Sequía
Rubén Zatarain Mendoza*
Se ha celebrado el 22 de marzo el Día Mundial del Agua, de nueva cuenta, en un marco de sequía de mentalidad del cuidado de este preciado recurso. En un contexto en el cual se evidencia la falibilidad de la gestión gubernamental, sobre todo, en planeación prospectiva.
Vivir en la ciudad, sufrir por carencia de agua, sequía de equidad, arenas sedientas de confianza en la autoridad que teje el entramado institucional para la venta del servicio; cuentas mochas que no hacen capilaridad en mejor calidad del servicio, el tejido de colores partidistas en robo bajo tuberías, el agua maloliente la potabilización y los vicios ocultos calculados en metros cúbicos.
Apunte complementario
Hay que educar la conciencia ecológica en materia de uso y cuidado del agua. Pedagogía del agua en las escuelas, pedagogía en la familia y la sociedad.
El Día Mundial del Agua se estableció el 22 de diciembre de 1993 en el resolutivo A/RES/47/193, propuesta previa realizada en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil los días 3 al 14 de junio de ese año, en la Conferencia de las Naciones Unidas.
Desde entonces, el 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua para generar conciencia pública y comprometer a los Estados en la conservación y desarrollo de los recursos hídricos en concurrencia con las recomendaciones del capítulo 18 sobre medio ambiente y desarrollo de la Agenda 21 relativa a “Recursos de agua dulce”.
Poca agua dulce, extensivo uso de este recurso, las alertas están encendidas. El tiempo apremia.
Con la actual crisis del agua en entidades como Jalisco se compromete el logro del objetivo de desarrollo sostenible 6: “Garantizar el acceso al agua limpia y a un saneamiento adecuado para la población mundial antes de 2030”. Defendamos el acceso permanente al agua.
Este lunes, la celebración ha tenido como consigna “Valoremos el agua”, abordando cuestiones como su valor para frenar epidemias y enfermedades infecciosas.
Lavado frecuente de manos mecanismo Anti covid. Sin acceso al recurso propuesta inviable. Agua y salud, relación subrayada.
Desde el año 2000 los enfoques temáticos anuales han sido un poema, una consigna: agua para el siglo XXI, agua y salud, agua para el desarrollo, agua para el futuro, el agua y los desastres, el agua, fuente de vida, agua y cultura, afrontar la escasez del agua, saneamiento, los recursos hídricos transfronterizos, agua limpia para un mundo sano, agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano, el agua y la seguridad alimentaria, cooperación en la esfera del agua, agua y energía, agua y desarrollo sostenible, agua y empleo, entre otros.
El difícil aprendizaje social, el trabajo de concientización que rebasa las dos décadas, los magros resultados visibles.
La evidencia cruda de que más de 2 mil 200 millones de personas en el mundo carecen de este valioso recurso. Si no hay agua en la llave o en la cubeta, no hay opinión, a pesar de la apertura del hashtag “#water2me” en las redes sociales, para conversar sobre el significado y valor del agua.
En la ZMG, antes rica en recursos hídricos, desde el mes anterior se acumula ya más de un millón de afectados por los cortes del agua. ¿Que sucedió? Los ríos Verde, Zula, Santiago y sus cuencas indigestadas de abandono y contaminación, la presa auxiliar Elías González Chávez y su agonizante 16% de capacidad al mínimo, el Lago de Chapala en la mirada de urgencia.
Fin de semana de enfrentamientos en Guayabitos, Nayarit, días de examen social al sistema de salud y la desorganizada vacunación en la zona metropolitana de Gdl, la sequía de las aguas tranquilas de la paz social, el oasis lejano y por ratos inalcanzable del derecho a la salud.
La gestión del agua y el impacto en la vida urbana. La dinámica socioemocional en espiral de la pandemia, acentuada ahora por la sequía.
Las inequidades en su distribución, el poder adquisitivo y el mercado de lo fundamental, las empresas monopólicas, la venta de agua para consumo humano.
