Reactivación económica: las trabas

 en Graciela Soto

Graciela Soto Martínez*

La reactivación económica es el siguiente paso en esta crónica que ya lleva 80 días desde que se descubrió el primer caso en México, la otra pandemia es la económica, se vive una recesión y depresión resultado de la afectación de haber cerrado los negocios e industrias no esenciales, de la disminución de los ingresos y de la inmovilidad. Se observa que faltan los recursos económicos y sobran las necesidades. Se habla de apoyos que no llegan, de creación de nuevos empleos, pero parece que no importan los que ya se tenían. Las trabas para reabrir un negocio son burocráticos y discriminatorios.
El sector educativo es de las áreas privilegiadas que ha recibido su salario y prestaciones de forma normal, el presupuesto está previsto para cubrir estos y otros salarios que dependen de la hacienda pública, serán estos grupos los que van a ayudar a reactivar otras áreas ya que consumen productos y necesitan servicios, por ello es muy valioso que quienes tienen ingresos fijos sean solidarios consumiendo lo local para una gradual recuperación. Tema aparte merece el rubro de pagos faltantes en la SEJ que aún con todas las nóminas adicionales no se han realizado, estos requieren mayor atención y compromiso por parte del área administrativa.
Como sociedad interdependiente se viven momentos críticos al ser testigos del cierre de negocios, de que los padres de familia y alumnos relatan las dificultades cuando ya viven de prestado esperando les permitan reabrir negocios o recuperar su trabajo. La pérdida de empleo es significativa, empresas que hicieron grandes recortes y otras que se declaran en quiebra. Las pequeñas y medianas empresas asfixiadas por el largo cierre que ya va para tres meses, mismos que no han visto un apoyo gubernamental ni federal, estatal o local. Los que han salido han sido insuficientes y han tenido candados por los que pocas personas pueden acceder a ellos.
La autoridad funge como policía o fiscal sancionador que ha aplicado la fuerza de su uniforme para clausurar negocios, no se le apostó a la educación, las vendedoras de flores que lograron acomodar pedidos para el 10 de mayo, los comerciantes que importan productos y otros ramos narran que han tenido que operar de forma clandestina, haciendo citas, abriendo puertas traseras, vigilando las calles, parecen vendedores de droga, acuerdan la mercancía a comprar o vender, los precios, con claves se identifican, hacen la operación encubierta y se venden flores, juguetes o regalos en bolsas negras para evitar ser sancionado.
La guardia nacional junto con la policía municipal patrullando y cerrando negocios que luchan por sobrevivir, esto nos ha tocado presenciar, han llegado despensas a las familias, las cuáles se agradecen pero se agotan de inmediato. Es un drama observar la tristeza de una familia que acumula deudas y no tiene para el sustento, es doloroso ver a un emprendedor que está vendiendo su negocio, lo hace en partes, lo malbarata, porque ya no podrá volver a abrir.
La economía presente es una de corte neoliberal la cual se rige por la oferta y la demanda, las cosas no tienen un valor real de la producción, estos precios son fijados de otra forma, se establecen por los mercados internacionales. Los favorecidos en esta situación son la grande empresa, el modelo de supermercado trasnacional y nacional, ellos con y sin tapetes sanitizantes, con gel o sin gel, sin verificación de limpieza en todas sus áreas han abierto todos los días aun cuando sus sueldos y prestaciones a los empleados son bajos y con escasas prestaciones, más parece un modelo de explotación que de realización personal. Parece que sólo existen inspectores para los otros, para la pequeña y mediana empresa que han aprendido a cuidarse de la autoridad, también quieren la salud pero les preocupan los pagos que son como avalanchas de nieve. En un principio pagaron sueldos completos a los empleados, después medio sueldo para después declararse insolventes.
Mucho que aprender en materia económica por la pandemia: crédito, ahorro, intereses, bancos usureros, despensa, deuda, seguros de desempleo, quiebras, cierres de empresa, de todo esto importa su significado y cómo enfrentar esta situación.
Las deudas positivas y las negativas, las positivas que son para generar trabajo, producción, que no causan intereses, ni te empeñan con tu deudor, en cambio las negativas son las que te prestan con un interés, con una garantía hipotecaria o en contratos, la que te hace esclavo, en donde no eres dueño de las decisiones, se ha empeñado el futuro, la deuda de todos, pero el dinero se lo gastan sólo unos cuantos que tienen la cartera del dinero, la chequera o la llave de la caja fuerte. Deudas, las menos que puedas, mejor el ahorro.
El ahorro es una asignatura que muchos ciudadanos no han pasado, no está en el plan de estudios de la primaria o secundaria, está en la de la vida, será necesario volver a plantear la necesidad de buscar el hábito de esta virtud, dado que a nivel de la gubernatura y el congreso se entiende que para enfrentar una crisis lo mejor es endeudarse y a qué costo serán los intereses bancarios y cómo se va utilizar ese dinero, todos hemos experimentado que el dinero de un préstamo es agua en las manos y para pagarlo es una pesada carga para quien lo tiene que hacer. Parece que los gobernantes también están reprobados en economía, que significa la administración del hogar.
Otros reprobados son los bancos que han cerrado sus puertas y reducido sus horarios para cuidar de la salud de los clientes pero a costa de tenerlos en largas filas en las calles bajo el sol esperando un turno y haber si alcanzan a ser atendidos, la gente también quisiera la banca digital o no tener que hacer este trámite que significa dinero, pero de nuevo una medida impráctica de supuesto cuidado que expone a la población a otros riesgos.
¿Y la reactivación económica?, por ahora enfrenta otros virus, Secretaría de Salud y gobierno rápidos para pedir la colaboración social y solicitar que cerrarán los negocios y ahora ponen una carrera de obstáculos para la reapertura, de nuevo piensan que todo mundo tiene computadora y acceso a internet, que todos entienden sus formatos, links en páginas web, con seudocapacitaciones virtuales o presenciales. Valdrá la pena hacer un censo social de los apoyos que lleguen via los préstamos de la deuda pública, que puedan ser auditados y otra iniciativa que sea la de documentar la tramitología que ha tenido que enfrentar un ciudadano que quiere trabajar, las experiencias y trabas que enfrenta para obtener su sello de reapertura.
El virus está presente y se dice que hay que aprender a convivir con él, a tomar provisiones personales y sociales para una nueva cultura de la salud y de la economía.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. [email protected]

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