, con casco, sin casco, solos, en parejas, en grupos. Si vemos a los ciclistas de frente nos miramos y sin hablar nos decimos “voy por mi carril” y así pasamos juntos sin problema. Si los ciclistas vienen detrás de nosotros ellos nos ven y siempre confiamos en que tomarán su carril y no se nos echarán encima. Esa confianza es la que nos permite andar juntos en la Vía, unos a pie y otro/as en bici, todos en Zapopan.
El cambio de carril, de cualquiera, implicar mirar al frente y atrás, es una Vía compartida y por ese motivo hay que ver alrededor, ver al otro y respetar también su espacio. Me gusta mucho la Vía porque aprendemos a convivir, a vivir el valor de la convivencia, el valor del respeto, el de la ciudadanía, el de la confianza. ¡Qué diferencia a repetir una lista de valores y a aprenderlos de memoria!

*Doctora en educación. Catedrática de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. [email protected]

Comentarios
  • Fernando Quintana

    Me encanta la vía, soy asiduo usuario con mi bici o a pie… y siempre me asombra la capacidad que tenemos de crear un ambiente de respeto y de igualdad de derechos… renace la esperanza de que esa misma actitud la podamos llevar como sociedad a otros ámbitos que en ese sentido necesitan mayor crecimiento. Saludos

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