Sacudir el árbol, cambiar la educación

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras*

Cuando llega el otoño y buena parte del invierno los árboles no dejan de mudar hojas en Guadalajara, tiran las añosas y esperan las nuevas que servirán de escenografía para embellecer la primavera y todo el verano; quien tiene árboles en casa no me dejará mentir que recoger hojas del piso es una actividad cotidiana que causa molestia los árboles, dejar de limpiar un día implica trabajo doble, por fortuna, casi al final de este proceso, la cantidad de hojas que caen es menor y para ese entonces nos queda de tres sopas: 1) recoger un día si y uno no, 2) esperar el fin de semana o, 3) no hacerlo de plano, en cualquiera de las tres opciones el cúmulo de basura es según el tiempo que se deja de recoger, a más tiempo es mayor la cantidad de basura. En ese proceso hay otra forma de hacerlo y es quizá la que mejor se presta para mantener limpio el lugar y no tener que hacerlo a diario, esta forma implica sacudir el árbol y rama por rama pero sin trozarlas, con lo cual caen muchas hojas y esto significa ganar tiempo y, con tres o cuatro veces que se haga en una semana significa no hacerlo durante una semana o más dependiendo del tipo de árbol.
Con la educación pasa más o menos igual, se hace todo o no se hace nada y los viejos y obsoletos modos permanecen independientemente de que lleguen ideas nuevas, innovadoras y acordes a los tiempos, es sabido que la formación docente de quienes se incorporan al servicio educativo no modifican en nada las formas de trabajo en las escuelas, conforme pasa el tiempo la cultura docente los absorbe y las estructuras de la educación permanecen intactas independientemente del rejuvecimiento de la nómina, lo mismo sucede con los intentos de reforma para cambiar las cosas a través del cúmulo de cursos, talleres, reuniones, indicaciones, instructivos y mandatos de la autoridad; ante esta realidad las percepciones del magisterio con respecto a las políticas educativas son más a menos las mismas desde tiempos de la Colonia en México: SE OBEDECE, PERO NO SE CUMPLE.
Para todo gobierno que llega es una tentación permanente tocar la educación y emprender modificaciones de fondo, al acusar que ésta es la base del desarrollo y el futuro del país, sin embargo, hasta estas fechas (2023) son muy pocas cosas las que se le han movido al viejo sistema educativo que tenemos, y es que estas reformas que han impulsado los gobiernos priistas, panistas y ahora morenistas anteponen su programa político e ideológico a los procesos educativos y, a lo sumo, les da para estar recogiendo las hojas que caen del árbol de cuando en cuando, pero no son capaces de sacudirlo con fuerza y con ello ganar tiempo para podarlo, abonarlo y esperar el nuevo follaje que embellezca el panorama y mejore la visión y las cosas para provocar el nacimiento de nuevas prácticas e ideas en el hacer.
Pero, en fin, al parecer no queremos aprender que la educación requiere fortalecerse con acciones, presupuesto y visiones centradas en lo que queremos como país, en tanto, si queremos desarrollo científico y tecnológicos será muy difícil con escuelas que carecen de todo, hasta de aulas y docentes suficientes, ¿qué decir de planes educativos y materiales acordes a ese desarrollo?, así las cosas…

*Editor de la Revista Educ@nos. [email protected]

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