Tendencias educativas internacionales
Carlos Arturo Espadas Interián*
Una educación a la carta, es la frase que define claramente las nuevas tendencias de la educación que después de una etapa en donde la masificación era la lógica imperante, actualmente se busca responder a procesos de individualización que responda a los intereses de los estudiantes vía la Inteligencia Artificial (IA).
Al respecto se viven posibilidades que sólo se podían imaginar en escenarios en donde se trabajaba con números reducidos de estudiantes, sin embargo, hoy se combina la personalización con la cobertura y a la vez con una característica que cada vez es más común en las universidades: la deslocalización, cosa que es posible desde la lógica de la mundialización.
Curiosamente, los costos de este tipo de educación es altísimo, tanto que quizá en poco tiempo estaremos viendo una mayor estratificación entre los tipos de universidades, donde aquellas que mejor posicionadas estén, serán las que respondan a estas tendencias que son resultado de procesos de innovación y capacidad de incorporación de tecnología en los procesos de aprendizaje.
Así se habla de simuladores virtuales, robots como guías, educación personalizada en función de la detección de temas de interés y preferencias, mecanismos de aprendizaje vía plataformas muy robustas y sobre todo, la posibilidad de incorporar todos estos aspectos, tiene que ver con el recurso talento, económico, acceso a la tecnología y demás componentes externos del proceso.
Sin embargo, al interior del proceso, se requieren por ejemplo, nuevos roles de los estudiantes, entre ellos uno fundamental que radica en el autoaprendizaje, por un lado, mismo que debe estar muy fortalecido para poder funcionar en estos entornos virtuales, que si bien cada día se vuelven más atractivos, no significa que con ello los estudiantes podrán ser capaces de mejorar en sus aprendizajes. Sólo se habla de lo externo, pero falta lo interno, lo que activa dentro de cada estudiante los mecanismos para poder adquirir o desarrollar aspectos que los lleven a lograr los resultados esperados de los procesos educativos.
Todo ello implica nuevas formas que redimensionan tendencias que vemos ya en operación, pero que serán maximizadas. Así, un elemento indispensable es la posibilidad de inversión económica, entre otros, que tendrán las universidades para poder echar a andar este tipo de mecanismos para propiciar los aprendizajes y con ello, retomado lo planteado anteriormente, tendremos distancias gigantescas entre aquellas que tengan acceso a estos nuevos modelo y las que no.
Así la diferenciación internacional de instituciones educativas será más dramática que la que ya existe actualmente y sobre todo, los perfiles de egreso se diferenciarán aún más a partir y esto tomando en cuenta únicamente el desarrollo de habilidades necesarias y que se desarrollarán a la par y de forma transversal por el uso de estos recursos, todo ello sin mencionar otros aspectos propios del perfil de egreso.
Si esta es la tendencia, las universidades que deseen sobrevivir y permanecer dentro de estos parámetros tendrán que realizar esfuerzos gigantescos y más aún si ya actualmente se encuentran en desventaja en comparación con otras universidades de su mismo entorno inmediato.
Un papel importante juegan las altas gerencias, rectorías y direcciones, pero sobre todo patronatos, accionistas y en el caso de otras: el Estado. Sin el apoyo y respaldo que implique no solo modernización, sino también compensación, las instituciones pueden rezagarse aún más y estarán condenadas a su extinción.
*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]