Reformas curriculares: el peso de los docentes
Enric Prats*
En los tiempos que corren, donde se debate acerca de la incertidumbre y el control, o entre la complejidad y la sencillez, en educación parece que no hemos sabido encontrar el tono a la tarea encomendada. Algunas iniciativas adoptadas en nuestro ámbito tienden a liberar hacia los docentes la responsabilidad de sus decisiones, relativas a la elección de materiales didácticos e incluso de los contenidos a impartir. En el sentido contrario, se restringe esa libertad y las autoridades toman o retoman el control sobre la selección de contenidos y el diseño de los planes de estudios en la educación obligatorio. En el primer caso tenemos a los docentes de Finlandia, con la máxima libertad para realizar esa tarea y escoger los contenidos que mejor responden a las necesidades de su entorno. En el segundo caso, el de España, con una reforma reciente que centraliza esa decisión en el gobierno español, resta esa competencia a los gobiernos regionales, e incluso anula la capacidad de los docentes de organizar ese contenido según cada contexto.
Francia, en cambio, ha iniciado un camino interesante, no exento ya de polémicas. La ministra francesa de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, que llegó al cargo hace unos meses, ha lanzado una consulta a los profesionales de la educación acerca de los contenidos para las etapas de educación preprimaria (maternelle), primaria (école) y secundaria básica (collège). A partir de una propuesta de base, preparada por el Consejo Superior de Programas, organismo vinculado al Ministerio de Educación, el profesorado dispone hasta el 12 de junio para proponer sus enmiendas a los programas que entrarán en vigor con el nuevo curso 2015-2016 a partir de setiembre.
El núcleo del debate se centra en la pérdida de presencia de las humanidades (lenguas clásicas, historia, etc.) en los planes de estudio, lo que para muchos significa una reducción de la capacidad de pensamiento crítico. En realidad, más allá del peso de cada materia, lo que está en juego precisamente es el modelo de configuración del currículo escolar. Francia, un país acusado de la máxima centralización en educación, ensaya una fórmula para dar la voz a los profesionales, pero estos, ante las primeras de cambio, se fijan en las sábanas epistémicas (y no solo epistémicas) que pierden o ganan en cada lavado.
La cuestión entre la libertad de cátedra, los proyectos educativos de proximidad preparados en equipos docentes y la intervención del Estado es ciertamente complicada. Unos lo resuelven a golpe de decreto, como en el caso de España; otros no lo dudan y pasan esa responsabilidad a los profesionales, como en Finlandia. Está visto que las medias tintas no gustan, pero también es posible que ante tanta responsabilidad, algunos se tiren para atrás.
*Profesor de Pedagogía Internacional, Universidad de Barcelona. [email protected]
Estimado Enric Prats:
Muy interesante su artículo, seguro si hubiera más espacio para discutir el tema, tendríamos que señalar otra gran diferencia: el grado de democracia de cada país y el papel de la educación dentro de la sociedad.
Finlando tiene una sociedad centrada en la familia.
Respecto al tema de la democracia, Finlandia cuenta con un Presidente y un Primer Ministro, lo cual implica un ejecrcio democrático mayor al que se tiene en España o México.
Francia sigue la misma ruta, en este sentido, hay que recordar que la Educación surge de la sociedad, para la sociedad y por la sociedad y será el reflejo de la misma.
Imaginemos por un segundo (juro que ya tuve mi taza de cafe del día) que hacemos un ejercicio demócratico respecto a la educación en México. Aun antes de imaginar dicho proceso, habrá voces que claman que rodo está amañado y que hay venta de votos. México vive en la desconfianza.
No es posible solo seguir otros modelos, sin un análisis claro de las cisrcunstancias.
Finlandia es una país con una población similar a la Ciudad de Nueva York. Es un país que basa su economía en la industria. Centrado en la familia. Increiblemente democrático.
España es… un productor de desempleados.
Fracia es un país industrializado, con altos niveles en ciencia.
Miremos otros ejemplos:
Estados Unidos. El gobierno Federal no controla la Educación, lo hacen los Estados. Cada Condado puede proponer sus programas, pero si fallan, las escuelas cierran. No hay medias tintas. No trabajan o se van. No hay protestas y si las hay se les muestra la línea donde dice claramente y con letra grande: los programas tiene 3 años para mostrar resultados.
Estados Unidos tiene un problema grande, por lo cual funcioan tener programas fragmentados y es el tema migratorio.
En los salones de clase conviven todas las nacionalidades, con sus idiosincracias y talentos.
Asi que seguimos empatanados en la diferencia entre Educación, Enseñanza y aprendizaje, tres conceptos completamente diferentes y con metas y actores distintos.
Si queremos reformar el curriculo, creo que habrá que tomar en cuenta dichas diferencias, de otro modo, sin duda se tomará un programa de otro país y se intentará implementar sin un análisis del mismo.
Totalmente de acuerdo con lo que planteas. Además de eso, hay una variable fundamental a tener en cuenta, como es la confianza en los docentes.
Saludos