Poner a disposición algunas pipas es buena voluntad aplaudible del SIAPA y de los ayuntamientos, pero al final de cuentas, una solución paliativa que exhibe incompetencias.
El costo de las pipas en el mercado libre, su inaccesibilidad para los que menos tienen, el costo cercano a los tres mil pesos.
El problema y sus raíces, la ruta de la alternancia política y las decisiones con los pies mientras se bebe agua del servidor en las oficinas y se ven fotografías del Lago “Rinconcito del cielo”.
Por lo menos desde mediados de los ochenta, cuando la crisis del Lago de Chapala tensó la dotación del servicio de agua potable a la zona metropolitana de Guadalajara, hasta el diseño y construcción de la Presa de Calderón, como parte del sistema La Zurda-Calderón impulsado en 1990, hubo un ligero respiro, pero nadie debió de dormir en sus laureles.
Las primaveras, el estiaje para los tapatíos. Tiempo de zozobra y de respirar polvo e incendios, tiempo de grifos cerrados, de tinacos y cisternas vacías.
La visión federalista y la solución necesariamente integral al problema del agua, la movilización social en las puertas del Siapa de R. Michel, las consignas y carteles que exigen auditoría y transparencia en el manejo de las plazas laborales de los trabajadores jubilados, la visita del gobernador Enrique Alfaro a la directora de la CONAGUA, las diez tomas clandestinas clausuradas en el tramo Poncitlán-Atequiza, el uso agrícola del agua, los problemas de salud en el municipio de Poncitlán, los amparos que frenan la construcción de la Presa El Zapotillo; los variados asuntos y voces que ilustran el posicionamiento del tema objeto de presión colectiva.
Los pueblos, los perjudicados, la demandante ciudad cuyos pobladores requieren de agua todos los días.
Es evidente que el tema no puede circunscribirse a una celebración coyuntural, es evidente que hay casi medio siglo de omisión.
El tema del agua ha producido más saliva que infraestructura. Es visible que el agua, objeto de deseo comercial pone en riesgo la sustentabilidad de la paz social y la convivencia en las ciudades.
Comprendamos, resolvamos, el problema requiere de inteligencias y visiones de ingeniería, de administración pública. Mucha problemática del agua es anterior al crecimiento exponencial de la población y del pingüe negocio de la autorización de cambio de uso de suelo multicolor, de las insaciables constructoras que expandieron nuevas colonias y asentamientos sin planeación urbana de mediano y largo plazo.
Mediados de los ochentas, las canoas turísticas de Chapala abandonadas. La imagen semidesértica del Lago de Chapala desecado, las peregrinaciones de la Vírgen de Zapopan y las misas del cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
La construcción del canal para llevar agua a Guadalajara.
El desarrollo urbano sin planificación y el esquema neoliberal y comercialización del terreno en las ciudades por medio siglo, la sobreexplotación del recurso del agua, los mantos freáticos contaminados, la migración a las ciudades.
Recientemente el debate suscitado por un sector de los académicos del ITESO y la argumentación realizada por el gobernador de Jalisco se asienta en una realidad innegable, más de 200 colonias de la ZMG padecen de tandeos o de privación del vital líquido.
El derecho al agua como fundamental no se concreta con debates inacabables y delegación de responsabilidades, las redes de infraestructura para proveer de agua requieren de un compromiso social y de una visión que supere el cortoplacismo.
A la crisis de salud, de salud emocional, derivadas de la pandemia de suma ahora la preocupación colectiva por la disposición del agua
Se requiere actuar de manera integral.
Con la celebración del día (de los días) mundial(es) del agua, la conciencia social necesaria para el uso responsable de este recurso, la difusión de la situación del agua a nivel mundial, el reto nacional, la gestión estatal y municipal.
La gestión de pedir, pero también del hacer y resolver.
La urgente necesidad de actuar de manera preventiva y sobre todo de manera integral con la concurrencia entre los distintos niveles de decisión.
*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]